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La Fiscalía le atribuye un delito de odio y otro de lesiones y reclama para él una pena de un año de prisión y 4.000 euros de multa«Hijo de puta, marica, marica de mierda, hay que matar a los maricas como tú», le gritó Gilberto Castañeda Rivera a otro cliente del ... bar Alborada de Valladolid, mientras le acorralaba en la zona del aseo e intentaba asfixiarle. Si los testigos no lo impiden, sostiene el escrito de acusación de la Fiscalía y lo corrobora el propietario del establecimiento, la agresión podría haber tenido un resultado mucho más grave. El suceso ocurrió el 2 de mayo de 2021 sobre las siete de la tarde, cuando la víctima se dirigía al cuarto de baño del local y en el momento en que iba a salir de la zona del váter al lavabo, el acusado «le ha agarrado del brazo y, retorciéndoselo, le ha introducido en el interior y le ha puesto contra la pared, sujetándolo del cuello fuertemente con ánimo de asfixiarlo» mientas le dirigía los insultos homófobos. Entonces, relata el escrito de acusación, entraron varias personas que consiguieron parar la agresión. Entre ellas, el empleado que en ese momento atendía el local.
Ya fuera de los lavabos, el acusado intentó otra vez volver a enfrentarse con el agredido, a quien provocaba de nuevo llamándole «chupapollas» y a quien también le decía »te voy a enseñar a tratar a las mujeres».
A consecuencia de la agresión, la víctima sufrió distintas lesiones en el cuello y un cuadro de ansiedad que precisaron de una primera asistencia sanitaria pero no necesitó tratamiento médico o quirúrgico.
Según refiere Brunelvi Acosta, propietario del establecimiento, todos los implicados en el suceso eran clientes habituales del bar. «De hecho, Gilberto es el cliente más antiguo que teníamos, de veinte años, y desde que ocurrió todo esto se le prohibió la entrada en el local», ha explicado el hostelero a El Norte de Castilla. Sostiene también que «la riña» estuvo motivada en que la víctima de los insultos homófobos «se había metido con una mujer, también clienta habitual del bar, y lo que le dijo no le gustó a Gilberto. Así comenzó la discusión», ha precisado el dueño del establecimiento.
La Audiencia de Valladolid tiene programado el juicio para el próximo día 6 de julio y el acusado se enfrenta a una condena de un año de cárcel por delito de odio y otro leve de lesiones y multas que suman 4.000 euros, además de su inhabilitación durante cuatro años para el ejercicio de cualquier profesión u oficio educativo. La Fiscalía también solicita que se le imponga la prohibición de aproximarse al agredido a una distancia no inferior a 500 metros durante dos años, así como a comunicarse con él por cualquier medio durante el mismo periodo.
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