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I. S. A.
Valladolid
Jueves, 7 de noviembre 2019, 13:16
En ocasiones no se presta mucha atención al orden con el que se aplica el maquillaje porque se suele crear una rutina, muchas veces sin pensar, simplemente repitiendo los mismos pasos que se siguen día a día. Ya se sabe que en cuanto a maquillaje no hay nada estipulado, incluso las propias marcas y profesionales no se ponen de acuerdo, pero el siguiente método está ganando cada vez más adeptos.
De forma habitual, y la que más se suele seguir de forma mecánica, se comienza el maquillaje aplicando la crema hidratante y la base de maquillaje, seguidas por el corrector de ojeras, las mejillas, los ojos, las cejas, y la barra de labios. Aunque el orden de otros pasos están menos estipulados –como son los polvos bronceadores y el colorete–, siempre se aprende que hay que trabajar la piel antes que los ojos y los labios, pero se está corriendo un riesgo: si te equivocas, sobre todo con sombras oscuras o labiales potentes, estropearás lo que ya has creado antes.
Es por ello que en los últimos años se ha ido expandiendo la idea de optimizar los recursos y posibles errores con otra técnica. En esta, maquillamos primero los ojos para curarnos en salud. Lo primero que debes aplicar es un primer, el gran olvidado pero que te ayudará a mantener tus sombras más tiempo. Después, y por este orden, pon sombras, delineador si lo vas a utilizar, y máscara de pestañas. Un buen consejo es que no maquilles en este paso la parte inferior del ojo, pues no podrás aplicar bien la base después.
A continuación, el paso siguiente es hidratar la piel –que hemos limpiado antes del maquilaje de ojos para conseguir un mejor acabado–, y sigas con la base de maquillaje. Así, si se te ha caído algún pigmento o te has equivocado con el delineador, no te habrás estropeado la base al retirarlo y arreglar el error. Una vez que has aplicado la base y el corrector –teniendo cuidado en las zonas más próximas a los ojos– remata el maquillaje del párpado inferior que has dejado limpio antes.
El siguiente paso importante son las mejillas, que lucirán mejor si combinan en intensidad y color con los ojos. El colorete debe quedar a dos dedos de distancia la nariz y a otros dos de los ojos, porque si no quedará demasiado cargado. Si tu contorno, colorete o iluminador es en crema o líquido, aplícalo antes de sellar con polvo el maquillaje para evitar que se cree una pasta que te estropee el resultado. Si por el contrario utilizas los sprays fijadores, no hay problema con el orden
Para terminar, lo mejor es rematar con los labios. Está bien que los hayas hidratado cuando has aplicado la base porque así se trabajarán mejor cuando llegue el momento de maquillarlos. Para un resultado óptimo, maquíllalos primero con un delineador –sin dibujar la línea muy alejada de la tuya– y después aplica la barra.
Aunque esta técnica no sea obligatoria, cada persona debe decidir cómo se maquilla mejor y cómo pierde menos tiempo, si aplicando otra vez la base si se confunde porque le gusta más el orden tradicional, o trabajar los ojos sin preocuparse por si va a manchar lo que ya ha hecho.
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