El alcalde de Rábano recibirá el viernes el homenaje de sus compañeros de partido

Un infarto a pocos días de ser elegido alcalde de su localidad, Rábano, no ha impedido que 7 años más tarde Juan García Benito continúe desempeñando sus funciones como regidor de la localidad ribereña. La tarea que tenía por delante no era nada fácil. Con el corazón partido pero entregado a su municipio, no se lo pensó dos veces y con 72 años se fijó la meta de acabar con uno de los mayores endeudamientos de la provincia. Con un presupuesto que apenas supera los 200.000 euros, la deuda municipal cuando se puso al frente del Consistorio rondaba los 130.000 euros, y a día de hoy, «hemos saneado el Ayuntamiento completamente», afirma el regidor. Este esfuerzo y otros «muchos» que dedica a diario «por a amor a mi pueblo», le han hecho merecedor de un reconocimiento por parte de su partido, el PSOE, quien el viernes día 26 de septiembre le rendirá un homenaje en Rábano, a partir de las 18:00 horas.

Encabezando la delegación socialista estará quien fuese lendakari, Patxi López, a quien acompañarán otros importantes cargos del partido. Posteriormente, tras visitar el pueblo, el acto de homenaje se trasladará a Peñafiel donde se celebrará una cena.

Rábano es el único bastión socialista en la comarca de Peñafiel, donde, exceptuando el caso de Quintanilla de Arriba, gobernada por una agrupación ciudadana (AQUI), el resto de localidades está en manos del PP. Además el caso de Rábano es excepcional por el alto respaldo que ha recibido la agrupación que encabeza Juan García Benito, nada menos que un 70,81% de los vecinos que acudieron a votar en el año 2011, cuando la participación fue del 83,16%. De los cinco representantes municipales cuatro son socialistas y uno popular. La relación con el resto de alcaldes de la comarca es excepcional. «Antes de ser alcalde éramos amigos, y lo seguimos siendo; me aprecian mucho», reconoce García Benito.

A sus 79 años, sopesa la decisión de presentarse a los próximos comicios. Lo hará si uno de los proyectos en cartera, la apertura de una nueva calle, no se concreta. «Si puedo abrir esa calle antes de las elecciones, ya me despedí de mis vecinos el día del pregón de las fiestas», explica. Incansable, no ha parado de llamar a las puertas de las distintas administraciones para conseguir financiación con la que sacar proyectos adelante.

Además de reducir el endeudamiento, su primera tarea fue la de ordenar el funcionamiento del Ayuntamiento; actualizó el catastro y las correnspondientes tasas e impuestos. La medida aunque parezca impopular fue bien recibida por los vecinos, como indica Juan, muchos de los cuales no disponía ni de contador de agua: «A partir de que todo el mundo paga, todo el mundo está contento», sentencia.

«Me siento muy satisfecho al ser un reconocimiento ante mi familia y ante todo el pueblo, los cuales pueden ver que lo que he hecho durante todos estos años, que ha sido trabajar por el pueblo y para todo el mundo», señala, aunque recalca que el mérito es de toda la corporación y de la secretaria, sin cuyo apoyo y esfuerzo no se habría conseguido poner al día las cuentas del municipio y emprender nuevos proyectos como la reciente reparación del centro médico, y la actual obra de arreglo del tejado de la iglesia.

Encargado general de Constructora Castellana, de donde se jubiló a los 67 años, se decidió dar el paso de trabajar por su pueblo. Desde entonces, y al igual que sus compañeros de corporación, no recibe remuneración, ni gastos, ni dietas por desplazamiento. A punto de rubricar su segundo mandato, comenta que ser alcalde «ha sido una experiencia muy bonita y de mucho trabajo, porque incluso he trabajado durante la noche, en la cama, pensando en las cosas que había que hacer en el pueblo».