Valladolid

El acusado de dejar tuerto a un hombre tras un botellazo niega los hechos

Estos hechos son los que se han juzgado en la Audiencia de Valladolid, donde Soufian Smires se ha sentado en el banquillo acusado de un delito de lesiones por el que se enfrenta a peticiones de prisión de nueve años (Fiscalía) y doce (acusación particular). Durante la declaración, el acusado ha negado que él participara en la pelea y ha reiterado que «no golpeó a nadie con una botella», a pesar de que salió corriendo de la zona de la multitudinaria pelea. «Era una cuestión de vida o muerte. Me fui corriendo porque empezaron a volar botellas», ha continuado.

Esa carrera fue seguida por uno de los testigos que salió tras él tras conocer que habían golpeado a un miembro de su peña, si bien fue interceptado por la Guardia Civil, que procedió a la identificación de Smires. «Salí detrás de él porque le vi golpear a gente de la peña, pero no le vi que diera con una botella», ha incidido este testigo.

Fue el primero en declarar y tras su versión han continuado una ristra de declaraciones de los presentes en los enfrentamientos de esa noche de fiesta en la localidad vallisoletana. De entre todos los que han pasado este martes por la Audiencia de Valladolid, uno de ellos reconoció que vio al acusado golpear a la víctima. «No tengo dudas», ha insistido al final de su declaración y ante las preguntas de la defensa, quien reiteró que en fase de instrucción este mismo testigo adelantó que no lo había visto.

A esa declaración se ha sumado otra de una testigo protegida, que ha preferido ocultar su rostro ante el acusado. «Le tuve de frente. Le vi romper la botella contra el suelo. Luego me tiraron al suelo, vi un revuelo y luego la víctima ya estaba en el suelo, pero no vi el golpe», ha agregado.

Otra persona que presenció el presunto fatídico golpe en la cara a José Fernández fue uno de los allí presentes, y aunque sí que señaló a Smires en un reconocimiento fotográfico no se atreve ahora a asegurar al «100%» que fuera él.

Por su parte, la víctima del golpe y que, según ha comentado, vive un calvario desde entonces al no poder ejercer su labor como camionero (su mujer ha apuntado que se ha intentado suicidar hasta en cuatro ocasiones), ha incidido en que no vio a su agresor. «Sentí el golpe y caí al suelo», ha proseguido mientras lamentaba que «he perdido mucho». «Me ha partido la vida a la mitad. Sigo con tratamiento oftalmológico, psiquiátrico y psicológico», ha concluido.

La celebración de la vista oral ha finalizado con la declaración de las forenses (ratificaron que la pérdida del ojo fue a causa del golpe) y de cuatro jóvenes propuestos por la defensa del acusado. Estos, que esa noche también estaban en Arroyo, apuntaron que no formaron parte del incidente que dejó a José Fernández tuerto.