Un bloque de Pinar de Jalón contrata a un vigilante para frenar los robos en su garaje

«Estábamos hartos de sufrir robos en nuestro garaje y finalmente acordamos tomar medidas a costa de nuestros bolsillos», apuntaron ayer un grupo de vecinos de la urbanización Pineas, un enorme conjunto residencial de 134 viviendas situado al final de Pinar de Jalón, entre el Canal del Duero y la ronda exterior (VA-30), que cuenta desde hace algunos meses con un servicio de vigilancia privada para controlar el garaje comunitario.

Se trata, sin duda, de una medida poco habitual, puede que única en la ciudad, en un edificio de viviendas a la que se vieron obligados a recurrir los residentes después de sufrir el último asalto a finales de junio, cuando los ladrones visitaron por segunda vez en unas semanas su aparcamiento y desvalijaron ocho trasteros, además de robar «las ruedas y el volante» de dos coches de alta gama (BMWy Audi) y de desvalijar el interior de un tercero y las maletas de las motos. El botín se lo llevaron en un Seat Ibiza robado que luego tiraron al Esgueva.

«Fue la gota que colmó el vaso», recordaban ayer los afectados antes de concretar que acordaron finalmente afrontar el coste del servicio de vigilancia a razón de 24 euros al mes por cada una de las 134 viviendas, lo que supone un coste anual de 38.592 euros para la comunidad, formada por 16 portales entre las calles Peña Vieja (por allí se accede al garaje), Aconcagua, Peña Urbina y Aneto.

Tanto ellos como el grueso de los vecinos de Pinar de Jalón reclaman «un incremento de la seguridad» en un barrio que en los últimos meses ha sumado un sinfín de robos, en su mayoría, de piezas de vehículos (volantes, catalizadores, ruedas e, incluso, la consola central de uno de ellos), pero también «se han llevado dos coches –el último, un Volkswagen Golf, durante el puente de Los Santos–», vaciado los trasteros...

Los vecinos se reunieron ayer con la concejala de Ciudadanos Pilar Vicente, a la que informaron de la situación –el barrio carece aún de asociación–, y ella se comprometió a trasladarlas al Ayuntamiento. «Llevamos meses pidiendo más presencia aquí de la Policía Local, así como una reestructuración de la plantilla, y proponemos la colocación de elementos disuasorios como una cámara en el único acceso del barrio (por la calle Kilimanjaro) desde la avenida de Zamora», apuntó la edil.