La antigua discoteca Cabana de Valladolid revive para acoger 57 trasteros
La sala, ubicada en la calle Felipe II y que tuvo una segunda vida hace una década, albergará espacios desde los cuatro y hasta los once metros cuadrados
Ha pasado una década desde los últimos bailes que se vieron en la antigua sala Cabana, una de las habituales en las noches vallisoletanas de ... finales de siglo XX. Desde sus inicios a mitad de la década de los ochenta, cuando comenzó a funcionar como negocio hostelero en el número 2 de la calle Felipe II, la sala fue uno de los lugares predilectos para los bailes latinos en Valladolid. Pero todo tiene su fin, también una oportunidad para volver a empezar. Eso es lo que sucedió en la década pasada, cuando el espacio se reconvirtió en el WeRock! con un ambiente más centrado en el indie (cuando su popularidad se ajustaba más al término), pop o rock. Pero la aventura en este local duró poco menos de dos años, mientras que la esencia de la sala se reconvirtió en dos sesiones en otros clubs de la capital.
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El caso es que desde entonces la antigua sala de la calle Felipe II no había tenido nueva vida mientras que los negocios del entorno sí cambiaban de cara. El destino definitivo de la sala ya tiene nombre y será el mismo que tendrá la sala de conciertos Subterfugio, en la calle Perú, que se convertirá en trasteros después de haber sido referente de la escena indie y rocanrolera entre 1994 y 2003. Y en la sala de Felipe II hay que volver a aplicar la frase anterior de una oportunidad para volver a empezar. No será como otro espacio musical y de ocio nocturno, sino efectivamente como un local de trasteros que ya se anuncia en la entrada.
Todavía queda para que termine la actuación, pero los trabajos en el interior del local ya han comenzado con el objetivo de acoger hasta 57 espacios, como se desprende de los anuncios que la empresa que los desarrolla ya ha colgado en portales inmobiliarios. Los habitáculos se repartirán a lo largo de una superficie construida de 445 metros cuadrados en el sótano del edificio del entorno de San Miguel, que se construyó en el año 1967, con acceso desde la calle a través de unas escaleras, como ya sucedía en los tiempos de la antigua sala musical. También existe la posibilidad de utilizar un montacargas adaptado para personas, mercancías, bicicletas y motos.
Los trasteros tendrán una superficie que va desde los cuatro metros cuadrados y los más grandes alcanzarán hasta los once metros cuadrados. Estarán repartidos a lo largo de tres pasillos. En el primer espacio habrá nueve trasteros -donde se ubicará el más grande-, 23 enfrentados en el segundo y otros 25 en el último. En el anuncio del portal inmobiliario la empresa también destaca que son trasteros con una altura de 2,60 metros, realizados con paredes de ladrillo enfoscadas con mortero blanco. También se concreta que la puerta principal cuenta con cerradura de seguridad y que cada trastero dispone de punto de luz y enchufe.
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¿Precios? No hay concreción de cada uno, pero el anuncio sí que especifica el coste de un trastero de cuatro por 2,6 metros en 7.700 euros. Dicho de otra manera, el precio marcado son 1.925 euros por metro cuadrado, una cifra que sí permite orientar algo el resto de los precios de los 57 trasteros de los que dispondrá el espacio de la calle Felipe II. La reconversión del antiguo punto de la noche vallisoletana en un local de trasteros suma otro episodio más a una serie de reformas en varios bajos de la capital que se reforman para convertirse en unos espacios que en algunos casos también acogen viviendas. Además del Subterfugio, el caso más similar con este, también se han vivido otros episodios por ejemplo en la zona del Hospital Militar, donde una antigua tienda de electricidad se convertirá en un espacio residencial de tipo estudio y en 35 trasteros.
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