
Alerta: ¡Valladolid se inunda!
El Ayuntamiento de la capital realiza el primer simulacro de su plan de emergencia contra las avenidas
El centro de operaciones se ha ubicado en la Jefatura de la Policía Municipal, en el barrio de La Victoria. Los teléfonos de los diferentes servicios de emergencia arden, aunque la comunicación es fluida. Es un aspecto básico para gestionar una catástrofe natural. El Pisuerga registra un caudal de 1.300 metros cúbicos por segundo. Hay que actuar rápido. El agua ya se ha comido la playa y el paseo de Las Moreras. Y sigue subiendo.
En el río, dos zodiac, una de los Bomberos y otra de la Asociación de Salvamento y Socorrismo de Castilla y León, rastrean las orillas en busca de un operario al que la avenida le ha sorprendido trabajando. La corriente se lo ha llevado. Con pértigas tantean la vegetación de las márgenes para intentar localizar al obrero. De momento, no ha habido suerte.
Mientras, en el polideportivo del barrio de San Isidro, en la calle Santa María de la Cabeza, se han habilitado cuarenta camas de campaña para dar cobijo a los vecinos que han sido desalojados de sus viviendas ante el riesgo de que la riada los dejara incomunicados. La Cruz Roja atiende este albergue provisional, preparado con la intendencia necesaria para que a los damnificados no les falten víveres , ropa y productos de higiene. También hay psicólogos. Están formados para atender duelos y experiencias vitales traumáticas.
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El día que el Pisuerga disparó las alarmas en Valladolid
Ayuntamiento, Delegación del Gobierno, Protección Civil y los servicios territoriales de la Junta están coordinados para cubrir todos los flancos de esta emergencia, de la que ha advertido la Agencia Estatal de Meteorología. Las intensas lluvias de los últimos días han disparado los niveles en los embalses aguas arriba. Pisuerga y Esgueva rebosan. Amenazan contundentes con tomar la ciudad.
Valladolid recreó este jueves el escenario de una inundación para ensayar el protocolo a poner en marcha cuando esta situación se produzca. La última tuvo lugar en el año 2001. Entonces, el caudal superó los 2.340 metros cúbicos por segundo y conquistó con facilidad el barrio de Arturo Eyries. El desbordamiento obligó a sacar de sus casas a muchos vecinos de la zona, aunque no se produjeron daños de consideración y no hubo que lamentar víctimas.
El concejal de Seguridad, Alberto Palomino, y los responsables de Bomberos y Policía Municipal, Javier Reinoso y Julia González, respectivamente, asistieron a este simulacro con el que se estrena de forma oficial el Plan Municipal ante el Riesgo de Inundaciones, aprobado por el equipo de gobierno en 2018 y homologado por el Ejecutivo regional este pasado mes de febrero.



El documento se fija especialmente en dos ríos, el Pisuerga y el Esgueva, a la hora de planificar las acciones. En ambos, el riesgo de desbordamiento es «alto». En el primer caso, los expertos incluyen el barrio de Arturo Eyries y el área de Isabel la Católica y Francisco Suárez como susceptibles de volver a sufrir una riada ocasional en un periodo inferior a cien años.
En la Esgueva, la posibilidad se califica de «frecuente» –periodo de diez años– para las áreas de Pilarica y su nuevo desarrollo residencial de Los Santos y también para dos calles en la margen de Vadillos: como son Gabriel y Galán y Templarios. Si el periodo se amplía hasta los cien años, el riesgo se extiende a Barrio España y a espacios de Pajarillos, Vadillos, Delicias, Batallas y Rondilla. Por lo que respecta al río Duero, el riesgo se considera «medio» y lo sitúa en las zonas más cercanas al cauce del barrio de Puente Duero. En el Adaja y Cega –el tramo que entra en el término municipal apenas es de un centenar de metros– los expertos no aprecian posibles problemas al no afectar ni a población ni a bienes próximos.
Con estas premisas, el plan establece los mecanismos de coordinación entre las diferentes administraciones y las pautas a seguir en caso de avenidas. Despliegue de los servicios de emergencia, intervenciones en las zonas próximos a los cauces y logística necesaria para atender a los afectados. Este primer ensayo se repetirá de forma periódica. El objetivo: coger rodaje para que, en caso de necesidad, el despliegue fluya con total efectividad. El agua es impredecible.
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