Valladolid
Absueltos los tres sospechosos de asaltar una casa en la calle MuroEl juez recalca que los detenidos, entre ellos el declarado en rebeldía Pirri, «nunca» intentaron forzar la vivienda objetivo
Recalca el titular del Juzgado de lo Penal número 3 que existe un desistimiento voluntario «amoral» para detenerse ante un posible asalto a vivienda. Amoral ... o no, apunta, que «lo que es cierto es que no se intentó nunca comenzar la apertura de la puerta de la vivienda objetivo de los acusados». Es uno de los fundamentos de derecho que se desprende de la sentencia absolutoria a favor de los tres sospechosos de intentar asaltar una vivienda del número 10 de la calle Muro en la noche del 10 de agosto de 2022.
Esa madrugada, en una persecución que se puedo tildar de película al intentar huir de la posible escena del robo con fuerza, la Policía Nacional, en colaboración con la Municipal, detuvo a tres a personas, entre ellas el conocido por sus andanzas con la banda del BMW Pirri, así como a otras dos personas (I. F. L. y H. C. P.). Una cuarta persona logró huir, si bien a los pocos días los agentes detuvieron a Fofo (hermano de Pirri) como el cuarto integrante. Pues bien, tras la celebración del juicio, según recoge el fallo, la presencia de Fofo «no ha quedado acreditada» después de que ante el magistrado apuntara que el día de los hechos se encontraba en casa con su mujer.
Tanto a I. F. L. como a H. C. P. se les arrestó esa misma noche, al igual que Pirri, si bien este último no ha comparecido ante la justicia y se le ha declarado en rebeldía.
«Errática y contradictoria»
Fue un vecino de la zona, que a esa hora volvía a casa de su abuela, quien se percató de una actitud «sospechosa» en el número 10 de la calle Muro. Llamó a la Policía y, según su declaración, les siguió la pista por las escaleras. Una testifical que el titular del juzgado tilda de «errática y contradictoria». «Dice que ve a los acusados intentar forzar una cerradura, que sube a la carrera tras ellos, por lo que la distancia entre todos ellos tenía que ser mínima, lo que impedía, por pura lógica, que los acusados empezaran a forzar una puerta si estaban siendo seguidos, además de no ser el objetivo del robo según el escrito acusatorio. Posteriormente se desdice y manifiesta que no vio ningún acto de manipulación de cerradura», se recoge en los fundamentos de derechos, en los que también se puntualiza, como afirmó en el juicio el testigo, que necesita gafas, pero que esa noche no las llevaba.
«En el presente supuesto, los hechos declarados probados plantean enormes dudas, tanto de contenido jurídico como de contenido probatorio»
Tras ser sorprendidos por estos vecinos, los acusados intentaron huir. En un coche, estacionado en las inmediaciones, se hallaba H. C. P. Fue arrestado en ese momento con un transmisor y varias herramientas en el maletero, pero como él mismo declaró el vehículo era de un amigo y desconocía la procedencia de esos elementos.
En pleno arresto del que era considerado el conductor para liderar la fuga, entró por el transmisor un mensaje para que acudiera hasta el número 4 de la calle García de Valladolid para recoger al resto. Y en vez de ir él, se trasladó la Policía. Allí detuvieron a Pirri y a I. F. L., mientras que otra persona se escapaba (para la Policía Fofo).
«En el presente supuesto, los hechos declarados probados plantean enormes dudas, tanto de contenido jurídico como de contenido probatorio», manifiesta el juez en su fallo absolutorio después de que la Fiscalía solicitara para cada uno de los acusados una pena de prisión de 23 meses.
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