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Hay unos descubrimientos recientes que nada tienen que ver con los vestigios alumbrados en las excavaciones arqueológicas del Cerro de los Almadenes, en la localidad ... segoviana de Otero de Herreros. Los hallazgos de este principio del año delatan unas huellas que han desencadenado enfado y malestar. «Es el centro metalúrgico más importante desde el siglo primero, no en vano el Acueducto de Segovia está donde está». Juan Pedro Aragoneses, uno de los promotores iniciales de este enclave a finales de década del 2000, ha documentado con fotos la detección de rodadas de motocicletas.
En las imágenes se aprecian los surcos dejados por los neumáticos, sus trayectorias y cómo se cruzan en determinados puntos. «¡Un circuito de motrocross en plenas minas!», exclama el experto entre la incredulidad y la indignación. La localización de estas huellas, concreta, se halla «entre la zona de hábitat y las minas, en el lugar que antiguamente eran pozos y galerías que se abrieron en los siglos XVIII y XIX». «Quedan las bocaminas de la época romana», precisa Juan Pedro Aragoneses sobre la trascendencia del sitio donde han descubierto los rastros dejados por las motos.
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Por su parte, la Subdelegación del Gobierno en Segovia afirma tener constancia de la existencia de rodadas, aunque apunta que se han encontrado «fuera de la zona arqueológica» del Cerro de los Almadenes. En cualquier caso, estas mismas fuentes también añaden que se está estudiando.
Y es que este yacimiento en Otero de Herreros está declarado desde hace tres años Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Zona Arqueológica. Su importancia y la categoría de los hallazgos que han emergido en las campañas lo hacen merecedor de esta designación, que empezó a moverse en torno a 2008. Antes de que causar baja de la agrupación que promovió la figura de protección para este enclave, Juan Pedro Aragoneses fue una de las personas que creyó firmemente en su trascendencia.
Recuerda las acciones que se llevaron a cabo, tanto en las excavaciones como en los despachos, para poner en valor los hallazgos que han ido aflorando fruto de los trabajos que se llevan a cabo. Sin embargo, también lamenta «las constantes agresiones» que ha padecido el Cerro de los Almadenes a lo largo de todos estos años.
A bote pronto, cita dos episodios que le vienen a la memoria. Uno, cuando «descargaron entre veinte y treinta camiones de grava al lado de la entrada al hábitat». Este recinto, datado en tiempos de los romanos, evidencia el asentamiento humano que hubo como consecuencia de la explotación de las minas. Asimismo, Aragoneses rememora cómo en 2009 se tiró en la zona arqueológica la basura generada en las fiestas locales de agosto de Otero de Herreros.
En cuanto a la gestión del Cerro de los Almadenes, Juan Pedro Aragoneses reconoce los avances en el hábita; pero se queja de lo que a su juicio es dejadez en cuanto a las investigaciones en torno a las minas. «No se ha hecho prácticamente nada, no se han identificado las zonas de lavado, de extracción, de machaqueo», critica. «El ciclo del mineral no se ha tocado», reitera.
Después del descubrimiento de las rodadas de motocicletas y de deducir la práctica de motrocross en parte del Cerro de los Almadenes, el que fuera uno de los promotores de este yacimiento, uno de los más relevantes en la provincia de Segovia, rescata una petición que ha cursó ante el Ayuntamiento de Otero de Herreros en 2023. En ella, solicitaba un plan de conservación preventivo específico para el lugar, máxime con el amparo de la declaración de BIC por parte de la Junta de Castilla y León. «¿Para qué queremos un Bien de Interés Cultural si luego no lo cuidamos, no se fomenta y no hacemos pedagogía?», se pregunta en voz alta.
Al argumentar la petición hace dos años, Aragoneses esgrimía que «la sensación de que la zona [en alusión a la del escorial] esta abandonada; es lamentable ver la presencia de basura y restos de hierros oxidados retorcidos, postes de hormigón, restos de una puerta y la triste manta de protección que existe en hornos roída, además de otros elementos ajenos a un espacio natural, impropios de un lugar declarado BIC».
Por eso, instaba al Consistorio de Otero de Herreros a promover un documento «a largo plazo» orientado a la preservación y la vigilancia del Cerro de los Almadenes por parte de un equipo de profesionales, contando antes con el visto bueno de la Administración autonómica.
El hallazgo de lo que deduce que es un circuito de motocross no fue la única sorpresa desagradable con la que se topó el estudioso. Cuando fue a comprobar los nuevos paneles instalados y el QR con información de la riqueza que atesora el lugar, Aragoneses asegura que el indicador al yacimiento «da a una puerta con cadena y candado cerrado, como diciendo pasa por aquí, pero por aquí no pasas».
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