Semana Santa de Valladolid
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Semana Santa de Valladolid
Iglesias y terrazas abarrotadas en el primer día de la semana sin mirar al cieloSe podría acuñar un nuevo término. La envidia al turista, algo así. Lo de ver a un grupo de personas guiadas por un individuo, paraguas ... en mano, y ese instinto de acercarse sin que se note, sigilosamente, por eso de a ver qué está contando la persona con pinganillo. El de avistar a otro grupo en una plaza como la de San Pablo, todos con los ojos fijos en la fachada de la iglesia, y que el vallisoletano que pasa por allí se dé la vuelta extrañado y mire al templo, como si no lo hubiera visto nunca. «Ah, pues sí, San Pablo, ah pues la fachada de San Gregorio, pues la Academia de Caballería». Y así. Quizá si no hubiera grupito, la mirada seguiría al frente, y a otra cosa.
Estos días, turistas hay, porque es Semana Santa, y vallisoletanos también, porque es Jueves Santo y además hace bueno. Es el primer día en el que no hay que preocuparse del cielo o de las nubes de lluvia. Y también es día de visitar iglesias y ver los pasos de las cofradías de la ciudad, oportunidad única para verlos bien de cerca. En la ciudad hay muchas –hermandades veinte, iglesias muchas más–, pero hay una que ha copado la atención de una inmensa mayoría. Había novedad, claro. La cúpula. El templo es la Vera Cruz y para acceder había que hacer cola. «Había estado antes del derrumbe y ha quedado precioso. Venimos con mi cuñada, que es de Valladolid, y ella nos va diciendo cuáles tenemos que ver», explica Ángel Alonso, turista burgalés que también defiende la Semana Santa de su tierra. «Es maravillosa, la de Castilla y León, en general, merece la pena conocer las de las diferentes provincias», apunta.
Había más, claro. San Benito, Nuestra Señora de las Angustias o San Miguel y San Julián, por mencionar algunas. Porque cada uno tiene su favorita. «Ahora iremos a la iglesia de Jesús Nazareno, ya hemos visto dos templos y es el siguiente destino –la tradición marca que hay que acercarse a siete–. Además soy cofrade allí. La Semana Santa de Valladolid es magnífica, se está notando un incremento en el número de cofrades, ves capirotes de todas las alturas, de todos los colores. Este año todas las cofradías están preciosas», indica.
Da también fe de ello Francisco Jiménez, otro vallisoletano que estos días también hace las veces de guía turístico a tiempo parcial para su familia, que ha llegado a Valladolid desde Madrid e incluso desde Londres. «Les encanta. Tenían muchas ganas de conocer la Semana Santa de aquí y están disfrutando de las procesiones y también de la gastronomía de la ciudad», explica el vallisoletano mientras el resto de los familiares le observan desde una terraza junto a la catedral. Allí están a la espera de que termine la misa crismal en el interior de la seo, donde los cofrades de la Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz de la Universidad de Valladolid han trasladado a su talla titular, obra de Gregorio Fernández, durante la procesión del Santísimo Cristo de la Luz. Fuera de la catedral también esperan los miembros de la Banda Sinfónica de Arroyo de la Encomienda, formada por decenas de músicos que acompañan la salida de la imagen. Pues sí, el centro estaba bastante abarrotado.
También está en la zona de la catedral José Manuel Lucas, un vallisoletano afincado en Madrid, que también pone en valor su Semana Santa. «No es comparable. Hacía años que no podía ver ninguna procesión aquí, hemos podido ver de refilón la del Cristo de la Luz y es impresionante», remarca. La imagen durante el paso de la obra de Gregorio Fernández era de las calles abarrotadas, ya desde la propia salida de la procesión, que además contaba con el aliciente de la restauración de la fachada del palacio de Santa Cruz. Había ganas, porque además en 2024 llovió y la Hermandad no pudo procesionar a su imagen titular.
Ha habido más suerte este año, aunque habrá que estar pendiente de lo que suceda hoy, porque la previsión es menos halagüeña. Lluvia, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología. Y no un poco, las precipitaciones se esperan durante toda la jornada y sin excepción. Pero el Jueves Santo respetó. Ha sido el primer día en que los cofrades no han tenido que estar pendientes del cielo, las nubes y la lluvia. Un alivio después de esa primera jornada donde se tuvieron que suspender las primeras salidas. En pocos días, la Semana Santa terminará, los turistas, muchos de ellos, se irán. Lo que sí seguirá en Valladolid, y siempre estará, en Semana Santa y durante el resto del año, serán los monumentos de la capital. Con los turistas fuera, entonces será trabajo de los vallisoletanos que alguien los admire.
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