Caballería recibe a 31 futuros sargentos tras su formación en una academia de Lérida

El acuartelamiento Teniente Galiana, situado en el Pinar de Antequera, acogió ayer la ceremonia oficial de presentación de los 31 nuevos alumnos del curso de suboficiales, que tras regresar de un periodo de formación de cinco meses en la Academia de esta escala, que está ubicada en Talarn (Lérida), permanecerán en el centro de Caballería los próximos tres años.

Una vez finalizado su periodo formativo recibirán el despacho de sargentos, que les servirá luego para obtener destino en las unidades y acuartelamientos de todo el país.

En total, son 31 los cadetes que deberán estarán adscritos a la Academia del Paseo de Zorrilla hasta julio del 2018. De ellos, 22 han ingresado mediante el sistema de promoción interna, después de haber sido soldados durante más de dos años y haber superado las correspondientes pruebas. Los otros nueve que han entrado lo hicieron por la convocatoria pública libre que realizó el Ministerio de Defensa. De la treintena, 29 son varones y dos mujeres. Aunque en la mañana de ayer se celebró el acto de bienvenida, los alumnos procedentes de Talarn comenzaron el curso el pasado 12 de enero.

En estos últimos años, el sistema de formación se ha modificado como consecuencia de la entrada en vigor de los Planes de Estudios de Bolonia, que permiten a los militares profesionales obtener una titulación, también civil, durante su estancia en centros castrenses.

Con anterioridad, los futuros sargentos debían de permanecer en la Academia General Básica de Suboficiales dos años, mientras que ahora su estancia se reduce a unos cinco meses.

Acuartelamientos del Pinar

En el acto de bienvenida a los futuros sargentos, en el que participaron también los alféreces de tres cursos, el director de la Academia de Caballería, coronel José María Castaño Fernández, recordó que durante los próximos dos años y medio aprenderán enseñanzas propiamente militares que les servirán para sus futuros destinos.

«No debéis olvidar que tenéis que cuidar los medios que se pondrán a vuestra disposición. Por ello, hay que conocerlos perfectamente», dijo recordando que el arma de Caballería, como fuerza de combate, ha sustituido desde hace décadas a los equinos por vehículos acorazados, como los VEC, los Centauros o los Leopardo, de patente alemana. Castaño insistió ante los nuevos alumnos que han llegado a Valladolid que «tienen que contar siempre con sus profesores».

Durante los próximos meses, los futuros suboficiales recibirán clases de logística, topografía, material de defensa, administración o idiomas. En algunos casos, las materias serán impartidas por profesores de la Universidad de Valladolid. También tendrán que participar en maniobras.

La Academia de Caballería comenzó a funcionar en mayo de 1852, después de que se trasladase el Colegio Militar de Caballería, ubicado en Alcalá de Henares. El inicio del primer curso se realizó con 39 alumnos que recibieron el despacho de oficiales.

En octubre de 1915, el centro castrense registró un incendio fortuito, que se inició en un almacén de la calle San Ildefonso. El 4 de mayo de 1921 el Rey Alfonso XIII puso la primera piedra del edificio actual, que se finalizó en 1928.