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José M. Estrada y Álex Colzi, en su empresa L. N.
Convertir los residuos en productos de valor añadido

Convertir los residuos en productos de valor añadido

José M. Estrada y Alexandre Colzi de Trovant Technology

Laura Negro

Valladolid

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Domingo, 31 de marzo 2019, 11:33

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José Estrada y Álex Colzi se conocieron en 2009 cuando trabajaban en sus respectivas tesis doctorales. Nueve años después, tras ver que compartían el mismo ideal de proyecto, decidieron aunar esfuerzos y poner en marcha Trovant Technology S.L., una 'startup' especializada en biotecnología medioambiental, cuyo objetivo es el tratamiento y la valorización de residuos para la obtención de productos de alto valor añadido.

Álex es natural de São Paulo (Brasil). Allí estudió la carrera de ingeniería civil e hizo su master de ingeniería técnica. Su tutor, que colaboraba muy estrechamente con el departamento de Ingeniería Química de la UVA, fue el que le animó a dejar su país para venir a estudiar a la capital del Pisuerga en el año 2006. Llegó con una beca de estudios para la tesis, en la que estuvo trabajando hasta 2010, año en el que regresó a Brasil. «Allí es más complicado investigar que en Europa, porque el acceso a la financiación es muy limitado», asegura. Por eso, más tarde regresó a España para trabajar en una empresa de tratamiento de residuos zaragozana, como responsable de investigación.

Por su parte, José, de origen abulense, estudió Ingeniería Química. Trabajó 4 años en el departamento de Ingeniería Química de la UVA, investigando sobre tecnologías biológicas para el tratamiento de gases contaminantes. Coincidió con Álex haciendo la tesis y enseguida congeniaron. Al terminar, en plena crisis, se marchó a Londres a trabajar, primero en una universidad y más tarde en una consultora especializada en análisis de calidad del aire urbano. El destino los unió en la misma empresa, en Zaragoza, donde surgió la idea de emprender juntos. Perfilaron un proyecto empresarial fusionando lo mejor de la universidad y de la empresa, dos mundos que ambos conocían bien. «Echábamos de menos una mayor transferencia tecnológica y de conocimientos del mundo universitario a las empresas tecnológicas. Creíamos que podíamos ayudar en ese sentido», afirma José.

Durante meses compaginaron sus trabajos con la puesta en marcha de la nueva empresa. Ninguno de los dos tenía experiencia en materia de emprendimiento y, por ello, decidieron participar en diferentes lanzaderas y programas de apoyo a emprendedores en Zaragoza, Madrid y Valladolid. «Queríamos asentarnos en Valladolid, porque es una provincia con grandes oportunidades en sectores como el de automoción y el agroalimentario, además, los costes eran mucho más asequibles. Pero siempre con las miras puestas a abrir mercado en otras ciudades», cuentan.

Su proyecto ha recibido un gran apoyo por parte de las administraciones. Así, a José le concedieron la subvención para el Retorno del Talento del Ayuntamiento de Valladolid, que consistía en el 60% de los costes de inversión. En total, recibió unos 25.000 euros, que destinaron a equipar el laboratorio, a gastos de personal y otros costes derivados de la puesta en marcha. Su proyecto fue merecedor de un premio nacional en 2018 lo que le permitió la posibilidad de viajar a Silicon Valley y conocer la cuna de los grandes gigantes tecnológicos. «Asistí a clases magistrales con grandes empresarios. Aquello nos abrió mucho camino. Fue una oportunidad increíble», recuerda este emprendedor.

A su vez Álex participó en la Aceleradora de Empresas ADE 2020 del ICE de la Junta de Castilla y León, lo cual le sirvió de gran ayuda a la hora de redactar su plan de empresa y, sobre todo, les dio la posibilidad de instalarse en la Bioincubadora del Parque Tecnológico de Boecillo, donde disponen de unas impresionantes instalaciones y laboratorios de trabajo comunes. «Éste ha sido un paso clave en nuestro desarrollo, que nos ha aportado la infraestructura necesaria en estas primeras etapas de nuestra actividad. Aquí podemos trabajar en laboratorios completamente equipados, que nosotros no podríamos permitirnos», dicen.

Asesoría especializada

Trovant Technology ofrece un servicio de asesoría especializado en biotecnología. Estudian cada proceso al detalle, incluyendo análisis químicos o microbiológicos. También ofrecen servicios microbiológicos personalizados y adaptados a la demanda del cliente. «Utilizamos microorganismos para conseguir productos de valor añadido a partir de los residuos, como puede un bioplástico o en energía como un biogás», informan.

Trabajan con clientes de toda Castilla y León y de Madrid, donde cuentan con grandes 'partners' tecnológicos. Dos de sus proyectos más importantes pertenecen al programa de Economía Circular del Ayuntamiento de Valladolid, como el que están realizando para la granja palentina Ovino TG, con el objetivo de transformar los excrementos en un biofertilizante, o el que realizan para Aquavall para mejorar el rendimiento en la producción de bioenergía y la transformación de residuos de la depuración de las aguas en bioplásticos. «Nos dirigimos principalmente a empresas del sector agroalimentario, adaptando cada proceso a cada necesidad. Todavía hay muchas empresas que no priorizan el tratamiento de los residuos y esto es algo importantísimo. Aparte de reducir el impacto medioambiental, para las empresas es un gran ahorro y en muchos casos reporta un beneficio gracias a la generación de energía. Hay que empezar a ver los residuos como una materia prima de valor, a partir de la cual podemos obtener un nuevo producto», concluyen.

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