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Una embriagante mezclas de aromas se desprende al abrir la puerta del número 9 de la calle Angustias de Valladolid. Una invitación a entrar en ... un local que iba a cautivar a la clientela de la ciudad con sus bombones. Pero esta es 'Otra Historia', la del viaje de María Ángeles Valdés (Cuba, 1965), que se encontró en su camino con buenos aderezos para este manjar de la felicidad: el té y el café. Así nació su vida entre especias y herméticos botes de esencias preparadas entre los que se puede encontrar desde un pedazo de 'Navidad' durante todo el año hasta un 'Beso de Ángel'.
-¿Por qué decidiste abrir esta tienda de especialidades de tés y cafés aquí en Valladolid?
La idea principal era montar una tienda de bombones y de chocolate. Pero al final nos dimos cuenta con mucha tristeza de que Valladolid no es una ciudad tan chocolatera como nosotros pensábamos. Entonces, recorrimos varios países además de España para probar todo tipo de chocolates. En ese viaje, en Francia, encontramos una tienda parecida a esta, nos gustó y dijimos, ¿y por qué no? Si podemos juntar el chocolate también con el té y nos gusta también el café. Así surgió la idea hace ya catorce años.
-Y en este tiempo, imagino que podrás responder a la siguiente pregunta...¿En Valladolid gusta el té?
Sí, sí. Comenzó muy lentamente al principio pero sí, la verdad es que en Valladolid gusta bastante el té.
-Cuando decimos té mucha gente entiende también las típicas bolsitas de supermercado...¿Qué tipo de producto ofrecéis aquí?
Nosotros lo que tenemos sobre todo es el té a granel, que siempre es una calidad superior que esos tés en bolsita. Tenemos también esas bolsitas para el que quiere hacerse uno rápido o se lo lleva al trabajo, e incluso tenemos bolsitas vacías para que poder echar el té a granel.
-¿En qué se diferencia uno de otro?
A ver, las recogidas del té a granel siempre es manual, es manufacturado todo manual, es todo muy artesano. La bolsita es más para el trote por así decir. Aunque no quiere decir que no haya bolsitas muy buenas, que las hay. Pero la calidad del té en hoja es siempre superior.
-Se aprecia a simple vista una gran cantidad de recipientes...¿cuántas especialidades tienes?
Actualmente tenemos unas 140 variedades de té incluyendo los rooibos, que aunque mucha gente también lo llama té, es otra infusión. Además, también tenemos muchos cafés, como unos 40 o así, más o menos.
-Algunos me han sorprendido porque, la verdad, no esperaba poder comprar y probar un 'Beso de Ángel' en Valladolid...¿a qué se deben estos nombres?
Pues sí te digo la verdad, no tiene nada de misterio porque son los nombres que suelen ponerles los distribuidores. Luego llegan aquí y hay veces que a nosotros nos hace también mucha gracia algunos de los nombres, y nosotros los podemos cambiar o no. Lo que no cambia son los ingredientes. Pero claro, los clientes no saben lo que lleva o a lo que puede saber un 'Beso de Ángel'. En este caso viene para llamar un poquito la atención y porque en este en concreto tienen maracuyá, que es la fruta de la pasión, el beso y, bueno, por ahí se ha ido buscando un poco el tema.
-¿Cuál es la especialidad más exótica que traéis a Valladolid, la más difícil de encontrar?
En nuestra experiencia es el Silver Needle, que nosotros le tenemos y en realidad es un té muy especial. Es el brote del té, lo primero que nace de la planta. Es la hojita todavía cerrada con sus vellitos. Ese es raro de encontrar y normalmente no se suele tener porque también es bastante caro, pero nosotros lo tenemos porque nos lo suelen pedir bastante.
-¿Qué tipo de té nos gusta en Valladolid? ¿Qué sabores triunfan?
La verdad es que hay de todo. Está el clásico, el que siempre compra, como suele ser el English Breakfast o el Grey, pero hay de todo. No te puedo decir exactamente cuánto gusta porque los gustos son muy personales y variados, cada cliente tiene el suyo. Te puedo decir el té que más se vende, pero bueno, si ves un poco todas las latas observas que de todos se venden muy bien. Y eso que hay muchos que llevan conmigo desde que abrí la tienda, pero no los puedo cambiar porque gustan muchísimo y no puedo hacer eso a mis clientes.
-Pues cambiamos la pregunta, ¿cuál es el que más se suele vender?
El más vendido sin duda es el 'Té rojo de la Navidad', que además tiene una historia curiosa porque llegó por casualidad ya que nos mandaron una muestra, puse la tetera y lo dejé ahí. Entonces llegaron las clientes y les decía: «Toma una tacita de este té y probadlo y decidme qué tal está», para ir cogiendo el sabor. Y todos los que lo probaron vinieron de vuelta: «¡Ay, tienes que traerlo, tienes que traerlo!». Y lo trajimos [ríe]. Además se trajo casi que para las fiestas, vino la Navidad, pasó, y todo el mundo quería el Té de la Navidad. Y ahora pues tenemos que hacer pedidos especiales porque normalmente es propio de esa temporada. Pero aquí ya le tenemos todo el año, ya se quedó.
-¿Habéis intentado mezclar algún sabor de aquí, de Valladolid o de Castilla y León para hacer algún té más autóctono, más diferente?
Aquí en Valladolid es muy complicado. En Castilla y León en general complicado porque no es tierra tradicionalmente de tés. No es algo de aquí por así decir. Así que no, no hay nada así parecido. Pero si podríamos probar a mandar a hacer un té con polvorones del Toro o alguna cosa similar para ver qué tal sabe y si cuaja la idea [ríe]. Lo cierto es que es muy complicado porque para mandar a hacer algo así hay que ir haciendo y probando a ver qué tal queda el sabor e ir diciendo: «pues un poquito más de esto o de aquello». En primer lugar habría que pensar qué sabor identifica Valladolid. Podría tener éxito.
-Hay una tendencia en la que está de moda sustituir el café por el té...¿Cuáles serían los primeros pasos para alguien que se quiere iniciar en el mundo del té? ¿Qué le aconsejarías?
El primer punto es los olores. Buscar que gusten los olores. Aunque bueno, realmente lo primero siempre es preguntar qué gusta, porque varía mucho. Hay gente que viene con una idea preconcebida y luego cuando tú le abres el té con los ingredientes que quiere al puede que no sea lo que buscaba. Y luego cambias el registro, si te está buscando un té dulce, le enseñas uno que es un poco ácido, y a lo mejor eso le llama más la atención. También está la gente que dice, yo lo quiero con chocolate, y con chocolate tiene que ser [ríe]. Por eso digo que es ir preguntando y descubriendo. Lo que sí que suelo dar es algunas directrices de cómo probarlos las primeras veces. «Pruébalo así, no le des tanto tiempo, es preferible que le tomes un poquito más suave para que entre poco a poco, no le eches azúcar primero, pruébalo, y decide si se lo añades...». Ese tipo de cosas.
-Tú que pasas el día a día entre tés...¿Cuál es el secreto para elaborar un buen té?
Lo primero que digo siempre es que cuando te vayas a tomar el té siempre busques un momento. El momento. Da igual si es viendo la 'tele' leyendo un libro o con el ordenador trabajando. Pero que sea ese momento de coger y decir, me voy a tomar el té sentado y tranquilo. Hay que buscar ese momento porque no es lo mismo llegar de pie y hacerse un té o café con prisa. No, relájate, tómate esos minutitos mientras lo preparas y mientras lo tomas. Eso sin duda cuenta y ayuda a preparar el mejor té.
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