Auvasa emplea más de 30.000 horas de taller al año en Valladolid y revisa la flota cada 35 días
La empresa invierte casi un millón de euros anual en mantenimiento y cuenta con medio centenar de trabajadores en el centro reparador
En el taller de Auvasa, en uno de los extremos del polígono de Argales, las horas entre alternadores, bobinas y otros recambios pasan, a veces ... deprisa, otras, más lentamente. De una forma u otra, el complejo de reparaciones y mantenimiento de la firma de Autobuses Urbanos de Valladolid sumó el pasado año más de 30.000 horas entre todos los trabajos de los operarios que velan para que la flota de vehículos circule todos los días «a pleno rendimiento».
En esa lista de tareas que nunca para, el mecánico de la empresa de transportes puede centrar su jornada en «el cuidado usual o aseamiento», que permite que los viajeros se encuentren el autobús «en perfectas condiciones»; o en campañas específicas, que se agendan en el calendario de forma cíclica, algunas extraordinarias correspondientes a cada estación del año.
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Existen revisiones especiales de climatización de los vehículos, por ejemplo, antes de empezar el verano; o de limpieza de los motores, que comienza con los primeros días de enero. Otra de las acciones tiene a las temidas pelusas de los chopos u otros árboles como enemigas, lo que implica que los operarios de limpieza se multipliquen al término de las jornadas primaverales. «Sacan auténticas mantas de pelusas, con el peligro que eso conlleva. De ahí la revisión diaria de este aspecto», explica Pedro Velasco, director técnico y de explotación de Auvasa. Se trata del plan especial anti incendios, e incluye la limpieza del motor y la caja de cambios.
El mantenimiento diario conlleva la revisión de «seis o siete» autobuses al día de forma general, y ninguno de los 150 vehículos sobrepasa los 35 días sin pasar por el taller. Este servicio en buena medida engrosa el gasto de la sala de máquinas de Auvasa, que en 2019 significó casi un millón de euros (920.000 euros).
El almacén, ese cajón de sastre en el que se aprovecha todo
Los recambios de muchas de las piezas de los autobuses encuentran su pieza idónea en el almacén que la firma ha ido ampliando con el paso de los años. Desde llantas hasta lunas enteras. Precisamente, los cristales de los vehículos son uno de los elementos más demandados. Disponer de una para el intercambio de una dañada pueda evitar días de espera. «Tratamos de que no haya autobuses parados, y el almacén es una forma de ahorrar tiempo en muchas ocasiones», explica Pedro Velasco, director técnico y de explotación de la empresa. «Aquí se aprovecha todo y más cuando tienes una amalgama tan variada de autobuses», concluye.
Los trabajos diarios y las campañas especiales las llevan a cabo el medio centenar de trabajadores que conforman la matriz de la empresa. Chapistas, mecánicos, expertos en electricidad y electrónica –en un área que crece a pasos agigantados en la automoción–, pero también personal del almacén o conductores de la cochera. «El taller no cierra nunca», describe Jesús Ángel Encinas, jefe del taller de Auvasa y quien describe la evolución de un complejo que ha dejado los fosos de trabajo por unos modernos elevadores, que exhiben 'las tripas' de los autobuses, cuando se elevan los gigantescos vehículos articulados.
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Cambios de ruedas, de motores, de lunas... Labores que pueden durar largas jornadas o unos escasos minutos, como las veces que los operarios deben desmontar uno o varios asientos para recuperar objetos de los viajeros. «Sorprendería la de veces que le toca hacerlo a los mecánicos para llegar a una cadenita, una tarjeta de crédito, un bonobús...», señala el responsable del taller.
Otro motivo de reparaciones en Auvasa tiene que ver con los siniestros que sufren los autobuses. Estos recorren casi siete millones de kilómetros al año, y los trabajos, principalmente en carrocería, derivados de accidentes, suponen un 5,39% de las horas totales destinadas a reparaciones. En el año 2019 se registraron un total de 604 siniestros, un poco más de un accidente y medio al día.
La empresa externaliza tres servicios: el recambio de ruedas, la climatización y el bobinado
La mayoría de los trabajos de mantenimiento y reparación de Auvasa se realizan en el propio taller de la empresa de transportes. Sin embargo, existen tres servicios que la firma de autobuses urbanos de Valladolid contrata de manera externa.
Los trabajos de bobinado relacionados con el motor se realizan fuera del complejo, dada su complejidad; así como las labores de climatación de los vehículos.
El último está relacionado con los recambios de neumáticos, cifrados en más de un millar al año. La firma Michelin se hizo cargo de esta tarea a principios de mes. En 2019, Auvasa realizó en torno a doscientos cambios de neumáticos con un total de 1.308 ruedas. «Son trabajos que complementan las labores que realizamos desde el taller», afirma el jefe del complejo de reparaciones, Jesús Ángel Encinas.
El convenio con Michelin, además del suministro de neumáticos incluye el mantenimiento, con todos aquellos trabajos para el aseguramiento de las condiciones de trabajo idóneas en la vida útil de las ruedas, «en relación con las características de eficiencia, adherencia y ruido más adecuadas», señala el concejal de Movilidad, Luis Vélez.
También se puede considerar externo el trabajo del empleado de Vectia, que aún supervisa el funcionamiento del vehículo híbrido eléctrico con el que cuenta la flota de la empresa.
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