El joven alpinista Álex González repasa sus aventuras en Valladolid: «Con 14 años escalé el Mont Blanc»
El aventurero Álex González ofrecerá este jueves 16 de enero una charla sobre sus viajes para animar a las nuevas generaciones a practicar deportes de montaña
Cuando –a los pies de una montaña, las cumbres nevadas a lo lejos– la mayor parte de la población mira hacia arriba, lo que suele ... ver es un muro de hielo, una pared insalvable, una cima lejana, una eterna frontera vertical. Cuando Álex González Úbeda (Madrid, 2002) levanta su mirada, lo que encuentra –tan cerca del cielo, tan lejos de aquí abajo– es un desafío, una oportunidad para retarse a sí mismo y salir de la aventura vencedor. Álex escaló con 14 años el Mont Blanc.
¿El más joven?«Sí, sí, no me encontré con nadie más joven. Fui con un amigo que tenía 24 años.Los dos solos. Y allí no vi a nadie más joven que yo. Es que ni se acercaban a mi edad. Y ahora, con 17, que yo sepa, viajando a otros países y continentes para hacer este tipo de escalada, tampoco conozco a nadie», explica Álex.
Su cuaderno de viajes recoge las expediciones que ha hecho por el parque nacional de Yosemite, por la Patagonia, por Jordania. En todos estos periplos, menor de edad. «En casa, a mi familia no le gustaba mucho, sobre todo con ese primer viaje fuera de España. Me costó convencerles». Pero tiene una idea clara:la experiencia no es solo cosa de cumplir años. La edad es un «límite relativo» para viajar.
Y lo explicará este jueves, 16 de enero, a las 20:30 horas, en la conferencia que pronunciará en Gekoaventura (avenida El Norte de Castilla, 32). «Uno de mis objetivos con este encuentro es motivar a la gente joven. Contar mi experiencia y animarles a asumir sus propios retos. Quizá alguno de los padres que escuchen esto quieran matarme, pero quiero animar a los jóvenes a que vivan sus propias aventuras», asegura Álex, quien comenzó, casi un niño, con la escalada. «De pequeño siempre he estado muy en contacto con el campo, con la naturaleza. Casi todos los fines de semana salía con la familia. Una tarde, mis padres me llevaron a un rocódromo, como podrían haberme llevado a cualquier otro lugar para entretenerme. La experiencia me gustó. Entré en un grupo de tecnificación. Empecé a competir. Hice escalada en roca, luego me pasé a la tradicional, a la clásica», esa que está más pendiente de las fisuras para permitir el avance del escalador.
«En el fondo, esto es un hobby. Me gusta mucho conocer distintos países, hacer kilómetros, descubrir otras culturas. Y escalar me parece una forma estupenda de hacerlo». Este verano, cuando termine el curso en el instituto, emprenderá una expedición de tres meses por Sudamérica.Entre julio y agosto intentará coronar los enclaves clásicos de Brasil (Viaje de Cristal), Perú (afrontará el ascenso a una pared vertical de 750 metros de granito en La Esfinge, en el corazón de los Andes) y Bolivia (en la cadena rocosa Quimsa Cruz).
Álex estará acompañado por su pareja, el también montañero Jaume Peiró, con quien participará mañana en la charla. Antes de la conferencia, desde las 17:00 horas, el público podrá enfrentarse a los problemas y obstáculos con los que ambos equiparán en el rocódromo de 300 metros cuadrados de Gekoaventura, en el polígono de Argales.
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