Valladolid
La Casa Resines comienza a vaciar su arruinado interior para recuperar su esplendorLos trabajos son el inicio para recuperar el número 9 de esta casa doble de la Acera Recoletos de cuatro alturas que comparte la esbelta fachada con el bloque contiguo que ya luce restaurado
Una destartalada realidad que empieza a recobrar su esplendor. La Casa Resines entra en quirófano después de varios lustros esperando una reforma que la unifique ... con su bloque hermano. El histórico inmueble situado en la Acera Recoletos está más cerca de completar su rehabilitación que más bien parece algo así como una historia en blanco y negro simplemente con contemplar una y otra fachada del que realmente es una única portada. Y es que la céntrica casa caracterizada por la esbeltez de su fachada se corresponde con los números 8 y 9 de la céntrica vía compartiendo estética y diseño de la fachada aún con dos portales diferentes y también bastante distinto su estado de conservación. La situación actual es que el primer portal está restaurado y habitable y el segundo está ruinoso. Y las portadas se presentan de idéntica manera estando la primera arreglada, pintada y con la carpintería modernizada acorde a los cánones originales mientras que la fachada contigua está destartalada, con marquetería apuntalada, ventanas con cristales rotos, pintura invadida por los desconchones e incluso yesería afectada por la falta de conservación.
Pues esta situación ha comenzado a revertirse con el inicio de su esperada remodelación tanto en cuanto la Casa Resines está considerada como un monumento patrimonial de la ciudad. Una distinción popular que en los próximos meses verdaderamente hará honores a su prestigio con una rehabilitación que acaba de iniciarse con el vaciado y desescombro del interior del inmueble, la retirada de enseres varios de los pisos tipo cajones y puertas de armarios e incluso maletas de otra época además de numerosas tablas y antiguos materiales de forrado de paredes tal y como estos últimos días se ha visto entre el escombro acumulado de los contenedores de obra colocados a las puertas del inmueble que se están llenando muy rápido como consecuencia de los numerosos cascotes sacados.
La imagen que se presenta desde el exterior es de una edificación con un aspecto casi ruinoso, ahora las ventanas abiertas e incluso aún con cortinajes que dejan entrever el interior. Las que tienen mejor visión de la situación, además de los operarios que trabajan allí y que continuamente han estado bajando material y sacos de escombro, son las palomas. Las numerosas aves que se habían convertido en los últimos años en los únicos moradores de este bloque con el consiguiente aspecto degradado que aportaban a la Acera Recoletos en lo que significa una de las construcciones más bellas de la capital como siempre han apuntado naturales y visitantes pero también expertos en arquitectura.
El inmueble presentaba una estética degradada a la Acera Recoletos por la presencia de aves en su interior
De cuatro alturas, con esbeltos ventanales que cada uno asoma con estética diferente, este edificio empieza a conseguir su esplendor original en unas tareas que, en lo referido al numero 8, las obras de restauración comenzaron hace justamente una década. Una primera fase en que el Ayuntamiento de Valladolid obligó a la propiedad en un primer momento a recuperar la secuencia de huecos de la fachada haciendo retornar así las columnas de la parte inferior que hacía muchos años se habían eliminado. Era una cuestión estética, de orden arquitectónico, pero con la que se quería devolver el aspecto original al bloque del siglo XIX poniendo un pilar en el centro del escaparate del local donde antiguamente sí existía y utilizando el modelo de los ya existentes trazando así la secuencia de los huecos y la uniformidad de toda la portada, tanto la verticalidad como la horizontalidad. A partir de aquí, los diferentes propietarios de las viviendas empezaron a solicitar las oportunas licencias para acometer las obras y dar el lustre merecido al interior y al exterior. El objetivo es repetirlo en el resto de los locales.
Trabajos de desescombro
Por lo pronto, el número 9 de momento se presenta al exterior con un pequeño andamiaje en la zona de paso de la propia calle por la seguridad de los transeúntes. El gran andamiaje que la cubra llegará. Hasta ese momento los primeros trabajos de desescombro y muchas miradas de los viandantes sobre esta denominada casa doble diseñada por el arquitecto Julio Saracíbar, autor también de la cercana Casa Mantilla, los dos edificios burgueses más destacados de la capital datados en el XIX. Es más, tal ha sido su repercusión en el aspecto más estético pero también más técnico, que el Catálogo de Monumentos Civiles de Valladolid de Juan José Martín González considera la Casa Resines referencia el inmueble por su aspecto «grandilocuente».
Y recuperar el esplendor de esta construcción significará al tiempo sumar en la recuperación de la Acera Recoletos que en su extremo hacia la plaza de Colón, esquina con Gamazo, también es testigo del paso del tiempo en otro llamativo bloque donde nadie reside desde hace años y donde en los últimos tiempos incluso hasta los propios bomberos de la ciudad han tenido que intervenir ante diferentes episodios de caídas de elementos de la fachada hacia la vía pública. Los locales con escaparates bastante degradados tampoco dan el mejor aspecto a esta histórica vía ni tampoco a la propia capital vallisoletana dado que es una de las zonas de acceso al acaso histórico para miles de turistas que se acercan en tren hasta aquí apeándose en la Estación de Valladolid-Campo Grande.
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