Un adiós sobre ruedas

Tras 32 años de duro trabajo al frente de Bicicletas Hersan, a Antonio Hernández, un hombre «de carácter afable, trabajador incansable y gran calidad humana», tal y como le definen sus compañeros del grupo de Amigos de la Mountain Bike (MTB), le ha llegado la hora de jubilarse y comenzar a disfrutar de la vida de otra manera. Hasta ahora lo hacía de lunes a sábado en su negocio de la calle Caballería (Delicias) vendiendo bicicletas, pero, sobre todo, reparándolas, ya que, como dicen sus amigos, «donde se encuentra en su salsa es en el taller, manchándose las manos de grasa y satisfaciendo las necesidades de todo tipo de clientes».

Y es que Bicicletas Hersan nunca ha sido una tienda que se limitase a vender solo bicis, sino que siempre ha ofrecido un servicio de posventa a sus clientes. «El que ama las bicicletas, ama su mantenimiento, y a mí me encanta», enfatiza Antonio. Será a partir de ahora, con su jubilación, cuando va a poder «viajar y disfrutar de los nietos», tal y como anticipan él y su mujer y compañera de trabajo, Socorro Sánchez.

Pero hay algo que no cambiará a pesar del antes y el después que supone una jubilación, las escapadas con sus amigos encima de la bicicleta, con el bocadillo a la espalda y disfrutando de la naturaleza. Unos amigos que en muchos casos comenzaron siendo clientes, pero que acabaron convirtiéndose en una pequeña familia, los Amigos de la MTB.

Ellos no pueden evitar agradecerle todo lo que ha hecho por ellos a lo largo de estos años: «Muchos le tenemos más como un amigo que como un mecánico, porque son innumerables las horas pasadas en la trastienda contándonos nuestras penas y alegrías y saliendo de ella mejor que en cualquier terapia», afirma el grupo de ciclistas.

Hersan mantendrá la esencia

Las obligaciones al frente del negocio siempre le han dejado poco tiempo libre, pero su amor al ciclismo hizo que Antonio y su mujer siempre sacaran un rato para disfrutar de este deporte. «Consiguió duramente conciliar su vida laboral con su afición a la bici, pero son muy poquitos domingos al año los que falta a la salida con su grupeta», afirman sus compañeros del grupo de ciclistas con los que sale cada domingo y a descubrir nuevos parajes.

Picos de Europa, La Alberca, Santander, la Sierra de Béjar o la ruta del Califato de Córdoba son solo algunos de los lugares que han visitado este grupo de amigos. Una lista que a partir de ahora comenzará a crecer aún más, ya que no solo se subirán a la bicicleta los domingos y festivos. «Ahora que vamos a tener mucho más tiempo viajaremos mucho más», aseguran Antonio y Socorro. Los Amigos de la MTB añaden que «ahora se nos jubila, pero la suerte es que vamos a seguir con su compañía encima de la bici y nos tendrá que seguir aguantando como mecánico y, sobre todo, como amigo».

Este tendero, como él mismo se define, deja su negocio después de más de tres decenios al frente, pero cree que ha cumplido con su función: «son 32 años trabajando muy duro y es hora de dejar paso a las nuevas generaciones, por mi propia exigencia personal no quiero seguir». Por esta razón ha traspasado su negocio, que mantendrá la esencia que le lleva caracterizando todos estos años, ya que «la tienda la va a coger el dueño de Garaje España tal cual está, no quiere cambios», relata Antonio.

Este ciclista decidió abrir Bicicletas Hersan después de vivir 15 años en Alemania y Holanda, porque «vi el uso que se le daba a las bicicletas en estos países y vi un gran futuro aquí. No me equivoqué, es un negocio que ha estado en alza y sigue estándolo», aunque desde su amor a este deporte, que ha marcado tanto su vida profesional como personal, Antonio cree que «la figura del ciclista está muy abandonada, nos sentimos bichos raros y las normas no son suficientes». Por esta razón, reclama, ahora que va a pasar aún más tiempo montado en su fiel compañera de viajes, «una mayor seguridad, ya que hay mucha gente con ganas de andar en bici».