La Junta confirma un nuevo foco de gripe aviar en la laguna de la Nava de Palencia

Este enclave de la laguna de la Nava de Fuentes en Palencia, las lagunas de Villafáfila en Zamora, el embalse del Ebro y el azud del Río Lobos en Salamanca son los humedales de especial riesgo que existen en la región.

En junio de 2021, también se declaró un foco en Villafáfila del subtipo H5N8, pero más allá de esta cuestión, la principal diferencia entre aquel momento y el actual es que la situación de esta enfermedad ha cambiado y el pasado 2 de diciembre, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en función de la evaluación de riesgo que hace de manera periódica, decretó la consideración de alto riesgo para la influenza o gripe aviar.

Esta nueva realidad se tradujo, entre otras cuestiones, en confinar las aves domésticas de esas cuatro zonas de influencia y unos días después, el 4 de enero de 2022, la medida se hizo extensiva a otros 26 humedales de la región que están considerados de especial vigilancia y que, en la actualidad, siguen el mismo mecanismo que si se tratara de especial riesgo.

La principal herramienta con la que cuentan los servicios veterinarios y lo que hacen los de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de manera habitual, es visitar una vez al mes, acompañados por técnicos de medio ambiente, todas esas zonas de especial riego y comprobar el estado de los animales. Si hay alguno muerto se envía al laboratorio de León, aunque la confirmación definitiva en caso de resultar positivo en gripe aviar la hace el laboratorio de Algete (Madrid).

Otros puntos que se visitan mensualmente son los vertederos en los que se ve afluencia de aves, nueve en toda la región.

El año pasado se realizaron controles en 35 explotaciones domésticas con un total de 550 muestras. En el caso de las aves silvestres, las muestras ascendieron a 1.135, lo que pone de manifiesto que las medidas de vigilancia se realizan de continuo.

Desde el mes de agosto y hasta el 11 de enero, se han declarado 1.750 focos de gripe aviar en 31 países de Europa, de los que 1.650 eran del serotipo H5N1, por lo que no es extraño que se hayan detectado casos en la región. Tampoco se descarta que sigan apareciendo nuevos brotes.

Vacunas y bioseguridad

Elías Rodríguez Ferri, catedrático de Microbiología de la Facultad de Veterinaria de León y especialista en enfermedades infecciosas, aclara como punto de partida que la gripe aviar «probablemente es la enfermedad más importante en aves», y aunque «en principio, nada es normal y todo es preocupante, hay matices». Recuerda que la enfermedad había desaparecido en los últimos años, «no hay casos humanos desde 2005», y pese a afirmar que no hay que tener «temor, pues los servicios veterinarios lo tienen muy estudiado y se va muy por delante de la situación», reconoce que estas enfermedades «hay que tratarlas con respeto. Los veterinarios estamos acostumbrados a tomar medidas drásticas y siempre –advierte– por delante; cuando existen vacunas, utilizarlas y cuando no, la bioseguridad».

De igual modo, alerta este experto a la población de que en el caso de encontrar un ave muerta «no hay que tocarla», teniendo en cuenta que es en los humedales, sobre todo, donde existe más riesgo con la presencia de aves migratorias. Rodríguez Ferri concluye que tal y como está la situación en Europa «era esperable» la aparición de casos de gripe aviar, al tiempo que apunta que hay «toda una serie de planes de contingencia».