El contragolpe de Óscar Puente

La acción de Puente, en campaña electoral consciente desde hace ya meses, pone el contrapunto a la acción de la oposición, muy visible en las redes sociales y basada en un asunto que el propio PP desterró en el primer Pleno del mandato, el soterramiento. El 1 de abril, José Antonio De Santiago-Juárez mostraba el acta de aquel día para demostrar que entonces ya defendían «que el soterramiento es factible y mejora la ciudad». Así se lee en el primer párrafo. Justo a continuación, sin embargo, se añadía: «Somos conscientes de que la ciudad les ha dado a ustedes la razón, tanto con carácter general como en los barrios más afectados: Delicias, Pajarillos, Vadillos y Pilarica». Y por tanto les parecía «razonable anunciar» que no iban a perder el tiempo «en debates estériles». «No vamos a insistir en que sería posible soterrar, cuando la alternativa de la integración en superficie ha sido refrendada por la ciudad en estas elecciones».

Pero eso era en 2019.

Tres años después, el intento de la Plataforma por el Soterramiento de reactivar la operación ha servido al PP para reengancharse al debate. Después de haber tratado, en vano, paralizar cautelarmente las obras de integración, algo que desestimó el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº3 de Valladolid.

En este punto, el alcalde se centra en el túnel de Labradores, que estará a punto antes de la cita electoral y que cambiará la fisonomía del antiguo paso bajo las vías. El equipo de Gobierno tiene un dosier recopilatorio de promesas y plazos incumplidos en el proyectado soterramiento que nunca llegó, con Javier León de la Riva al frente, y sobre la deuda de la Sociedad Alta Velocidad, que amenazaba financieramente al Ayuntamiento. De momento, sin embargo, la línea de defensa en este punto se basa en mostrar la «integración real» frente a las críticas de quienes consideran, como la Plataforma o ahora el PP, que hay que hacer borrón y cuenta nueva ahora que muchas ciudades españolas acometen proyectos similares.

El concejal popular José Antonio Martínez Bermejo ha utilizado como ariete otros asuntos relacionados con lo que para el PP son gastos inútiles, como los jardines verticales, los toldos de la calle Santa María o el reciente 'muro' vegetal de la calle Hospital Militar. «El proyecto Green Up. 1,6 millones de euros para cosas verdes raras», decía por ejemplo en otro hilo tuitero. Estas inversiones y sus efectos, junto a la falta de limpieza, son algunas de las cosas que han criticado continuamente los populares. La movilidad, sin embargo, es el principal objetivo de la oposición, que se ha felicitado por lo que consideran una «rectificación» del equipo de Gobierno en relación a la calle Miguel Íscar, que concentraba los mayores problemas de tráfico. La etiqueta #Puenteatasca se ha convertido en habitual en las publicaciones de los ediles del PP, que han lamentado la peatonalización «sucia» de María de Molina o las pinturas en la calzada de Nicolás Salmerón o Regalado.

La respuesta de Puente al arsenal rival ha sido una recopilación de las gestiones que con más evidencia se contraponen al modelo anterior. La gestión del agua, por ejemplo, que supuso recibir las críticas del 'lobby' del que forman parte ex ministros como el socialista Valeriano Gómez. «Hoy obtenemos 13 millones de euros de beneficio anual, frente a los 5,6 que nos pagaba la concesionaria a la que el PP entregó la gestión privada del agua», escribe Puente, que en este punto trata de realzar el valor de actuaciones similares como la adquisición del otro 50% de Nevasa, la empresa funeraria ya completamente pública, o la reversión de la gestión de los aparcamientos. «Y hemos empezado por el más emblemático, el de la Plaza Mayor. Los 700.000 euros de beneficio de la actividad los ingresará el ayuntamiento frente a los 6000 euros que pagaba el concesionario», insiste.

Los servicios públicos serán el gran argumento de Óscar Puente, que añade en su recopilación la renovación de la flota de Auvasa o, contra lo que observa el PP, el hecho de que en el último informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) Valladolid figure «entre las 15 ciudades más limpias de España» con un coste tres veces menor que el de Salamanca, «que tiene el servicio privatizado». También añade la compra de viviendas de alquiler social o el cambio de calderas y otras mejoras en los centros educativos de Infantil y Primaria de cuyo mantenimiento se encarga el Ayuntamiento.

Al mismo tiempo, y para contrarrestar la etiqueta despectiva de «socialcomunistas» que la oposición asigna al Gobierno de España, sin ir más lejos, combina el mensaje de su apoyo a la causa LGTBI+ y su decisión de oficiar matrimonios homosexuales con la promoción que el Ayuntamiento hizo de la Semana Santa en su visita al Vaticano y en su encuentro con el Papa Francisco.

Son 25 tuits que componen un panóptico de gestión con barniz de argumentario electoral. Un contragolpe que empieza con este paso al frente que marca el rumbo a sus concejales y afiliados.

Lo hace en un momento crucial, además. El resultado de las autonómicas, aunque no es extrapolable a unas municipales, muestra que en muchas ciudades y pueblos la suma PP-Vox puede acabar por propiciar acuerdos que dejen a la izquierda fuera de los gobiernos. En Valladolid, con Ciudadanos en proceso de desaparición (tiene 3 ediles), Valladolid Toma la palabra en renovación y Podemos inexistente, el PSOE tendrá que intentar cubrir el espectro más amplio posible, desde el centro hasta la izquierda más a la izquierda, para poder anular esa posible alianza.

«Puente está nervioso», insiste José Antonio De Santiago-Juárez casi en cada mensaje que tuitea. Esa es su apreciación. En lo que va de año, Óscar Puente ha visitado las obras finiquitadas de la Plaza de la Trinidad, calle Amor de Dios, Plaza Cine Castilla en Girón, calle Huertas y, por supuesto, las del paso de Labradores. Lo que resulta indudable es que el alcalde está ya en modo campaña.