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Samuel Prieto y Juan Arribas, dos de los estudiantes que han encontrado trabajo en las empresas en las que hicieron las prácticas.
Un posgrado de la UEMC logra un 80% de alumnos contratados

Un posgrado de la UEMC logra un 80% de alumnos contratados

La formación en ‘habilidades profesionales y desarrollo del talento’ inicia en breve su tercera edición

Antonio G. Encinas

Viernes, 6 de febrero 2015, 21:36

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A estas alturas de paro puede resultar presuntuoso alardear de que un título universitario, sea un grado, un posgrado o doble grado, permite acceder al mercado de trabajo. En la Universidad Europea Miguel de Cervantes, sin embargo, presumen de un título de experto que cosecha unas estadísticas demoledoras. En sus dos primeros años de vida, el ochenta por ciento de los matriculados han conseguido ser contratados por las empresas en las que han hecho prácticas. Lo más curioso es el nombre del título. «Experto universitario en habilidades profesionales y desarrollo del talento».

Unos treinta alumnos han pasado por este curso orientado a graduados o casi graduados. En realidad, está enfocado a graduados menores de 28 años, a aquellos a los que les resten solo 36 créditos para acabar la carrera o a trabajadores con menos de tres años de experiencia laboral. ¿Y de qué rama? Pues esa es su primera peculiaridad, porque es transversal. Juan Arribas, exalumno que ahora trabaja para la firma Moore Stephens, lo define bien. «No estaba orientado a nada en concreto, pero abarcaba muchos campos que me iban a servir para cualquier trabajo. Y campos en los que me veía necesitado, porque por ejemplo nunca te has expuesto ante un grupo de personas, no has hecho una exposición seria», explicaba.

Samuel Prieto era de los que estaba a falta de 36 créditos para concluir la carrera cuando se apuntó. «Me llamaba mucho la atención. Todo el tema del coaching, desarrollo del talento e inteligencia emocional es básico y nos dotaba de contenidos, herramientas y aptitudes que no se dan en otras titulaciones. Es un posgrado diferencial, se aprende haciendo y es algo muy positivo», señala.

En su paso por el título de experto coincidió con un compañero de Teleco, una chica de Periodismo, tres de Administración de Empresas, una de Turismo y uno de Óptica. Mayor eclecticismo, imposible.

Mónica Martín, de la empresa Neoris, en la que trabaja Samuel Prieto, cree que esa es una de las claves que diferencian a los alumnos de este título. «Generalmente contratamos personal técnico pero hay perfiles en los que hay orientación al cliente, hay que estar en contacto con él y saber trabajar en equipo, y lo que influye es que la persona gestiona mejor, se autogestiona mejor y el trabajo en equipo es más sencillo. Le puedes llevar a ver a un cliente desde el día uno, porque tiene otras habilidades mayores que otro trabajador sin este tipo de posgrados», asegura.

En este caso, la iniciativa partió del estudiante cuando acabó las prácticas como ingeniero informático. «Les planteé la posibilidad de hacer estas prácticas también aquí y al principio les parecía difícil encajar lo que este posgrado requiere y evitar tratar solo el aspecto técnico de mi titulación. Me pusieron en labores de consultoría, de gestión de equipos, de relación con el cliente». Y funcionó, por lo que parece.

«Es algo por lo que se está apostando, no deja de ser algo innovador, y pagarle a alguien para que sea el coach de tu empresa y monte sesiones cuesta, pero parece que la línea va por ese camino», añade Prieto.

El aprendizaje continuo, la actitud de flexibilidad que necesitan los nuevos puestos de trabajo creados en la era de la oficina móvil, la capacidad de adaptarse y anticiparse a los nuevos escenarios... Frases que se escuchan cada vez más en los foros empresariales y que apuntan a una nueva realidad laboral. «La universidad deja estos temas de lado, y es buena idea realizar una formación complementaria de este tipo», afirma Joaquín Romero, de Neoris. «Se nota mucho la soltura de este tipo de personas. A lo mejor en una persona que sea economista y haga contabilidades no, pero nosotros elaboramos propuestas y las defendemos ante el cliente, y la interacción con esos clientes es muy alta», concluye.

Mejor adaptación

«Nada más acabar el grado te ves con conocimientos pero sin puesta en práctica, y en el posgrado lo vas adquiriendo. En el trabajo sí me veo diferente a los compañeros. En cómo organizarme el tiempo, por ejemplo. Es un plus. Logras una mayor involucración y una mejor adaptación, y eso lo aprecian en ti», señala Juan Arribas, otro de los estudiantes con trabajo. «El coaching te ayuda mucho en el ámbito personal, porque no deja de ser una guía y te ayuda a que tú mismo pongas soluciones».

Llevar la iniciativa, ser capaz de asumir responsabilidades y liderar equipos bajo una gran exigencia, innovar. Palabras que cobran fuerza en el mercado laboral pero aún flojean en los planes de estudios. Y sin embargo, por lo que muestran las estadísticas de la Universidad Miguel de Cervantes, una de las llaves para un trabajo cuyo acceso cada vez se muestra más complicado para los recién egresados de las universidades españolas.

Razón suficiente como para explicar el éxito de este posgrado «transversal» y poco habitual en las universidades españoles, con un perfil laboral muy acorde a lo que demandan las empresas en estos tiempos en los que la formación continua es, más que una opción personal, una obligación.

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