El último sprint navero antes de hibernar
Los naveros cierran la primera vuelta mañana en Cuenca y el miércoles en casa ante Anaitasuna en una Asobal que para hasta inicios de febrero
El Viveros Herol Nava afronta las dos últimas vueltas de su periplo en la primera vuelta de la Asobal con el motor a pleno rendimiento. ... Puntuar en más partidos –siete– de los que se ha marchado de vacío –seis– es un gran hábito para un recién ascendido. La visita de mañana (19:30 horas) a Cuenca llega en medio de un tramo de tres partidos en diez días para alcanzar el ecuador de la competición el miércoles con la visita de Anaitasuna a Nava de la Asunción. «Estamos en buen momento. Prueba de ello son esas segundas partes en las que superamos a nuestros rivales», subraya su entrenador, Álvaro Senovilla. Piernas, concentración y confianza. «Hay que dejarse el resto para afrontar el parón de Navidad». Dos partidos en cuatro días antes de mes y medio sin jugar.
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El Nava siempre ha mirado la evolución del Cuenca, un fijo en Asobal pese a contar con una población modesta, como un ejemplo. «No llegamos al nivel de sus recursos, pero es muy importante fijarse en su trabajo en la dirección deportiva, a la hora de fichar, de encajar muy buen las piezas. Es digno de elogio». Senovilla no esperaba a principio de liga verse empatado con Cuenca, un candidato habitual a competición europea, tras 13 jornadas. «Es un extraordinario equipo. Siempre le toca cambiar jugadores y aparte del trabajo deportivo, que es un equipo con muchas variantes de juego, consigue reinventarse, seguir sacando gente que da un paso enorme en su carrera cuando pasa por allí». Pero el subcampeón del año pasado, el primero de los mortales de una Asobal patrimonio del Barcelona, está en la mitad baja de la tabla, con una enfermería que ha tenido a rebosar y que ahora va adelgazando. «Empieza a tener el nivel que iba a tener».
El Sargal, una de las pistas más calientes de la categoría, pondrá a prueba la mejoría del Nava. «La Furia Conquense da un ambiente muy bueno de balonmano y aporta a su equipo un plus. Están siempre animando, pendientes del juego, de apretar cuando es necesario». Senovilla sabe que si el portero portugués Miguel Espinha –brillante el martes en competición europea– mantiene el nivel de las últimas semanas el partido «se puede hacer muy duro». Sitúa a Juanjo, Vera o Pozzer como referentes en el centro de la defensa. Nacho Pizarro o Sergio López completan sus variantes. «Como te despistes, te lo va a hacer pasar muy mal. Prueba de ello es el partido contra Ademar, que acaba desquiciado». Un equipo liderado por Pablo Simonet y con muchos trajes, desde el contragolpe al juego con pivote.
El trabajo del Nava es abstraerse del ambiente y combatirlo. Senovilla pone sobre la mesa la experiencia: muchos de sus pupilos han jugado en El Sargal. Los supervivientes del último curso en Asobal incluso volvieron con la victoria. «Es una afición muy parecida a la nuestra, aporta mucho al equipo de casa, son aficionados ejemplares». Sí reconoce el impacto en las decisiones de los colegiados. «Estamos viendo que hay árbitros que están teniendo problemas para tomar decisiones en pistas calientes».
Mejor defensa
Patotski ha cuajado en Cuenca dos de sus mejores partidos con el Nava. Pese a su buen momento, el técnico pone en valor su regularidad. «Tiene mucha veteranía y empaque, es alguien que se toma muy enserio su trabajo. Ahora la defensa está más ajustada, somos capaces de ayudarle más». Pese a que Luis de Vega ha jugado menos, le sitúa como clave. «Que tenga unos minutos en todos los partidos para que Dima pueda estar en el top de su rendimiento. Aunque tenga un nivel más alto de protagonismo, la portería del Balonmano Nava para en equipo».
Tras Cuenca, la plantilla no tendrá descanso para el duelo del miércoles a una hora intempestiva (21:30 horas), su último partido antes del 3 de febrero. La única baja de Senovilla, con todos sanos, es la de Palomeque.
Senovilla: «Todos los jugadores tienen minutos de relevancia»
Álvaro Senovilla explica la victoria del domingo en Benidorm, la primera lejos de Nava de la Asunción tras cinco derrotas y un empate en sus seis primeras salidas, por el equilibrio entre defensa y ataque o la aportación de Patotski en portería, que por momentos rozó el 40% de paradas. «Si un equipo está controlando que no le metan goles de contraataque, tiene una defensa sólida y te ayuda la portería es difícil no llevarte el partido. Estuvimos muy concentrados, con mucha confianza». El técnico no alude tanto a una desconfianza previa, sino a la entidad de los rivales –su equipo ha jugado en canchas como Irún, Logroño o Granollers– y a la mejora de las últimas semanas. «Queríamos competir mejor los partidos, no tener una diferencia tan amplia, reducir los parciales en contra en los momentos malos. Eso te lo va dando la adaptación a la competición».Ese plus de las últimas semanas –no solo son dos victorias seguidas, sino tres en los últimos cuatro partidos– viene por la química entre los veteranos del año pasado y los recién llegados, que representaban prácticamente la mitad del vestuario de este curso tras el ascenso desde División de Honor Plata. Una rotación que se consolida con el paso de las semanas y ya es reconocible. Que los naveros ganaran en Benidorm sin los goles de Prokop habla de fondo de armario. «El balonmano es un juego colectivo y un equipo es un cúmulo de muchas características que hay que ir trabajando. Todos los jugadores tienen minutos de relevancia. Si uno tiene un mal día, hay otro que le puede suplir y eso es riqueza para todos». Sin la mejor versión del eslovaco, el gran artillero, Borja Méndez añadió a su dirección como central nueve tantos.
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