Ha sido una Semana Santa espléndida. Hemos pasado de las ganas a la satisfacción. Solo algún pequeño lunar, como la suspensión del regreso a su parroquia del Cristo de la Esperanza, pero la Hermandad de la Soledad Dolorosa se dio por satisfecha con su Estación de Penitencia en la tarde del Martes Santo.
El resto del programa de actos se cumplió a la perfección. Todos los actos de la calle se pudieron celebrar, y la buena temperatura ayudó a que el público asistiera y no hubiera prisa por marcharse. Ahora se entiende en parte porqué en Andalucía se vive con esa intensidad la Semana Santa, opino que la temperatura templada invita a salir y participar, y estos registros no son lo habitual en Segovia, salvo excepciones como ha sido este año.
El susto llegó con San Marcos. Un pinchazo inoportuno en la Catedral cuando se disponía participar en la Procesión de los Pasos, les obligó a salir en último lugar para ganar tiempo y reparar la avería. Al final salieron cerrando el cortejo, detrás de la Soledad Dolorosa y quedará para el anecdotario cofrade del 2022. Lo verdaderamente importante es que un barrio sin apenas vecinos no falte a su cita anual, es el «Milagro de San Marcos» de cada año.
Por lo demás, todo a un nivel importante. Claro que se pueden hacer mejor las cosas, y ser todo más espectacular, pero con los recursos que hay, nos podemos dar por muy satisfechos. Las cofradías se afanan más en cuidar los detalles, y cada vez cuentan con equipos de trabajo más consolidados, lo que se nota en la calle. En los adornos florales, en las bandas, en las indumentarias y en el orden y funcionamiento. Se nota que algunas llevaban más de mil días preparándose para la ocasión.
Quiero destacar el trabajo de las bandas de música. Tienen la importancia de ambientar el cortejo, pero más importante aún es que suele ser el sitio por el que llegan nuevos cofrades. Se nota el trabajo de los ensayos y los arreglos musicales. Mi consejo es no querer ser a lo que no se llega. Es decir, si no puedes tocar lo mismo que en Sevilla o Málaga, no arriesgues a quedar como un churro y ajusta el repertorio a donde llegue el nivel real de la banda…. Ya llegará el momento.
El Sermón de las Siete Palabras en la matinal del Viernes Santo en San Miguel con el obispo Cesar Franco resultó muy bien. La sorpresa de que estuviera presidido por el paso de Jesús con la Cruz a Cuestas en el interior del templo supuso una estampa inédita, y tiene papeletas para quedar fijo en la programación de años venideros.
Por último, lo más importante. El ambiente cofrade en la ciudad cada vez es mayor. Con buenas relaciones entre corporaciones y cofrades de base, que se plasma también en una buena coordinación en la Junta de Cofradías. No es raro conocer a personas que participan en varias cofradías y la ayuda entre ellas continúa.
Solo faltan 349 días para un nuevo Domingo de Ramos, que se os haga corto.