
Un menú muy asturiano en la sidrería El Fiu Topín Fartón
Este establecimiento abrió sus puertas hace cerca de dos años y lo regentan las hermanas Ania y Aroa Herrera
«Con fabes y sidrina nun fai falta gasolina». Ese es el leit motiv de la sidrería asturiana El Fiu Topín Fartón, en pleno barrio de Covaresa, donde hemos podido comprobar que se come muy bien. Platos contundentes, bien cocinados y grandes raciones, para que nadie se quede con hambre.
Este establecimiento abrió sus puertas hace casi dos años, siendo el «hijo pequeño» del Topín Fartón de Arroyo de la Encomienda, famoso por sus cachopos, y ya se ha abierto un hueco en Covaresa, gracias a su apuesta por el buen producto, las recetas auténticas y platos sin medias tintas.
Probamos su menú del día por 13,50 euros, y lo primero que hay que decir es que el tamaño de las raciones no es para tímidos. Aquí no se pasa hambre y, lo mejor, todo está buenísimo y muy bien preparado. El menú comenzó con un entrante, unos pimientos de padrón que llegaron a la mesa recién salidos de la sartén, con el punto justo de sal y ese equilibrio perfecto entre textura y sabor. Un clásico bien ejecutado que ya anunciaba que veníamos a comer de verdad.


Como no podía ser de otra manera, de primer plato escogimos fabada asturiana, elaborada con las auténticas fabes de la tierra. «Nada de alubias blancas comunes», aclara Ania Herrera, quien regenta el establecimiento junto con su hermana Aroa, mientras que su padre, Óscar, está al frente del buque insignia de Arroyo de la Encomienda. «La fabe es más grande, más entera, con una textura esponjosa y un sabor que se nota que viene del norte», añade. El compango, cómo no, es generoso y sabroso. Chorizo, morcilla y panceta asturiana, todo en su punto, sin excesos de grasa y con ese gusto profundo que hace de este plato un emblema de la gastronomía asturiana. Todo un acierto.
De segundo, podíamos elegir lubina al horno, churrasco encebollado y escalopines con salsa de Cabrales. Por supuesto, por seguir nuestro menú asturiano, nos decantamos por esta última opción, que era todo un homenaje al queso más famoso del Principado. La carne —filetes de ternera pasados por harina y huevo— estaba tierna, jugosa y perfectamente frita, y la salsa... suave, pero con el 'punch' justo de cabrales para que se note sin eclipsar el plato. De guarnición, patatas en dados bien fritas y unos pimientos asados en tiras que redondeaban el conjunto. Una ración más que generosa.

Llegó la hora del postre. En esta sidrería lo típico es el arroz con leche. Pudimos ver cómo se elabora con cuidado, esmero y respeto por el producto. Sin embargo, nos decantamos por algo distinto, una crema de queso con galleta Lotus y nata montada que fue, sencillamente, espectacular. Dulce pero equilibrada, cremosa, con ese sabor inconfundible a caramelo especiado. Una joya para los más golosos, y ¡ojo!, que allí todos los postres son caseros, y entre las opciones también se encuentran mousse de limón, flan de café y las tartas de la abuela y la nieta (la versión con chocolate blanco), entre otros. En lugar de postre, también se puede elegir café.

El Fiu Topín Fartón abre de martes a domingo y está muy frecuentado por trabajadores de la zona, por su buena relación calidad-precio. Su menú diario de martes a viernes cuesta 13,50 euros, los jueves de cocido (en invierno), 16 euros; y los fines de semana el menú son 18 euros manteniendo siempre la misma filosofía, comida abundante, sabrosa y asturiana de verdad.
Una cosa queda clara, en El Fiu Topín Fartón nadie se va con hambre ni con mal sabor de boca. Como reza su eslogan, aquí «con fabes y sidrina nun fai falta gasolina». Y no podemos estar más de acuerdo.
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