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Antonio Largo Cabrerizo presenta su candidatura. L. P.-ICAL
Largo Cabrerizo opta al Rectorado de la UVA con el fin de dejar el «peligroso inmovilismo»

Largo Cabrerizo opta al Rectorado de la UVA con el fin de dejar el «peligroso inmovilismo»

El catedrático de Química Física y Química Inorgánica presenta su Proyecto de Universidad como candidato

El Norte

Valladolid

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Martes, 6 de marzo 2018, 12:27

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El catedrático del departamento de Química Física y Química Inorgánica de la Facultad de Ciencias Antonio Largo Cabrerizo presentó hoy su Proyecto de Universidad como candidato a rector de la Universidad de Valladolid en el que apuesta, entre lo más urgente, por la mejora de la calidad de los másteres, la proyección internacional y el rejuvenecimiento de la plantilla «para salir del actual inmovilismo y parálisis».

Largo Cabrerizo es uno de los cuatro miembros del campus de la UVA que ha anunciado su candidatura a las elecciones al rectorado, previstas para los días 12 y 25 de abril, y que hoy presentó de manera oficial desde la «máxima ilusión y compromiso«, tras tomar la decisión, para afrontar el reto de una gestión eficaz de la entidad académica vallisoletana.

«Nuestra Universidad se encuentra en buena medida aquejada de un peligroso inmovilismo, salvo en algunas actuaciones puntuales, la mayoría de las facetas de la vida universitaria se encuentra en una situación próxima a la parálisis», describió como estado actual de la Uva, para subrayar que «permanecer estático en la práctica es retroceder».

Largo Cabrerizo presentó su candidatura sin otra etiqueta que la universitaria y otra preocupación que el futuro de la UVA que permita superar la situación actual, porque de no hacerlo se quedaría retrasada respecto de otras. Así, su proyecto se enmarca en doce medidas: planificar mirando al futuro, fomentar el debate, diálogo y responsabilidad, apostar por las personas, el estudiante como eje, apoyo a las titulaciones, valor de la docencia, valorar la investigación, abrir la universidad, garantizar un entorno de trabajo adecuado, compromiso social y proyección social.

«Queremos provocar un cambio para impulsar el futuro de la Universidad», proclamó, a la vez que ofreció a la comunidad universitaria su compromiso de trabajo y un proyecto común, pero sin proponer nada que no puedan cumplir, aunque si se comprometió a un diálogo fluido con todos los sectores, estudiantes, personal administrativo y de servicios (PAS) y personal docente e investigador (PDI) para mejorar la vida universitaria.

El candidato abogó por un proyecto que mire al futuro, no sólo por el presente, por la toma de decisiones desde el diálogo, no desde la imposición, por el rejuvenecimiento de las plantillas, la estabilización y promoción de profesores y la investigación, por ofrecer la mejor formación posible, por valorar la innovación docente y por incentivar al personal docente e investigador que participe en la generación de conocimiento.

Largo Cabrerizo incidió en que si no se toman medidas para rejuvenercer la plantilla puede existir en algunos de los centros un problema estructural en poco tiempo y defendió la necesidad de apostar por las actuales titulaciones para mejorar su calidad, donde subrayó la apuesta por la mejor gestión de los másteres oficiales impartidos por la Uva. Al respecto, indicó que ahora no tiene un éxito dado que sólo se retine a un 31 por ciento de los formados y añadió que, de seguir así, la institución será irrelevante en el conjunto nacional.

«Abrir la UVA al mundo global, implementando su visión internacional» es otro de los ejes en los que se detuvo el candidato al rectorado, para plantear entre las actuaciones la docencia en ingles en titulaciones piloto de Grado y Máster, una web en este idioma o programas de profesores extranjeros invitados. «Hay que dar una dimensión internacional más amplia, no sólo moviendo alumnos del programa Erasmus», reseñó.

Por último, sostuvo que la Universidad de Valladolid debe ser un «motor para combatir las desigualdades» en un compromiso social con los estudiantes con más dificultades económicas, personas que presenten alguna discapacidad, con la igualdad de género y con una política inclusiva en la que nadie se sienta discriminado por su condición. «No podemos permanecer como observadores pasivos sin ejercer un papel activo», aseguró, para concluir con que la Uva debe tener una opinión de los temas y trasladarlos a las instituciones.

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