Hemeroteca: La oleada de solidaridad en Valladolid tras la riada del Esgueva en 1924

Desalojos de viviendas en algunos barrios, múltiples daños en el pavimento, calles enfangadas y desperfectos en monumentos y obras de arte fueron los efectos de la gran riada del Esgueva a su paso por Valladolid a finales de marzo de 1924.

Ante esta situación, como contaba El Norte de Castilla en su edición del 1 de abril, la solidaridad se hizo presente a través de infinidad de iniciativas: «La Junta de damas de Cruz Roja, tan pronto como tuvo noticia de la catástrofe ocurrida con motivo do la inundación, se presentó ante las autoridades locales para ofrecer el concurso personal de todas las damas enfermaras por si hubieran sido necesarios sus servicios», recogía entonces el rotativo que daba cuenta además de la labor de pescadores -a los que citaba con nombres y apellidos- encargados de sacar muebles bajo el agua, o de los constructores -también identificados personalmente- que se encargaban de la reconstrucción de los edificios.

«Las monjitas primero y los obreros del señor Cuadrado que ayer trabajaban allí, procedieron al salvamento de aquellas obras de arte que en general, no han sufrido grandes daños; solamente algunos de los marcos de los cuadros se han destrozado», publicaba el periódico aludiendo a los desperfectos en la iglesia de La Antigua.

En el compromiso por la recuperación se involucró también El Norte de Castilla que inició una labor de recaudación económica para ayudar a las víctimas de la riada. En portaba recogía la lista de los solidarios, con nombres y apellidos, o en su defecto con expresiones como la de «una señorita caritativa» como se podía leer en esta publicación.

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