Cierra Todarte en Valladolid tras 40 años: «Nuestra 'T' ha sido tan representativa como la de Tous»
«A los jóvenes ya no les interesaba. Prefieren lo minimalista, lo simple, comprar a empresas gigantescas, y mejor todavía si son 'on line', como Amazon», lamenta José Carlos García
Raúl R. Méndez
Martes, 29 de julio 2025, 06:41
Entrar a Todarte (tienda de antigüedades, bellas artes y manualidades situada en la calle Leopoldo Cano, una de las arterias que nacen del Teatro Calderón ... de Valladolid) a pocos días de su cierre por jubilación, que se producirá a finales de este mes, es como cruzar las puertas de un museo que se ha quedado huérfano, sin arte, vacío de alma y de la gracia que tuvo antaño. Al menos así lo define, casi entre lágrimas, su hasta ahora propietario, José Carlos García, de 65 años: «El arte tiene fecha de caducidad. Muere y, bueno, se acaba. Llega a su final y no hay más historia que contar. Y, desgraciadamente, en los tiempos que corren, no veo yo óptica artística arraigada en las nuevas generaciones. A los jóvenes ya no les interesaba Todarte. Prefieren lo minimalista, lo simple, comprar en grandes almacenes, a empresas gigantescas. Y mejor todavía si son 'on line', como Amazon», lamenta, con mirada melancólica, mientras echa el que de seguro será uno de los últimos vistazos a la que ha sido su casa durante prácticamente cuatro décadas.
«Una parte del viaje es el final»
José Carlos García
Propietario de Todarte
Algunos recuerdos siguen por el suelo, pendientes de empacarse en cajas que José Carlos casi se niega a mirar, y las estanterías están desiertas. Donde antes había lámparas, pasos de Semana Santa en miniatura, figuras talladas en bronce o porcelana, hoy solo quedan fotografías que el manufacturero enseña, recordando con exactitud casi quirúrgica el año, el material y el destino de cada pieza que salió de Todarte: vidrieras para santuarios y catedrales, el rótulo original del histórico Café Molinero, el nuevo cartel del Bar La Sepia.
«No estoy triste por dejar Todarte. Al fin y al cabo, una parte del viaje es el final. Es una etapa que se cierra, y sabía que este momento llegaría más tarde o más temprano. Aunque seguiré vinculado a la producción artística, fabricando o restaurando piezas en mi tiempo libre, ya en exclusiva para amigos y conocidos».
Legado familiar
La mayoría de los materiales que poblaban Todarte hace tan solo unos meses ya tienen fecha de recogida en el punto limpio, y algunas de las piezas que guardan mayor peso sentimental buscan hueco en la casa de Eduardo, hijo de 30 años de José Carlos, que se niega a desprenderse de la espina vertebral del legado familiar a pesar de no querer continuar con el negocio, quizá por su inminente fecha de caducidad y por el poco atractivo que tiene entre los jóvenes. Su camino, más bien otro, le ha llevado a obtener plaza como policía nacional. «Les haré un hueco en casa, donde sea. Esto no puede estar en ningún otro sitio. Quiero que mi salón sea una especie de museo de lo que fue Todarte y quedarme con lo más importante, representativo o emocional, como ya hiciera con antiguas piezas de mi abuelo».
«Quiero que mi salón sea una especie de museo de lo que fue Todarte»
Eduardo García
Hijo de José Carlos, propietario de Todarte, y Policía Nacional
El padre de José Carlos y abuelo de Eduardo, José Luis, fue el que inició la conexión de la familia García con el mundo de las antigüedades, tras cursar durante muchos años estudios en la escuela de bellas artes. Con él empezó la historia en los años 50. Una que después solidificó en el primer proyecto profesional cuando alquilaron, en los ochenta, el local en el que hasta ahora han atendido a vallisoletanos tan diversos como apasionados del mundo de las manualidades. En palabras de José Carlos, «fiscales, empresarios, otros autónomos». «Incluso políticos», afirma -aunque sin desvelar quiénes han sido los ediles fieles a Todarte-.
«Al principio, mi padre no me dejaba hacer gran cosa. Me enseñaba con sumo cuidado, pero con tareas que requerían poco esfuerzo y no demasiada precisión. Limar las asperezas de una pieza casi terminada, por ejemplo, para ver qué tal se me iba dando», recuerda, prácticamente entre risas, aunque aún guardando luto evidente. Su padre falleció hace escasos seis meses, y para él, entre el cierre de Todarte y la pérdida de José Luis, no están siendo precisamente los meses más fáciles. Tampoco los más alegres.
Cine
La vinculación de Todarte con la ciudad del Pisuerga ha sido tanta durante estos cuarenta años que el camino, aunque arduo, les ha llevado a colaborar con Seminci en diversas tareas, como la manufactura y diseño de emblemas, carteles y decoración para los distintos espacios en que se celebra y realiza cada año la Semana Internacional del Cine. Y no solo de forma esporádica. «Anteriormente con los otros directores, ahora con José Luis Cienfuegos, nuestra relación con la Seminci ha sido estrecha y de total colaboración prácticamente hasta el final», relata José Carlos antes de ironizar sobre el significado de la letra te que compone el logotipo de su tienda de antigüedades: «ha sido tan representativa e importante para Valladolid como la de Tous o Telekom».
«Tan solo me falta la firma de Steven Spielberg»
José Carlos García
Propietario de Todarte
El cine también es una de sus más grandes e indudables pasiones. Una de las piezas que guarda con más cariño es la de una claqueta dentada que realizó a mano inspirándose en 'Tiburón', la mítica película de Spielberg estrenada en 1975, hace ya cincuenta años, y una de las favoritas del propietario de Todarte. «Tan solo le falta la firma de Steven, que, bueno, no habría estado de más», ironiza.
Atlético de Madrid
Entre las cajas de cartón del local casi desértico, aparece un cuadro que parodia 'El triunfo de Baco' de Diego Velázquez, con uno de los borrachos que corona el dios griego de la fertilidad y el vino portando una elástica rojiblanca tradicional. José Carlos, con sorna, decidió darle el apodo de 'El Agüero de Velázquez'. El original, explica, fue entregado al propio Sergio Agüero cuando vistió los colores del equipo indio entre los años 2006 y 2011. «Fue un regalo que pudimos hacerle al entonces mejor jugador de nuestro equipo. Nos llenó de orgullo, como buenos atléticos de herencia que somos todos en esta familia, poder lograr algo así».
«No habría podido acometer mi trabajo en Todarte de la misma manera sin la filosofía de vida que brinda ser del Atlético de Madrid. Yo siempre he aprendido de este equipo que hay que poner un pedacito de alma en cada cosa que se hace. Y así empecé a entender que en este oficio no se es nadie si no depositas parte de tu energía vital en cada pieza, si no dejas morir parte de tu vida en cada encargo», narra José Carlos visiblemente emocionado, mirando a su hijo, antes de darle un toque de atención, y quizá toda una lección de vida sobre la paciencia: «Somos del Atleti, hijo, así que deja de ponerte tan nervioso y cuenta hasta diez. Todarte se va, pero nosotros no. Seguiremos estando, de una manera o de otra».
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