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Presentación de la asociación Rombo.

Nace la asociación Rombo para recuperar la «historia humana» de Renault

El colectivo pretende reunir fotografías y documentos sobre los 65 años de la firma automovilística en Valladolid

Víctor Vela

Miércoles, 2 de marzo 2016, 12:44

«¿Quién no tiene algún familiar o conocido que no haya trabajado en Renault?», se pregunta Carmen Rodríguez Jiménez-Alfaro, presidenta de Rombo, la nuevas asociación cultural que ayer se fijó como objetivo recuperar la «historia humana» de Renault, atesorar las fotografías, vivencias y recuerdos de todos aquellos vallisoletanos que, de un modo u otro, han estado vinculados con la firma que recaló a orillas del Pisuerga a partir de 1951, gracias al tesón de Manuel Jiménez-Alfaro. Enrique Berzal, historiador y colaborador de El Norte de Castilla, recogió la pregunta inicial para recordar que Renault llegó a atesorar, con más de 16.000 trabajadores, «la mitad de la mano de obra industrial» de la provincia y que la factoría de automóviles provocó la segunda gran revolución vivida por la ciudad. La primera, a mediados del siglo XIX, estuvo vinculada con el ferrocarril. La segunda, en el pliegue central del siglo XX, al coche.

Berzal recordó que Renault contribuyó a una enorme transformación urbanística (con el auge de los barrios obreros: La Rondilla, Pajarillos...), pero también social. A principios de los años 50, el 44%de la población vallisoletana se dedicaba al sector agrario. Con Renault, nació una nueva clase social. «Los trabajadores de Fasa eran una élite obrera. Yo recuerdo que mi madre, en el mercado, escuchaba aquello de: El que vale a Fasa y el que no, a Filosofía y Letras. El sueldo era superior y además, había muchas ventajas sociales, como los regalos de navidad, las instalaciones deportivas...», apuntó Berzal.

El alcalde, Óscar Puente, incidió en esta idea. «Trabajar en Fasa era sinónimo de estabilidad. Recuerdo que mi tío entró en Renault con 14 años y allí se jubiló. Hoy en día eso, que un joven se jubile en la empresa en la que empezó a trabajar, es casi imposible. Renault ha contribuido a la estabilidad de un empleo de calidad en Valladolid», explicó Puente.

Los empleados, protagonistasL

La nueva asociación evoca con su nombre a la revista Rombo, que los empleados de Renault leyeron entre 1967 y 2001. El escritor Ramón García fue uno de sus directores y ayer rememoró que la publicación perseguía tejer redes de complicidad entre la empresa y sus trabajadores. «Durante mi etapa, creamos varias secciones en la que los empleados eran los protagonistas», indicó García, quien también aludió a Tobogán, el suplemento infantil que recibían los hijos de los faseros.

Carmen Rodríguez Jiménez-Alfaro incidió en la necesidad de recuperar estas revistas como parte de los fondos documentales que formarían un futuro archivo dedicado a la «historia humana» de Renault. Por eso, hizo un llamamiento para que antiguos trabajadores de la firma recopilen y ofrezcan fotografías, escritos o documentos que permitan reconstruir la «historia íntima de Renault».

«Nuestra finalidad no es tanto recordar las cifras de fabricación, los modelos y datos económicos. Esta es una asociación cultural que quiere poner en valor el esfuerzo de todas aquellas personas que ayudaron a construir Renault», incidió la presidenta de Rombo, quien invitó al Ayuntamiento a sumarse para conseguir un espacio físico en el que exhibir toda esta documentación. Luis Miguel Mata, director del Museo de la Automoción de Salamanca, mostró durante el acto de presentación del colectivo en la Casa Zorrilla su disposición para que el centro salmantino albergue exposiciones, actos o eventos que «contribuyan a defender el patrimonio automovilístico e industrial, que en este país es uno de los grandes olvidados».

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