Iconos del cine. Referentes de moda

En muchas ocasiones oímos hablar de los 'clásicos básicos' como uno de los términos más comunes y habituales del 'trend' actual al hablar del 'outfit' en cualquier estación del año. Entre ellos son característicos algunos elementos y complementos popularizados por las estrellas de cine de todos los tiempos y que, a pesar del paso de los años, no han variado en absoluto en cuanto a su encanto, vigencia y utilidad. Los iconos son moda y a la inversa. He hablado en este mismo rincón, con cierta asiduidad, de esa relación inescindible entre ambos pero es un tema que, aún pecando de poder ser repetitivo, es apasionante. La influencia en el ropero de nuestra era de esas cosas mitificadas por la gran pantalla es espectacular y definitiva.

Hubert de Givenchy, por ejemplo, vistió en infinidad de ocasiones a un mito eterno del sector como fue Audrey Hepburn. Desde que en 1954 el diseñador vistiera a la actriz en la película 'Sabrina', formaron uno de las binomios imprescindibles de la combinación explosiva cine-moda. Las gafas de sol mariposa y los pantalones 'capri' o los pitillo con jersey, se hicieron imprescindibles en las décadas posteriores y han sobrevivido a los efectos del paso del tiempo poniéndose de absoluta actualidad. Una bailarina de pies grandes y mucha nariz (según ella misma) que conquistaría a generaciones de seguidores de la moda con cualquiera de sus estilismos, todavía hoy vivos y sirviendo de ejemplo a otros creadores.

Y por si el sol del invierno o los sombreros no fueran suficientes, aparecen en la videoteca iconos de ayer para siempre magnificados por su leyenda o su muerte repentina como James Dean y 'Rebelde sin causa'. Más que las camisetas blancas, los vaqueros o las botas desgastadas, personajes como Dean o Hepburn son imágenes estampadas en camisetas, sudaderas, lienzos y otras plataformas que sólo por su imagen son un valor decorativo y atemporal. No hace falta recordar la influencia del cine en la moda para marcar tendencias sino solo fijarse en la generación de iconos por cima del hecho previo de lucir una chaqueta o unos zapatos. El universo Marvel, por ejemplo, con sus héroes de ficción y la fuerza juvenil de la novela gráfica sirve de inspiración para estampar de color y vida la moda 'teen' de nuestro tiempo junto a oros fenómenos más recientes como las series de Netflix o el mundo recuperado y reactualizado, hace ya casi un lustro, de la maravillosa saga de 'Star Wars'.

En los ochenta y noventa nadie hubiera imaginado que 'Flash Dance' o 'Pulp Fiction' pudieran dejar algo más que su recuerdo en décadas posteriores. Como tampoco puede considerarse el 'sport' masculino sin acudir a modelos como Robert Redford o Alicia Silverstone, precursores del 'preppie' en la era de los 2000. Es un tipo de informalidad a la par que elegante, desenfadada y tan simple como compleja en su composición y duración para la moda millennial de 2019.

Toda la información al servicio del cliente al entrar en una tienda de ropa vendrá definida por dos películas más recientes y tan diferentes la una de la otra como visualmente poderosas en sus mensajes estéticos : 'El diablo viste de Prada' y 'Animales nocturnos'. En la primera, la historia y evolución del aparejo textil se hace indispensable para cambiar, gobernar y mejorar la vida de sus potenciales consumidores y creadores, y, en la segunda, dirigida por el diseñador Tom Ford, se reúne todo el misterio, la complejidad y las formas del vestir de hoy con un toque del eclecticismo aplicado a la vestimenta, sin olvidar la importancia que un buen complemento puede aportar al mejor de los 'looks'.

En resumen: hoy vestimos como lo hicieron otros en infinidad de largometrajes que han acaparado la moda de los últimos setenta años, influidos, con o sin querer, por maestros de la costura que uniformaron a las estrellas más rutilantes del celuloide y hoy llevan el destino implícito del influjo de la pequeña o la gran pantalla en nuestros vestidores, armarios y cajones; adecuados baúles de personajes cinematográficos e iconos del estilo... The end.