Lingotes Especiales justifica el ERTE en su fábrica de Valladolid en «causas productivas»

El artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores y el Real Decreto 1483/2012, de 29 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de los procedimientos de despido colectivo y de suspensión de contratos y reducción de jornada, contempla cuatro posibles motivos para recurrir a un ERTE: económicos, técnicos, organizativos o de producción (ETOP). Lingotes Especiales ha optado por este último en tanto que el sector de la automoción europeo al que surte de piezas –el 90% de las que manufactura tienen ese destino– atraviesa una de las peores crisis de su historia debido a la política de aranceles de Trump, la competencia de China, las incógnitas sobre el coche eléctrico a raíz de la normativa CAFE de la UE y la paralización del plan Moves.

El resultado de este cóctel de incertidumbre y malas noticias que retraen a los consumidores está siendo una cascada de ajustes laborales tanto en los grandes constructores de automóviles como en sus proveedores, como ha ocurrido con Renault, Iveco, PPG Ibérica y ahora en la veterana firma que fundó Vicente Garrido Capa. También en su filial Frenos y Conjuntos, donde incluso ha habido despidos. «Si no se venden coches a nosotros nos falta trabajo», resume el secretario del Comité de Empresa de Lingotes, Juan Antonio López, del Sindicato Independiente Vallisoletano del Metal (Sivame), quien recuerda que la obligación de los integrantes de ese órgano de representación es «garantizar el empleo de los trabajadores».

En este contexto ha tenido lugar este martes la primera reunión del periodo de consultas de quince días (prorrogables durante otros quince) que es preceptivo cuando se presenta un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, que puede terminar «con acuerdo o desacuerdo». El encuentro ha sido una primera toma de contacto que ha servido tanto para intercambiar documentación como para solicitar información adicional por parte de los sindicatos –el Comité, que preside Sivame, está formado por trece miembros de los que seis pertenecen a esta organización, otros seis a UGT y uno a CCOO–, que volverán a sentarse con la Dirección el próximo jueves. «Veremos si podemos llegar a un acuerdo o no, dependiendo de que la empresa tenga sensibilidad con los trabajadores, que al final también perdemos», recuerda con prudencia Juan Antonio López, quien añade que «lógicamente el objetivo de la negociación de un ERTE es aminorar sus efectos».

Tramitado ante la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta en Valladolid el pasado viernes, el ERTE de Lingotes Especiales contempla una duración de 34 días laborables como máximo hasta el próximo 31 de diciembre. Para los 275 operarios de mano de obra directa que prestan servicio en la fábrica se plantea la suspensión del contrato durante las jornadas mencionadas, mientras que a las 65 personas de las oficinas se les aplicaría una reducción media del horario del 15,45%. Todo ello después de cerrar el ejercicio 2024 con una sensible reducción del beneficio antes de impuestos (BAI) del 46,4%, tras pasar de los 4.235.358 euros de 2023 a los 2.270.170 del año pasado, que según la compañía es «consecuencia directa del complejo entorno que ha atravesado el sector del automóvil, tanto en Europa como en España».

Nacida en 1968, la compañía se dedica al «diseño, desarrollo, fundición, mecanizado y montaje de piezas de hierro gris y esferoidal para componentes utilizados en las ramas de automoción, electrodomésticos y obra civil, principalmente», tal y como detalla en su portal corporativo. Sus principales clientes son los que en el argot del sector se conocen como OEM (las siglas en inglés de Original Equipment Manufacturer), es decir, los productores de equipamiento original para las marcas del automóvil.

En este sentido, Lingotes recuerda en su Informe de Gestión que «en 2024, la producción de vehículos en España alcanzó 2,46 millones de unidades, un 3% menos que el año anterior, claramente por debajo de los 3 millones que se fabricaron antes de la pandemia, mientras que las exportaciones en el ejercicio 2024 descendieron un 4% respecto al ejercicio 2023, hasta los 2,1 millones de unidades». Un retroceso que no ha impedido que España siga siendo «el segundo mayor fabricante de automóviles en Europa» ni que la venta de vehículos de combustión continúe siendo «predominante, aunque las restricciones normativas y la caída de la demanda en ciertos mercados europeos han impactado las cifras».