El hombre que murió ahogado en el Canal de Castilla vivía en Mucientes, sufría demencia y pudo despistarse

No llevaba documentación, es cierto, y llegaron a tomarle las huellas los forenses para tratar de poner rostro a la víctima -este trámite puede llevar días en casos en los que el fallecido no está fichado-, aunque los policías nacionales lograron identificarle al día siguiente gracias a la cazadora que llevaba, que lucía el anagrama de un club de fútbol y que llevaba el nombre del hijo de su sobrino escrito. Así llegaron los agentes hasta su familia y finalmente identificaron a Isidoro el lunes. Ese mismo día, por la mañana, se realizó la autopsia, sin que los forenses encontraran signos de violencia en el cuerpo.

Todo apunta a que el vecino de Mucientes, un agricultor jubilado, salió a pasear el mismo domingo por el camino de Valladolid, que conduce directamente al entorno de La Overuela; pudo despistarse y acabó cayendo al canal (a siete kilómetros de su pueblo) de manera fortuita. La iglesia de su pueblo acogerá este miércoles a las 13:00 horas el funeral.

«Su muerte nos ha conmocionado, ya que Isidro era un hombre muy simpático y, debido a los problemas que tenía en los últimos tiempos, todos estábamos en cierto modo pendientes de él si le veíamos despistado», ha lamentado la regidora de Mucientes. Sus familiares, al parecer, estaban tramitando ahora su posible ingreso en una residencia.

Su cuerpo fue localizado al filo del mediodía del domingo por un vecino, que lo vio flotando en el Canal de Castilla, cerca de la carretera de La Overuela, a la altura de la antigua fábrica de Tafisa. Los Bomberos lo sacaron después del agua y fue trasladado al Instituto de Medicina Legal.