La iglesia gótica del siglo XI fundada por el Conde Ansúrez con el campanario románico más alto de España
Valladolid, piedra sobre piedra ·
La Iglesia de Santa María de La Antigua, con numerosas modificaciones, constituye uno de los símbolos más conocidos de la ciudad de Valladolid con una mezcla de estilos artísticos que la hacen únicaSARA BECERRO ALONSO
Valladolid
Martes, 18 de febrero 2020, 07:40
La iglesia de Santa María La Antigua se levanta en la ciudad de Valladolid como una de las parroquias con más historia de la capital, ... y fue fundada por el Conde Ansúrez, uno de los iconos de la ciudad, en el siglo XI. El edificio es gótico y neogótico pero hay algo que le hace diferente y cuanto menos, especial: cuenta con una esbelta torre románica rematada con una flecha recubierta de teja que la hace ser el campanario románico más alto de toda España.
Sus modificaciones a lo largo de los años no han hecho más que aportarle aún mayor encanto y hoy en día, está situada a espaldas tanto de la Catedral de Valladolid como de los restos de la vieja colegiata de Santa María.
Nacimiento
Bajo el actual edificio, se encontraban los restos de unos antiguos baños romanos y aunque se cuenta que la iglesia, nació allá por el siglo XI con la aparición de Valladolid, su existencia aparece por primera vez en la documentación en 1177 (siglo XII) y de esta construcción primitiva no se conserva nada en la actualidad.
El templo, cuenta con distintas partes construidas en épocas y estilos artísticos diferentes: sus partes más antiguas datan de final del siglo XII y su estilo es en su mayoría románico: galería porticada situada al norte del edificio, y esbelta torre, situada a los pies, con planta cuadrada y cuatro pisos, con ventanas en los tres últimos y rematada con flecha piramidal; y el resto data del reinado de Alfonso XI de Castilla y sigue un estilo artístico totalmente distinto y con influencias de la Catedral de Burgos: el gótico.
La iglesia es, por tanto, la edificación más antigua que se conserva acutalmente en la capital de Castilla y León.
Historia
La Iglesia de Santa María la Antigua es una de las parroquias con más historia de la ciudad de Valladolid. Hace su primera aparición en los documentos oficiales en el año 1177 y sus construcciones han sido desarrolladas a lo largo de épocas con estilos artísticos diferentes.
Fue fundada por el Conde Pedro Ansúrez, el también fundador en el siglo XI de la capital, coincidiendo también con la construcción de la Colegiata de Santa María la Mayor, origen de la actual catedral de la ciudad, por lo que se intuye que el templo, fue construido antes de su aparición oficial en documentos. Aunque según cuentan la historia, su construcción fue idea de Elvira Sánchez, la esposa de Ansúrez.
Por otro lado, su esbelta torre románica rematada con una flecha recubierta de teja con la que hoy en día la conocemos, la hace ser el campanario románico más alto de España.
Las partes más antiguas que conserva datan de finales del siglo XII y fueron cambiadas por lo que conocemos de la iglesia actualmente, el estilo gótico y neogótico, que sustituyó a la antigua iglesia en el siglo XIV coincidiendo con la llegada del reinado de Alfonso XI de Castilla.
En el verano del año 2002, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Valladolid localizó en un solar situado en la esquina de Bajada de la Libertad con Cánovas del Castillo una gran estructura artesanal de época romana, una fábrica de tejas que probablemente databa del siglo XIV y que cercioraba la existencia de asentamientos romanos en la ciudad.
En el año 2006 cuando acechó la intención de realizar un aparcamiento subterráneo para vehículos en las proximidades de la iglesia, aparecieron en torno al templo valiosos restos que suponen evidencias del paso de los Romanos y sus construcciones durante los siglos I-III por la ciudad. Descubrieron entonces, la existencia de un asentamiento romano en el espacio que hoy ocupan la plaza de la Universidad, la calle Solanilla, Magaña, Bajada de la Libertad y el entorno del cercano y conocido Teatro Calderón.
Aparecieron enterramientos de la necrópolis medieval de la Iglesia de la Antigua; además del patio de un palacio renacentista bajo el que se intuye la existencia de otros restos medievales y romanos; la antigua bóveda del cauce del río Esgueva donde contaban con espacios con agua que solían tener una buena orientación y este era un lugar perfecto, al lado del río y hacia el oeste, junto a los restos del antiguo Puente del Bolo de la Antigua y la manzana de edificios existente en el siglo XVIII y que se mantuvo en pie hasta hace años.
Remodelaciones
La Iglesia de Santa María de la Antigua ha contado con numerosas remodelaciones desde su nacimiento, lo que la ha hecho uno de los monumentos más emblemáticos y de mayor belleza de la capital. De sus primeras piedras, conserva del siglo XIII la torre y el pórtico de estilo románico.
Hacia el año 1500 (s.XVI), se adosó a su flanco sur una casa rectoral y el ábside lateral del lado del Evangelio fue transformado para añadir en su lugar, una sacristía. La casa de las mujeres emparedadas se situaba entonces, adosada a la sacristía. También se realizó un coro alto soportado por una bóveda de crucería estrellada, sobre el tramo de los pies de la nave central y se podía encontrar un órgano de fachada barroca en él.
A mediados de ese mismo siglo, sufrió una de sus transformaciones: Rodrigo Gil de Hontañón, uno de los mejores arquitectos españoles de ese siglo, que coexistía entre el gótico tardío y el clasicismo renacentista, la reforzó con nuevos arbotantes y contrafuertes dado el estado de ruina en el que se encontraba. A la torre, se le dispusieron antepechos en todos sus huecos y su cuerpo bajo se forró con un grueso muro de piedra de más de dos metros de espesor para aumentar su estabilidad.
Juan de Juni, entre 1550 y 1562 talló un retablo mayor que enmascaró el interior del ábside central. Durante los siglos XVII y XVIII varios retablos de estilo barroco se asentaban en el interior para intentar camuflar el espacio gótico, que durante esta época barroca estaba poco valorado. También, cegaron los rosetones de los cruceros y el zocalo se encontraba en esos años, decorado con azulejos.
El Doctor Tovar tenía una dedicatoria en el ábside del lado de la Epístola y contenía un retablo con pinturas tardogóticas del siglo XV, que actualmente se encuentran conservadas en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid. En el muro sur del crucero, un retablo barroco y un arco angrelado que daba paso a la capilla de San Sebastián.
Hacia 1700, se incluyeron adosados a los dos pilares torales más cercanos a la cabecera, retablos barrocos haciendo el oficio de colaterales. A finales del siglo XIX el edificio, se encontraba de nuevo en un estado preocupante de ruinas. En 1897 fue declarada Monumento Nacional por un informe realizado por el arquitecto Enrique María Repullés.
Las partes actuales del templo
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Torre: la torre se encuentra a los pies del edificio. Se trata de un elemento de gran magnitud, con una altura cercana a los 50 metros: posee planta cuadrada y cuatro pisos al exterior, separados por impostas ajedrezadas, rematándose con una fecha de base cuadrada y con teja cerámica al exterior, que se configura interiormente a partir de dos falsas cúpulas por aproximación de hiladas consecutivas.
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Pórtico: la galería porticada, que se halla en el costado norte del edificio, presenta catorce arcos de medio punto separados en tres tramos de cinco, cinco y cuatro arcos respectivamente, separados por poderosos contrafuertes de influencia cisterciense.
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Fachada: la puerta de ingreso se halla en el muro sur de la nave lateral del lado de la Epístola. Es del siglo XX, aunque se inspira en la original; es ojival con abocinamiento, apeándose las sencillas arquivoltas sobre columnillas de simple capitel vegetal. Todas las ventanas muestran vidrieras realizadas en el siglo XX.
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Iglesia: la iglesia presenta tres naves de dos tramos, crucero manifestado sólo en alzado y cabecera con tres ábsides poligonales.
Última restauración para llegar al aspecto actual: de 1900 a 1952
En 1900 llego la restauración en la galería porticada de la mano de Antonio Bermejo y con su muerte en 1901 se puso al mando Vicente Lampérez hasta 1904, cuando renunció por el mal estado de la iglesia y con numerosas obras por delante para salvar el edificio. Cuatro años después, en 1908 Juan Agapito y Revilla y Santiago Guadilla de la Serna realizaron un informe en el que declararon absolutamente ruinoso todo el edificio gótico menos los ábsides, con lo que la iglesia se cerró al público, trasladándose el culto parroquial a la cercana iglesia de las Angustias.
Al año siguiente, el arquitecto Ricardo García Guereta realizó un proyecto para restaurar la torre. En 1911, debido al mal estado de las partes góticas, Adolfo Fernández Casanova declaró que sería mejor derribar las naves y el crucero de la iglesia, además de todas las edificaciones adosadas, salvando los ábsides, la torre y la galería porticada románica, y realizar a continuación un edificio nuevo. A partir de 1912 se restauró la torre bajo la dirección de García Guereta, eliminando sus antepechos del siglo XVI y el gran muro que forraba su cuerpo bajo, procediendo a recalzar la torre con hormigón, además de sustituir sillares y piezas de impostas, rejuntando toda su sillería. En torno a 1915, se procedió a derribar las partes por indicadas por Casanova años antes.
El retablo que talló en 1500 Juan de Juni, se trasladó en el año 1922 a la Catedral de la ciudad de Valladolid, donde se encuentra en la actualidad. Entre 1918 y 1934 el templo que se construyó era de estilo neogótico y trata de armonizar con los ábsides del siglo XIV que se conservaban todavía. Se organizó de la misma manera: tres naves de dos tramos con crucero no marcado en planta y cubierta con bóvedas de crucería sencilla.
También dispone de coro alto, inspirándose en el del siglo XVI, y de arbotantes. En los dos hastiales de los cruceros se introducen rosetones, más pequeños que los originales, sobre los que se disponen unas galerías de arcos ciegos que no existieron antes. Se sustituyeron sillares y molduras, cerrando las ventanas que habían sido abiertas a posteriori y abriendo las originales que había tapado el retablo de Juan de Juni. Las obras se terminaron en 1934, aunque en 1947 se realizó una sacristía neogótica adosada al crucero sur para el servicio de la iglesia y, al año siguiente, se restauró la galería porticada románica, reforzando su cimentación y saneando su cubierta. Por fin, en 1952, la iglesia se abrió de nuevo al culto.
En la década de 1980 se derribó una manzana de casas en ruinas y que se encontraban muy próximas a la parte oeste del edificio para aislarlo y mejorar su visión, convirtiendo el terreno que se dejó libre en un pequeño parque aunque para ello se eliminó una manzana de origen medieval y que contaba con casas del siglo XVI, XVII y XVIII, pero aun así el monumento muestra un valor y una importancia arquitectónica muy significativos.
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