El discreto arlequín que vigila los recreos de un colegio de Valladolid
La escultura de hierro del artista Ángel Membiela ubicada en la calle Fray Luis de León ha sido, durante muchos años, víctima de actos vandálicos
No solo los profesores encargados de hacer guardias en las horas de recreo del colegio San Juan Bautista de la Salle vigilan a los alumnos, ... a pocos metros del centro y con una pose despreocupada, la figura de hierro de un arlequín observa sentado a los viandantes de la zona. La escultura de bronce es una más que se suma a la variopinta colección del artista vallisoletano Ángel Membiela (1946-2022) y que completa otra zona del callejero urbano de Valladolid.
Lo cierto es que la pieza de este bufón en Valladolid es una copia exacta de la original del autor, realizada con un material diferente. La primera que se esculpió empleando una viga metálica tipo «Grey» fue recortada y moldeada para dar forma a la figura de un arlequín sentado. La que pueden observar los viandantes desde 1998 en la céntrica calle Fray Luis de León está realizada en bronce, donde a mayores, se encuentra sentado en una peana que a priori invita al diálogo entre la escultura y los viandantes, como si este fuese un vecino más de la zona.
Y es que a pesar de la imagen relajada o de meditación que refleja la figura, son muchos los viandantes que se han tomado la confianza de pegar en la escultura chicles o de meterle en la boca cigarrillos. El arlequín, que dispone a su alrededor de unos bancos, de una manera u otra, se convirtió en los años 2000 en una zona donde los alumnos y jóvenes se juntaban a charlar.
Una figura accesible al público
El propio José Luis Cano de Gardoqui dedica unas palabras a la obra de Membiela en su libro 'Escultura pública en la ciudad de Valladolid': «La maestría de Membiela desplegada en el trabajo del metal, dota a la figura de una inusitada flexibilidad y ligereza formales a un material tan rígido y pesado en origen como la viga Grey de sección especial, cuya sección cuadrada permite ese juego interesante de llenos y vacíos, de rectas y curvas tan personal y característico del artista.
La despreocupada actitud del personaje, ubicado sobre estrecha peana rectangular horadada, así como el propio emplazamiento de la figura, muy accesible por otra parte a los viandantes, son aspectos que atraen indefectiblemente la atención del ciudadano, quien desde un principio sintió cerca y familiar esta obra». Este no es el único arlequín que se encuentra entre la colección de Membiela. Existe una escultura de bronce, que el artista vallisoletano elaboró a partir de una obra en barro y que fue comprada por el Ayuntamiento de Valladolid para situarla en la Plaza de San Francisco de la ciudad como decoración del propio parque.
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