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El anclaje y la nueva válvula del ‘anillo mil’ colocada al borde de la avenida de Salamanca.
El enésimo fallo en el 'anillo mil'

El enésimo fallo en el 'anillo mil'

Otro fallo de obra obligó a afianzar la gran conducción de agua en la avenida de Zamora

J. Sanz

Sábado, 6 de mayo 2017, 10:23

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El anillo mil, la principal conducción de agua potable de la ciudad, fue construida entre los años 1986 y 2007 por el módico precio de 29 millones de euros con el fin de garantizar el suministro en caso de avería gracias a una serie de válvulas de cierre que permiten aislar los tramos afectados por posibles roturas y derivar el agua gracias a su diseño circular. Dos de estas válvulas se encuentran a ambos lados del puente de Hispanoamérica, bajo cuyo tablero discurre esta tubería de un metro de diámetro (mil milímetros), y en los anclajes de ambas están trabajando desde el pasado 17 de abril los operarios de Aguas de Valladolid. Y todo después de que sus técnicos descubrieran hace un par de años que dichos anclajes fueron construidos en origen con deficiencias de tal magnitud que no tenían en cuenta «los empujes» del movimiento de las juntas de dilatación del puente. Así que eso imposibilitaba precisamente cerrar las válvulas ante el riesgo de que la propia tubería reventara.

Las deficiencias de construcción en sendos anclajes de las válvulas del anillo mil de la avenida de Zamora, recogidas en la memoria descriptiva del proyecto de sustitución que estos días están ejecutando los obreros, vienen a sumarse a la larga lista de fallos de obra detectados en los últimos cinco años y que van desde posibles deficiencias en el material del propio conducto (polietileno) y en su colocación hasta errores de calado que afectan a la mayoría de las juntas (nada menos que 1.583 a lo largo de sus 19 kilómetros de longitud) y a los tornillos (4.749) debido a la baja calidad de los mismos eran de acero al carbono y no de acero inoxidable. Unos y otros errores fueron los responsables de los últimos cinco reventones registrados en el conducto desde 2014.

Una revisión ocasional del anillo mil en torno al puente de Hispanoamérica permitió detectar el enésimo fallo de construcción en los anclajes de las válvulas, situadas justo antes del cruce con la avenida de Salamanca y a la altura de la intersección con el Callejón de la Alcoholera. Tocaba demoler los soportes de hormigón y hacerlos nuevos. Una broma que cuesta 185.244 euros. Y en ello están los operarios desde el pasado 17 de abril, cuando se descubrió la primera válvula con un boquete de dieciséis metros cuadrados, en la salida del puente hacia Parquesol. Desde entonces están cortados un carril en cada sentido en torno al socavón.

Tanto la cuna de hormigón como la válvula fueron colocadas ayer en ese punto y por eso el corte de sendos carriles, siempre dejando uno abierto en cada sentido, se prolongó hasta el cruce con el Callejón de la Alcoholera, donde comenzará ahora la segunda fase (idéntica) en paralelo a la finalización de la primera.

Las válvulas estarán en adelante sustentadas por «piezas de anclaje que permitan a los dilatadores absorber los movimientos ocasionados en la tubería por la dilatación del puente». Eso además de haberse aprovechado la cirugía para «motorizar y telegestionar» el cierre de las válvulas de manera remota desde la sala de control de la red de aguas. Los trabajos, y los cortes al tráfico, deberán concluir antes del 17 de junio.

Setenta mil personas

El error de construcción de los anclajes, al no tener en cuenta los movimientos del puente, no fue menor si se tiene en cuenta que eso impidió cerrar las válvulas en esos puntos del anillo mil desde su construcción, cuando este mecanismo es precisamente el que garantiza el suministro a más de setenta mil personas, afincadas al sur de la capital (Parquesol), en Arroyo o Simancas. Así que de haber sido necesario aislar una fuga en este punto para eso se diseñó la tubería circular conectada a las dos depuradoras (Las Eras y Contiendas) no hubiera sido posible ante los riesgos, por un lado, de que reventara la tubería bajo el puente y, por otro, para la seguridad de los operarios dado que hasta ahora el cierre se realizaba de forma manual.

La actual intervención solventará este nuevo error de construcción en el anillo mil sin afectar, gracias a una derivación, al suministro.

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