«El problema no es tener más máquinas, sino saber utilizarlas para vivir mejor»
Del 13 al 14 de octubre, el II Congreso r-evolución mostrará los grandes retos de la era digital bajo el título «las emociones en la web»
Victoria Camps es filósofa, consejera Permanente del Consejo de Estado, catedrática emérita de la Universidad de Barcelona… Camps es una mente lúcida y brillante capaz de ir más allá del teclado del móvil o los mensajes malsonantes en las redes sociales, poniendo a la ética como incómoda invitada en el desarrollo tecnológico.
Será un auténtico privilegio escucharla en el II Congreso r-evolución, que tendrá lugar los días 13, 14 y 15 de octubre en formato íntegramente digital. Su ponencia será el día 14 de octubre a partir de las 18 h en la web de El Norte de Castilla y en la propia web del congreso. El congreso cuenta con Telefónica como patrocinador oro y con la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid como patrocinadores plata.
• Inteligencia artificial, robótica, la casa conectada… ¿Dónde queda la persona en esta oleada de novedades y avances tecnológicos?
No lo conseguiremos nunca. La pandemia ha demostrado que nos queda mucho por conocer para que la inteligencia artificial desbanque al homo sapiens. Estoy segura de que las máquinas siempre serán creadas y conducidas por personas. El problema no es tener más máquinas, sino saber utilizarlas para vivir mejor.
• ¿Cuáles son sus límites de la privacidad en el mundo digital?
La privacidad la estamos derrochando continuamente, cada vez que utilizamos una plataforma digital. Amazon tiene todos nuestros datos y eso nos preocupa poco. Hay que distinguir entre las limitaciones de la libertad que conduzcan a discriminar a las personas. Por ejemplo, nuestros datos de salud pueden ser utilizados por las compañías aseguradoras para discriminar ciertas dolencias o edades. Eso es lo que los gobiernos deben controlar.
• ¿Falta una ética a la hora de manejar las rede sociales?
Con los más jóvenes, o con los menores, hay que utilizar la coacción: estar pendiente de lo que ven y echar mano de todos los filtros posibles que impiden ver pornografía y otras cosas no recomendables para ciertas edades. La mayoría de edad presupone madurez moral y ahí debe actuar la responsabilidad individual. Aun así, aunque la libertad de expresión es muy amplia, tiene límites que son regulables. El acoso, las amenazas personales pueden y deben denunciarse.
• ¿Hay que educar a la población para que sea capaz de cribar la información?
Hay que educar a las personas para que aprendan a discernir entre lo que es buena información y lo que no lo es. Hay que procurar que no desaparezcan los medios que tienen una buena reputación en este sentido, y que mantengan esa reputación. Los bulos existen y parece que a la gente no le importa dejarse engañar cuando el engaño favorece el enfrentamiento político o la deslegitimación del adversario. Está ocurriendo ahora con los negacionistas de las vacunas.
• ¿Cómo será esa sociedad que gestarán los jóvenes que han nacido y crecido con Internet?
La sociedad cambia y dentro de cincuenta años seguro que será diferente que la nuestra. No sé cómo será. Desde la ética lo que hay que proponerse y procurar es que, por lo menos, no sea peor que la nuestra.
• Tenemos todos un móvil, incluso niños de 10 años ¿Qué valores mínimos deben guiar nuestra actividad digital?
El principal es la responsabilidad. Enseñar a ser responsable, que es exigir que las personas den cuenta de lo que hacen cuando actúan incorrectamente, debiera ser el objetivo fundamental de la educación: educar para ser responsable.
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