El tejadillo de la polémica

'Una solución. El edificio está sin gas desde el día 2 de marzo', esto es lo que reza en el cartel de protesta que se encuentra en la ventana de Antonio Espeso, un vecino de la calle Veinte Metros, número 16, que lleva cinco meses sin gas tras una revisión de Gas Natural. Esta empresa cerró el suministro al detectar que la instalación no cumplía con las normas de ventilación. Sin embargo, los vecinos no se ponen de acuerdo en el motivo de la falta de ventilación, lo que ha provocado problemas de convivencia entre ellos.

Todo empezó a partir de un tejadillo que construyó Espeso en una zona común en 2008 y que, según cuenta, fue aprobado «por unanimidad» y con la consiguiente firma de todos, aunque este extremo lo desmienten los otros propietarios: «Nosotros solo firmamos un estudio para ver si era viable ». A partir de ahí, la polémica. Espeso explica que «Gas Natural dijo que había suficiente ventilación; sin embargo, detectó la falta de un conducto técnico en el edificio para el gas». La solución es sencilla para esta familia: «Que el promotor del edificio asuma los costes de esta obra que tenía que haber hecho bien desde el principio», cuenta Espeso, quien confiesa que «el problema es que una vecina es la hija del promotor y todos los vecinos se han aliado con ella».

Quitar el tejado

Esta propietaria, junto con los otros vecinos, deciden -por mayoría y según una orden de Industria- quitar el tejadillo de Espeso para solventar el problema de la ventilación. Sin embargo, no todos los vecinos estaban de acuerdo, pues una sentencia prohibía su retirada. Finalmente, quitaron el tejadillo, pero el problema continuaba. «La solución no era quitar mi tejadillo, sino poner un conducto técnico», insiste Espeso. Pero los otros vecinos tiene otra opinión, pues afirman que «ahora la instalación no cumplía con la normativa vigente». Ante esta afirmación, Espeso se pregunta: «Entonces, ¿no tendrían que cambiar todas las instalaciones?» Espeso ya ha escrito al servicio territorial de Industria, a la concejala de Urbanismo, Cristina Vidal, e incluso a Juan Vicente Herrera sin obtener respuesta para que medien en este confito.