Valladolid
Los bomberos que intervinieron en la explosión de Goya: «Lo prioritario fue el rescate de las personas»Los profesionales del Servicio de Extinción de Incendios rememoran la actuación y destacan que lo más importante fue llevar muchos recursos materiales y humanos en poco tiempo
Tienen ese día grabado a fuego. Para unos era el primer día como bomberos del Ayuntamiento de Valladolid, para otros, una complicada jornada más dentro ... de esta profesión. Hablan como representantes de todos los compañeros, más de 50, que se desplazaron de emergencia hasta la calle Goya, aunque se centran en la habilidad del mando Barrios. «No está en este reportaje, pero es él el que se tiene que llevar todo el mérito», agregan Rubén, Pablo, Ignacio y Álvaro, cuatro de los efectivos que esa fatídica noche se movilizaron de urgencia para socorrer en la explosión de gas de la calle Goya.
Toma la voz el sargento Ignacio Collado. «Lo más importante es que llevamos mucho material y mucha gente en muy poco tiempo», recuerda. «La llamada saltó en el parque central. Luego entraron muchos avisos. A nuestra llegada los compañeros estaban con las reacciones inmediatas», continúa el sargento.
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Eso consistía en rescatar al mayor número de personas. «Son momentos de tensión, porque tienes que localizarlas y sacarlas. Todo eso lo más rápido posible», añade Collado.
Intervención de riesgo
Ante un escenario que desconocían, la gran cantidad de efectivos propició que el trabajo se repartiera. Además de centrar los esfuerzos en sacar a los vecinos de las llamas, se cortaron los suministros de luz y gas. «Había bastante calor en el interior, sabíamos que era una intervención de riesgo. No sabíamos cómo estaba la estructura del edificio», prosigue Collado dos años después de una larga noche que no concluyó hasta la salida del sol.
La imagen que se encontraron fue dantesca. «No había luz, trabajamos a oscuras y con muchos escombros», continúa con el testimonio, en esta ocasión, otro de los veteranos, Rubén de Lera, quien relata la dificultad de sacar a las personas del inmueble. «Alguno creo que fue rescatado con la escala, pero la mayoría bajó por las escaleras hasta la calle. Se les puso una capucha de huida para sacarles. Estaba todo roto, con puertas que no se podían abrir y que tuvimos que tirar para liberar a los vecinos», manifiesta Rubén.
Como veterano fue uno de los bomberos que apadrinó a los novatos en su primer día. Siempre estuvieron con un compañero veterano para que esa primera guardia, con una emergencia de tal calibre, fuera más digerible. «En el trayecto hasta Goya solo tenía ganas de ayudar y hacerlo lo mejor posible. Entras en modo automático de trabajo y en mi caso das la magnitud de lo que había pasado al día siguiente», detalla un joven Pablo Sanz.
«No había luz, trabajamos a oscuras y con muchos escombros»
Rubén de Lera
Bombero
De esa intervención, Pablo aprendió a «gestionar los nervios». Nunca tuvo miedo al estar arropado por sus compañeros. Al igual que Álvaro Mota, que para él también fue su primer día. «Fue una experiencia que nos servirá para toda la vida, para seguir aprendiendo. Porque novato siempre lo serás al seguir aprendiendo en esta profesión», apunta. Fue una jornada, la primera de muchas, que le servirá para no relajarse en la profesión. «Lo hicimos lo mejor que pudimos», puntualiza.
Desde entonces, los conocimientos no han parado de entrar en estos dos jóvenes bomberos. Hasta acudieron a Valencia para ayudar en la dana. Ahora confían en tener un 1 de agosto más tranquilo, aunque «lo que haya lo tendremos que afrontar», concluyen.
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