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Usuaria en la biblioteca del centro cívico de Canterac
Las bibliotecas deberán pagar un canon por cada usuario y libro prestado

Las bibliotecas deberán pagar un canon por cada usuario y libro prestado

Un nuevo canon, que en Valladolid puede suponer hasta 6.000 euros, reconoce el derecho de los autores a recibir una compensación por sus obras

Víctor Vela

Miércoles, 13 de agosto 2014, 13:49

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Cada socio, cinco céntimos; cada diez préstamos, cuatro. Y así, un suma y sigue. Los responsables de las bibliotecas públicas no tendrán que estar atentos solo a las letras, sino también a los números porque, a partir del 1 de enero de 2016, los titulares de estas instituciones culturales deberán desembolsar un canon con el que compensar a los autores por sus obras. Lo acaba de aprobar el Gobierno (la publicación en el Boletín Oficial del Estado es del 1 de agosto) y responde a una directiva europea de 2006 que durante todo este tiempo se ha ido esquivando y que ahora se hará efectiva de forma obligatoria. Todas las bibliotecas públicas o puntos de préstamo sin ánimo de lucro deberán indemnizar a los autores (a través de una entidad que represente sus derechos; por ejemplo, Cedro)en función del número de préstamos y de socios activos que tenga cada uno de estos centros.

El artículo 2 del Real Decreto afina un poco más quiénes estarán obligados a efectuar este pago:«Museos, archivos, bibliotecas, hemerotecas, fonotecas o filmotecas de titularidad pública o que pertenezcan a entidades de interés general de carácter cultural, científico o educativo sin ánimo de lucro», dice el texto, que al mismo tiempo exime de este canon a las bibliotecas de municipios de menos de 5.000 habitantes (se incluyen los bibliobuses)y a las bibliotecas de las instituciones docentes integradas en el sistema educativo español. Así, se librarían por ejemplo los coles, institutos o la propia Universidad.

Pero el Ayuntamiento no tendrá escapatoria. La concejalía de Atención Ciudadana, de la que depende la gestión de las bibliotecas, ya estudia cómo afrontar el pago de este canon que, en el peor de los casos, supondría un desembolso anual de 6.000 euros. Esta cantidad se haría si se tienen en cuenta los 347.580 préstamos efectuados durante el año pasado (generarían 1.390,32 euros)y los 83.802 socios dados de alta en el sistema (por los que habría que pagar 4.690,10 euros). En total, la factura que el Ayuntamiento debería emitir en favor de una entidad de gestión de los derechos de autor alcanzaría los 6.080 euros. Pero eso, en el peor de los casos.

Clásicos de la literatura

Hay algunas exenciones que pueden rebajar esta cantidad y el Ayuntamiento ya está manos a la obra para purgar estos datos. Por un lado, quedarán fuera de pago todas aquellas obras que no estén protegidas por derechos de autor. Son, por ejemplo, los grandes clásicos de la literatura. Ypor otro lado, habría que discriminar entre todos los socios e identificar a aquellos que son considerados como usuarios activos, es decir, quienes hayan realizado un préstamo durante el último año. La concejalía de Atención Ciudadana ya ha iniciado una batida para dar de baja a aquellas personas que, aun teniendo carné, lleven más de cinco años sin utilizarlo. Pero ahora habrá que estar más atentos a los lectores que se llevan libros a casa porque será por ellos por los que habrá que pagar.

Lo que el Consistorio ha descartado de entrada es repercutir en los usuarios este desembolso al que obliga el nuevo canon. «En principio, no tenemos pensado cobrar a los vallisoletanos por ser socios y utilizar las bibliotecas. Hemos hecho una apuesta muy fuerte por el Plan de Lectura y por difundir las bibliotecas, así que no vamos a cobrar por hacerse el carné, como por ejemplo ocurre en Zaragoza», indica Domi Fernández, concejala de Participación Ciudadana. Lo que sí que han manifestado varias voces contrarias al canon (agrupadas en portales y plataformas de Internet) es su preocupación por que este desembolso extra lleve a los Ayuntamientos a reducir su partida en la adquisición de nuevos libros.

Si el presupuesto de las bibliotecas no sube y hay que pagar a los autores sus derechos, quizá ese dinero se recorte de otras partidas. Es la preocupación que tienen, por ejemplo, en Izquierda Unida. El concejal Alberto Bustos entiende que esta medida no tendría que repercutir en los usuarios ni de forma directa (cobro por ser socio) ni tampoco de manera indirecta con un recorte o pérdida en la calidad del servicio.«En cualquier caso, las bibliotecas no son competencia de los autores, sino que son sus colaboradores. Son fundamentales para la promoción de la lectura, de los libros y de los autores. Generar el hábito de lectura llevará también a más personas a las librerías a comprar libros. Un niño que desde pequeño acude a las bibliotecas comprará después libros o se los regalará a los amigos en los cumpleaños», resume Bustos, quien también lamenta el repago que hay que hacer al comprar primero el libro y luego al prestarlo.

Porque es el acto del préstamo lo que genera estos derechos de autor, ya que el real decreto que regula esta situación establece que no computarán las consultas in situ. La norma establece que este pago «en concepto de remuneración por préstamo» se hará a través de las entidades de gestión de los derechos de autor y se efectuará, cada año, a lo largo del primer semestre. Su aplicación se hará efectiva a partir del 1 de enero de 2016. «Hasta esa fecha, el cómputo se obtendrá multiplicando por 0,16 euros el número de obras adquiridas anualmente» para el préstamo. El año pasado, los fondos de las bibliotecas municipales se incrementaron con 6.229 nuevos títulos (lo que supondría un desembolso de 996,64 euros).

Esto, en el caso de las bibliotecas municipales, pero la norma afectaría también, por ejemplo, a la biblioteca que la Junta tiene en San Quirce. La última memoria habla de 28.693 usuarios activos y 255.208 libros prestados. En total, su desembolso sería de 2.455,48 euros, de acuerdo con los criterios generales de la norma y sin tener en cuenta esos libros libres de derechos de autor. Y a estas habría que sumar otras bibliotecas, como las de los museos, por ejemplo. En principio, las bibliotecas que dependen de la Universidad, con 1.022.027 libros, 33.513 usuarios y 231.087 préstamos durante 2013 no se verían afectadas.

En los municipios de más de 5.000 habitantes

Hay dudas sobre el canon. Y más porque la norma se ha aprobado en agosto, en mitad del verano. En Peñafiel, por ejemplo, los responsables de la biblioteca municipal no tienen datos objetivos para empezar a estudir cómo se aplicará el canon por los derechos de autor de los libros que se prestan en el centro.De hecho, creen que es algo que se aplicará de arriba abajo institucionalmente, que será la Junta de Castilla y León la que estudiará con los distintos centros provinciales coordinadores y la Biblioteca de Castilla y León cómo se afronta un proceso que se antoja complejo y más ahora que el trabajo es en red y el carné del que dispone un peñafielense es el mismo del que tiene cualquier otro castellano y leonés que utiliza los servicios de una biblioteca:es decir, que los usuarios lo son de tos los puntos de préstamo de la comunidad y no de uno solo, lo que complicará el cálculo.

Así, ahora cada biblioteca de la red no tiene un número de usuarios determinado como era antes (Peñafiel superaba los 4.000 beneficiarios), sino que el censo lector es regional. Hace años ya se intentó establecer un canon similar y un movimiento bibliotecario a nivel europeo en contra del cobro de cualquier tasa por el préstamo echó para atrás una ley similar a la que acaba de ser aprobada. La Biblioteca Municipal de Peñafiel posee 17.500 libros y 3.800 documentos audiovisuales. De los primeros presta al año cerca de 10.000 ejemplares y 4.000 de los segundos. Pero además, posee textos de consulta que deben ser utilizados en sus instalaciones, o los propios periódicos y revistas. El tiempo entre costuras, de María Dueñas, es el volumen más demandado, junto a otros títulos como Dispara, yo ya estoy muerto (Julia Navarro), o El invierno del mundo (Ken Follett). Estos, junto a Misión olvido de María Dueñas y El jardín olvidado, de Kate Morton son también los más prestados en la capital.

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