Lisboa acoge a 600 vallisoletanos que viajan a la Jornada Mundial de la Juventud
Una parte de la delegación comenzó su periplo en Aveiro hace una semana y este lunes han partido varios autobuses para completar la representación diocesana, presidida por Luis Argüello
Los jóvenes miran más hacia el Atlántico que al Mediterráneo este verano. Cerca de 600 vallisoletanos de distintos movimientos y comunidades cristianas participan en la ... Jornada Mundial de la Juventud 2023 en Lisboa, en una celebración que reunirá esta semana a más de un millón de personas en torno a la fe en Cristo, impulsada también por la presencia del Papa Francisco durante los días centrales del acontecimiento religioso, social y también con amplia perspectiva económica.
Jóvenes de la capital y del resto de la provincia que han viajado a territorio portugués en dos tandas diferentes para vivir esta fiesta con dos momentos e intensidades complementarias: un total de 155 chicos y chicas han participado durante la semana pasada en el encuentro diocesano de este evento mundial, que en el caso de Valladolid se ha desarrollado en el municipio de Aveiro, junto a Oporto, y que este mismo lunes partían en autocar hacia Estoril, ciudad próxima a la capital lisboeta, al encuentro con el resto de integrantes de la delegación provincial, que a su vez emprendían viaje a primera hora de este lunes desde la Feria de Valladolid.
Una vez todos allí, esta tarde, más de 40.000 jóvenes españoles participarán en un gran festival encabezado por el cantante y compositor Nacho Cano. Y, desde este martes, en el programa oficial de la también conocida como JMJ 2023. Unos y otros afrontan estas jornadas como unos días de «experiencias, encuentros y de compartir» con jóvenes de todo el mundo y que, además, en el caso vallisoletano, estarán guiadas por el arzobispo, Luis Argüello, quien está participando activamente en lo que significa «impulsar la realidad de la pastoral de los jóvenes en nuestra Diócesis».
Valladolid responde «con creces» a la convocatoria del Sumo Pontífice en un acontecimiento de trascendencia internacional con centenares de jóvenes con un perfil de entre 16 y 24 años, estudiantes de la ESO y de Bachillerato, junto a universitarios y varios matrimonios de recién casados, y adscritos a distintos movimientos y grupos parroquiales pero también de otras comunidades como de la Compañía de Jesús-Jesuitas, Effetá, Opus Dei e incluso varias cofradías penitenciales y de gloria. La realidad provincial también tiene una nutrida representación con chavales de las parroquias de Cabezón, Laguna de Duero, Renedo, Cigales o Medina del Campo. Una presencia vallisoletana que llega a esta edición lisboeta con el marchamo extraordinario de las celebraciones jubilares en torno al Sagrado Corazón de Jesús, devoción muy arraigada por los cinco continentes.
Se trata de un fervor que ha estado muy presente durante estos primeros días diocesanos de las jornadas en los que estos jóvenes han sido acogidos de dos en dos en familias de la localidad de Aveiro en una experiencia «única». Así lo constata Jorge Fernández Bastardo, delegado de Pastoral Juvenil de la Diócesis de Valladolid, quien explica que «para nuestros jóvenes es un acontecimiento mundial de estar en casa, de sentirse como en casa, por la cercanía, la fe compartida y los lazos que nos unen con el país y la cultura portuguesa, a la vez que unas jornadas de trascendencia internacional por el encuentro que significarán las vivencias con personas de todo el mundo». El también párroco de Nuestra Señora del Prado en Parquesol hace balance de la primera semana en Portugal como «una experiencia de acogida muy bonita de actividades religiosas y de ocio de jóvenes para jóvenes». «También una experiencia gastronómica», destaca entre risas: «El trato esta siendo excelente en todos los aspectos».
Hospitalidad
«Portugal está volcado con todas las delegaciones: desde la propia acogida familiar hasta el propio comercio, los servicios públicos… Simplemente ir por la calle ya es una experiencia por el ambiente y la hospitalidad que hay», describe Fernández Bastardo, al tiempo que subraya la «calidad y calidez» recibida más si cabe durante el desarrollo de las celebraciones religiosas que han compartido estos pasados días con prácticamente 5.000 jóvenes de numerosos lugares del mundo que se han hermanado también con las diócesis vecinas Salamanca, Burgos, Astorga o Palencia.
«Para sentirse Iglesia Universal y sentirse dichoso e inmerso de alegría y fe» es la recompensa que siente este sacerdote vallisoletano «tras el trabajo de muchas personas durante el último año y especialmente desde enero para llegar a Portugal en las mejores condiciones de preparación personal, religiosa y también logística». Un cura especialmente emocionado estos días y orgulloso de la delegación local y provincial en Portugal que además atesora gran experiencia en estas jornadas mundiales tras contar en su particular curriculum con las experiencias de las JMJ de Colonia, Sidney, Madrid, Cracovia y ahora Lisboa.
Las mismas sensaciones las transmiten los jóvenes asistentes. Es el caso de Sara y Helena del Teso de la Fuente, dos hermanas de Laguna de Duero, que tienen 17 y 14 años respectivamente. Aunque procedentes de familias católicas, circunstancias de la vida motivaron que sus padres no las bautizaran al nacer, pero con el paso de los años surgió una mayor inquietud religiosa, que se hizo más fuerte en ellas y en su núcleo familiar, como reconocen, con «una amplia perspectiva cristiana» para muchos ámbitos de su vida. Y estos sentimientos, «que entendemos es lo que el Señor quiso para nosotros», han motivado que en los últimos meses se hayan bautizado, tomado la primera comunión e incluso confirmado. Ahora, «siendo verdaderas católicas», sentían la necesidad de conocer al Papa, con lo que estos días están disfrutando de una experiencia «única y maravillosa» en los prolegómenos en Aveiro de la JMJ hasta adentrarse en los días grandes del evento en Lisboa: «Una oportunidad que el Señor nos ha dado y estamos disfrutado».
Ilusión de hijos y nervios de padres
Otros muchos se consideran «peregrinos de la fe y evangelizadores de la palabra desde Valladolid a Lisboa a través del Pisuerga y todas sus corrientes». Este es el espíritu y el alma de los jóvenes, explicado por Pablo y por María, que se sienten «privilegiados» por las vivencias de estos días. Los que empiezan hoy su periplo, la delegación que madrugó esta mañana para partir desde la Feria de Valladolid, también se mostraban «especialmente felices y con muchas ganas», como apuntaban a pie de autocar Silvia o Sofía Díez, «por la experiencia única de fe y de poder conocer a jóvenes católicos de todo el mundo». En la misma línea comentaban Jorge Pérez y José Capellán quienes reconocen estar expectantes «por compartir la espiritualidad del encuentro de ver y escuchar al Papa».
Así, en este punto de salida, los jóvenes no ocultaban su gran ilusión y los padres tampoco sus nervios por lo que significa la presencia de más de un millón de personas en Lisboa: «No os preocupéis, confiar. El milagro de todas las JMJ es que nunca se pierde ninguno de los jóvenes que van», exclamaba Gerardo casi entre risas y cuando se cerraban las puertas del autocar, un jesuita del Centro Loyola de Valladolid que hoy estaba al frente del viaje de esta parte de la delegación vallisoletana y quien dirigió a su vez una reflexión religiosa en torno a «partir» en las puertas de la Feria de Valladolid en un viaje «de muchas experiencias, muchas ganas y muchas expectativas religiosas en cada uno».
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