Aquella trágica madrugada de los San Mateo de 1975
Suceso ·
Un reparto de salchichas y vino en la Plaza Mayor acabó con una niña fallecida por atropello de un camión en el epílogo festivoOcurrió a pocas horas de la clausura de las Ferias y Fiestas de 1975. El Ayuntamiento acababa de estrenar la «Madrugada de San Mateo», un reparto gratuito de salchichas y vino en la Plaza Mayor, cuando sucedió lo peor. Lo inesperado.
El público iba abarrotando la Plaza mientras actuaban los conjuntos musicales 'Los Chimberos', «Los Pomposos', 'Los Peruanos' y 'Los Cinco de Bilbao'. Hasta 20.000 jóvenes contabilizó este periódico poco antes de la tragedia. El contexto político del final de la dictadura franquista explica que a los gritos de júbilo se unieran imprecaciones a determinados ediles y consignas de lucha.
Era poco después de la una y media cuando hizo aparición el camión encargado del reparto de vino, que había sido contratado en Cubillas de Santa Marta. Nada más llegar a las calles aledañas, fue asaltado por grupos de muchachos que se encaramaron a la cisterna.
Lo peor ocurrió en la calle de la Manzana, donde el camión inició su lenta andadura «entre falsas maniobras provocadas por la barrera humana que tenía delante. Es posible que una de estas maniobras en precario fuese la causa de que una muchacha resultara alcanzada por el vehículo», señalaba este periódico.
Atropello y apaleamiento
Actuaban 'Los Pomposos' cuando el conductor, sin darse cuenta, arrolló a una joven de 21 años. Se llamaba María Belén Paunero e ingresó cadáver en el Hospital Provincial. Miles de jóvenes, agrupados alrededor del vehículo, abrieron con violencia las puertas y se abalanzaron sobre el conductor, al que apalearon provocándole varias cortaduras y contusiones en la cara, de las que hubo de ser atendido en el interior del edificio consistorial.
Acto seguido, la multitud enfurecida dirigió su ira contra las autoridades que asistían al espectáculo desde el balcón. Eran las dos menos veinte de la madrugada cuando comenzaron a arreciar los gritos: «¡Menos fiestas y una niña muerta!», «¡Asesinos!», «¡Una explicación!».
Una lluvia de palos y botellas comenzó a caer sobre la fachada del Ayuntamiento. Ardieron contenedores, volaron vallas y hasta quemaron una bandera de España. Las fuerzas de orden público desalojaron la Plaza a las tres y media de la madrugada.