Borrar
El alcalde de Ceinos muestra restos del templo colocados en una casa de la localidad.

Una joya a orillas de la carretera

Santa María del Temple, la iglesia originaria de los arcos recuperados, era una de las obras más importantes del románico en la provincia

Lorena Sancho Yuste

Domingo, 21 de diciembre 2014, 12:23

«Pocos ejemplos tan deplorables como el que ofrece la villa...de Ceinos. Pobre, oscura, reducida, poseía una joya capaz de envanecer a las más opulentas ciudades; y esta joya la ha destruido a sangre fría, por capricho, a orillas de la carretera, donde sorprendido el viajero se detenía a contemplarla». Es la descripción que Quadrado realiza del templo en el año 1865. De una sola nave, con cuatro tramos de cañón apuntado, ábside semicircular y una torre de dos pisos, destacaba por tener una capilla cuadrangular, así como una arquería con cinco vanos y estatuas adosadas a las columnas en el exterior. Contaba con dos clérigos y adosada de manera inmediata tenía la Panera del Rey.

El templo, donde se enterró en 1225 al conde Gonzalo Núñez de Lara -lo que arroja un dato importante sobre la relevancia del edificio-, estuvo en pie hasta el siglo XIX. Una vez cerrada al culto se utilizó como cementerio, mientras que posteriormente lo hizo como cárcel.

En 1866, el Gobierno decidió comprar la arquería que quedaba a la vista y que la Comisión Provincial de Monumentos ya había alertado del mérito artístico que tenía y de la necesidad de actuar para evitar una ruina inminente.

El propietario, vecino de Villafrechós, Juan Antonio Nájera, solicitaba 3.000 reales, según la información de la que dispone el Ayuntamiento, si bien el gobierno concedió 600 escudos para comprarla.

En el año 1867 se trasladaron las 266 piezas y se montaron en el patio del Colegio de San Gregorio, entre la capilla y el resto del edificio. Lugar donde han permanecido hasta la remodelación del espacio, cuando se retiraron para su posterior traslado a Ceinos de Campos.

El Museo de Valladolid adquirió así a los dueños de la capilla algunos restos escultóricos, tres arcos, dos arquitos de ventana, cuatro columnas, seis capiteles y unos pocos fragmentos escultóricos. Con todo ello se montó un recuerdo en la entrada del colegio de San Gregorio.

La desaparecida iglesia de Santa María del Temple fue una de las 24 bailías de los templarios en territorio castellano. De fábrica romana, contaba con una excepcional riqueza escultórica en sus columnas y capiteles.

Al norte del templo, según la descripción histórica de la empresa Valuarte (encargada de la restauración de la arquería), se levantó una torre románica cuadrada, de tres cuerpos y dobles ventanas, decoradas con arquivoltas de doble rosca de estrellas cuadrangulares, cubierta con chapitel de pizarra y piramidal.

De su existencia solo queda la arquería que ha regresado al pueblo, algunos vestigios en cementerios municipales y fachadas de viviendas, y en colecciones privadas.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Una joya a orillas de la carretera

Una joya a orillas de la carretera