El convulso estreno de un restaurante en la plaza Circular de Valladolid
El gastrobar Chico Loco, abierto desde el 1 de agosto, ha sufrido un incendio en su cocina y la aparición de un hombre con una pistola en dos meses y medio
José María García Villalonga no gana para disgustos desde que decidió emprender en la plaza Circular de Valladolid con el gastrobar Chico Loco. Se embarcaba ... en un nuevo proyecto de hostelería que hasta el momento le ha dado más de un quebradero de cabeza en forma de sucesos. Dos meses y medio con la verja levantada y en los que hasta el momento, este joven emprendedor, acumula un incendio en su cocina y un 'cliente' que este domingo entró con una pistola, afortunadamente simulada, para dejarla encima de la barra. Además se hizo pasar por un policía colombiano.
Dos contratiempos que el propio gerente, que tiene otro local en la plaza Rosa Chacel, comenta y los cuales no le han mermado la ilusión de sacar adelante su establecimiento. «Las cosas hay que superarlas para seguir hacia adelante», apunta desde el otro lado de la barra y la camarera Tatiana a su lado. Ella fue la que este domingo, a eso de las 11:00 horas, se topó con el joven de 24 años que dejó una pistola en la barra. «Actuó muy bien. Habló con la Policía por WhatsApp y todo fue muy relajado para no levantar sospechas, junto con los clientes que estaban. La Policía llegó en cinco minutos y le redujeron. Todo quedó en un susto», relata el hostelero.
La propia plaza Circular se llenó de agentes para devolver la normalidad a la zona y seguir con el domingo festivo del Día de la Hispanidad. «Al final debía ser una réplica (se trata de una pistola de balines, pero prohibida), pero la camarera estaba aterrorizada. Te ponen un arma en la barra y no sabes si es de verdad o de mentira», continúa García Villalonga, mientras apunta que se trataba de «un chico que volvía de fiesta».
«La camarera estaba aterrorizada, te ponen un arma en la barra y no sabes si es de verdad o de mentira»
José María García Villalonga
Ese sobresalto se entremezcla con el del pasado 15 de septiembre, cuando la cocina del restaurante se incendió para dejar el local repleto de humo. «El bar estaba negro, vinieron hasta tres dotaciones de los Bomberos de Valladolid», describe lo sucedido.
Todo apunta, según las primeras investigaciones, que se trató de un fallo de la nueva cocina lo que originó las llamas. «Estaba fallando mucho desde el principio. Nos quedamos sin cocina, porque la tuvimos que tirar. Ahora, en este mes, ya hemos recuperado la instalación eléctrica a falta de que llegue la nueva cocina», manifiesta el hostelero, que de momento se apaña con desayunos, platos fríos y alguna elaboración más sencilla hasta que instale los nuevos aparatos.
A finales de este mes, el joven emprendedor confía en recibir el material restante para recuperar la carta completa de su gastrobar, siempre y cuando no acumule más sucesos. «Estamos muy pendientes de las croquetas, porque siempre he sido muy croquetero. Tendremos una gran variedad. Luego, también, los buñuelos serán una especialidad de la casa con su bechamel y su tempura. Estamos metiendo mucha carne y una gran variedad de vinos porque quiero que la gente venga y disfrute de la experiencia completa. No solo de la comida, también de la bebida y del postre», agrega José María García Villalonga sobre su futuras especialidades de la casa.
Estas elaboraciones han estado muy poco tiempo en la carta del Chico Loco. A pesar de los contratiempos más sonados, el inicio no ha sido un campo de amapolas. Levantó la persiana el 1 de agosto y, según relata su propietario, no dispuso los primeros días de la terraza, en plena acera de la plaza Circular. «El primer mes fue muy bueno», puntualiza.
Feria de Día
Luego, con las fiestas de la Virgen de San Lorenzo, el hostelero trabajó dos casetas en la Feria de Día en la zona de Santa Cruz, una por cada negocio que regenta. «Si acabamos con las fiestas el 14 de septiembre, al día siguiente, por la tarde, se prendió la cocina», se lamenta en un sinfín de percances que espera que hayan llegado a su conclusión.
«Son sucesos que no se pueden controlar», concluye el hostelero durante una nueva jornada de trabajo y delante de una cocina cubierta con una pancarta que esconde los restos del incendio del pasado 15 de septiembre.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión