Un libro evoca la figura del restaurador de la iglesia de La Antigua
La obra de De Campo Setién, editada por el Ateneo, recuerdaal autor de las obras, ejecutadas entre los años 1919 y 1930
MARÍA AURORA VILORIA
Viernes, 26 de junio 2015, 19:15
José María De Campos Setién recupera en su último libro, Ricardo García Guereta, arquitecto eminente defensor del patrimonio artístico español, al autor de la restauración y reconstrucción de la iglesia de Santa María de la Antigua, cuya conservación peligraba a comienzos del siglo XIX como consecuencia de las continuas mutilaciones y arreglos sucesivos que había sufrido. Editado por el Ateneo de Valladolid y acompañado de fotografías, planos y dibujos, comienza con un breve perfil humano del protagonista, que nació en El Ferrol en 1861, aunque siempre fue considerado santanderino, y murió en 1936. Su obra destaca «por la seriedad estructural, que establece un acuerdo entre las tendencias conservadoras y renovadoras de su tiempo y el pragmatismo constructivo, dando como resultado un conjunto de enorme dignidad en el que el estudio de los programas se ajustó a tipologías funcionales con naturalidad».
Luego De Campos, presidente de honor del Ateneo, describe desde los primeros trabajos los proyectos y construcciones del arquitecto, entre las que hay iglesias, hospitales, institutos y asilos, así como las intervenciones realizadas en la catedral de la Almudena, el templo del Pilar de Zaragoza o el palacio episcopal de Astorga. Otros capítulos están dedicados a las viviendas que levantó en Madrid y a las restauraciones, como la torre de San Martín de Teruel o las catedrales de Salamanca.
Con el título de Ricardo Guereta en Valladolid, De Campos, general de división, catedrático de Enseñanza Media y Académico de Honor de la Real de Bellas Artes de la Purísima Concepción, describe las intervenciones en la Catedral y la iglesia de la Pasión, así como la restauración de la torre de la Antigua de la que quitó un reloj colocado por el Ayuntamiento en 1841 y de la galería románica septentrional. En cuanto al templo, considera que es necesario derribarlo y reconstruirlo, labor que comienza en 1919 e incluye la recuperación de los ábsides góticos. Las obras concluyen en 1930, aunque no se recibieron hasta 1934. Sin embargo, la Guerra Civil y la ubicación de la sacristía, de la que se encargó el vallisoletano Anselmo Arenillas, demoraron la apertura al culto hasta febrero de 1952.
Las obras de la Catedral, necesarias para trasladar el retablo de Juan de Juni que estaba en la Antigua, incluyeron la construcción de un púlpito y terminaron, por decisión del Cabildo, con la supresión de las rejas que ahora se exhiben en Nueva York. El libro incluye las obras en la Iglesia de la Pasión en 1948, después de que el Ayuntamiento comprara la fachada y el solar del antiguo templo, aunque Guereta, que redactó el proyecto inicial, murió antes de poder llevarlo a cabo.