La matriz de los cantes flamencos

Aunque parezca increíble, hasta la década de los 80 el fandango estaba denostado como cante flamenco y no fue hasta entonces cuando alcanzó la dimensión cultural y musical que merece. Apelando a Federico García Lorca, el fandango es un cante básico, fundamental, esencial para la evolución y el ulterior desarrollo que ha tenido el flamenco. «El fandango es un cante de gente con el corazón en la cabeza», manifestó Manuel Martín, conferenciante e investigador infatigable y un habitual asistente a los Congresos Nacionales de Flamenco, exponiendo su quehacer analítico e indagador. Está considerado como uno de los críticos más prestigiosos.

«La propuesta por la ruta del fandango es una síntesis de los 233 estilos de fandangos, empezando por Málaga hasta acabar en Huelva. Vamos aclarando muchos conceptos que se han ido vertiendo en el flamenco sin rigor científico para descubrir la importancia que tiene el fandango en el mundo del flamenco, porque hay que considerarlo como un estilo básico, como cante matriz, porque del fandango se derivan los estilos mineros, taranto, taranta, cartagenera, levantica, además del medio centenar de estilos de malagueña, los cantes llamado de 'Graná' hasta los fandangos personales y artísticos para concluir en Huelva».

«Hay que aclarar que Huelva tiene 78 pueblos pero no hay un estilo distinto de fandango en cada uno de ellos, eso es totalmente incierto. Yo he me pateado tres veces toda Huelva, dos acompañado por Paco Toronjo, y llegamos a la conclusión de que no hay más que 33 estilos de fandangos de Huelva».

Tras la conferencia, llegó la hora del concierto con el cantaor Miguel Ortega, que ganó en agosto la prestigiosa Lámpara Minera en La Unión y recordó que «en junio hice las pruebas selectivas del Festival del Cante de Las Minas aquí en Valladolid». El cantaor sevillano hizo un recorrido por los palos fundamentales del flamenco con el toque fino y medido del guitarrista Javier Patino.