Alberto San José representará a Valladolid en el certamen de Míster España

Se curtió en el gimnasio de levantar codo para servir copas, en la barra del bar Goya que su familia ha regentado durante media vida en la población de Tudela de Duero. Pero la belleza hacía de las suyas en un adolescente que no pensaba más allá de pandillear con sus amigos del pueblo. Así que con una guapura de serie por parte de genes maternos y paternos, Alberto San José se vio con apenas veinte años subido en una pasarela para desfilar para una firma de una gran superficie comercial. Hasta allí le llevaron engañado su madre y su entonces novia. Y fue tan gratificante la experiencia, que lo que llegó desde ahí ha sido un sin parar. Un periplo por pasarelas y concursos de belleza que le han llevado a ser seleccionado como el vallisoletano que defenderá el título de Míster Valladolid en la gala que entre el 22 y el 28 de mayo elegirá a Míster España Internacional.

La pregunta es obligada. ¿Se considera el más guapo de Valladolid?. Responde con contundencia. «El más guapo, no. Esto es un conjunto, no una cara bonita, y hace mucho el saber comportarse, saber nociones básicas de protocolo y llegar a la gente».

Alberto San José, 27 años de edad, técnico sanitario, relaciones públicas en el bar Ohm de Valladolid y una altura de 1,86 metros dispara primero con la mirada y después lo da forma con el lenguaje. Del estilismo que adquirió como dependiente en una tienda de una superficie comercial de la ciudad incrementó sus nociones en moda. Porque él, a diferencia de la gran parte de jóvenes que se disputan un título de belleza, no ha tomado clases de modelaje. «No he tenido a nadie que me diga cómo hacerlo, solo hago ensayos antes de cada desfile y poco más», admite.

El truco, dice, está en cautivar al jurado mediante la mirada y los gestos. Todo lo demás viene de un trabajo en el que se ve inmerso desde que en el mes de febrero le propusieran ser el representante de Valladolid. «Gimnasio y alimentación, muy importante, tanto en cardio como en musculación, pero tampoco mucho porque no buscan gente cuadrada, es tener el punto bonito para que luzca la ropa».

Un triatlón de bicicleta, natación y carrera en la playa de Aro, una pasarela en traje típico regional, una presentación en catalán y en castellano y una prueba para seleccionar el mejor cuerpo en bañador serán algunos de los retos que deberá superar para hacerse con el título. Él es optimista. Se encuentra en el último año para poder optar a Míster España Internacional. Y va con todas las ganas. «Estaría orgulloso de ganar el certamen representando a Valladolid y dar a conocer mi ciudad, quitando la fama de secos que tenemos y demostrando que es una ciudad en la que hay mucha belleza, tanto en chicos como en chicas y que no somos como nos pintan».

Vallisoletano, se define como «gente de campo, noble y sencilla», y defensor a ultranza de su pueblo, Tudela de Duero, sus amistades de la infancia y sus tradiciones. De hecho no deja pasar la oportunidad de invitar a «todo el mundo» a descubrir la Fiesta del Espárrago .

-¿Y después qué?

- «Si ganara el certamen me podría abrir muchas puertas en el mundo de la moda. Es un reto personal porque creo que la experiencia va a merecer mucho la pena. Son seis días en la Costa Brava en la que voy a conocer a mucha gente y voy a vivir una experiencia muy bonita. Después, si ganara, se abriría el abanico profesional, como modelo, que es a lo que me gustaría dedicarme», confiesa. Porque los estudios, los de Técnico Sanitario, los ha aparcado momentáneamente por un año para darse una oportunidad como modelo y centrarse en la noche vallisoletana como relaciones públicas, donde poder disfrutar de lo que más le gusta; la música, pero sobre todo, de los amigos.

En unas semanas viajará a Gerona para disputarse el título más importante de su vida. Cuenta con el respaldo de sus paisanos en sus redes sociales, y también el de sus fans, numerosas. Máxime cuando confiesa abiertamente que no tiene novia. Aunque, dice, eso sí, que el único piropo que le llena es el de su familia. «Ése es el guapo que me vale».