Torrecaballeros: el crecimiento exponencial de un icono gastronómico
Torrecaballeros ha multiplicado por cinco su población desde 1990 gracias a su proximidad con la capital y al prestigio de una red de hostelería que nació de sus antiguos hornos
Torrecaballeros vive un crecimiento demográfico exponencial desde los años 80 que se mantiene, aunque sea de una forma más pausada en la última década. El padrón municipal, que apenas tenía 273 habitantes en 1990, supera ya los 1.500, aunque su alcalde, Rubén García, habla de una «población real», sumando los residentes no empadronados, en la frontera de los 2.000. Eso ha conllevado un desarrollo urbanístico acelerado y ha consolidado al municipio como un referente gastronómico nacional.
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La economía se basa en el sector servicios, pues el grueso de sus habitantes trabaja en la capital. La clave del crecimiento es la proximidad a Segovia. El pueblo cuenta con familias jóvenes residentes –la edad media de los empadronados está en torno a los 38 años– y con un importante parque de segundas residencias, con un grueso de propietarios madrileños.
La identidad gastronómica parte de los primeros hornos, como el de la Aldehuela. Así surgió una oferta de comida tradicional castellana en base al asado en horno de leña, principalmente el cordero, pero también el cochinillo. «Eso nos da fama. Porque en patrimonio histórico no podemos compararnos con otros municipios cercanos como Pedraza», subraya el alcalde. El pueblo cuenta con la Iglesia de San Nicolás de Bari, lo potros de herrar y el Palacio de Esquileo de Cabanillas, una joya que se conserva íntegra.
El reto es atender a una población que no aparece en el padrón. «Con los ingresos de 1.500 habitantes hay que dar servicios a una población estacional que puede llegar a las 8.000 personas, no solo durante el verano, sino en puentes festivos». Hablamos de agua potable, de la depuración de aguas residuales o la recogida de basuras. La gestión del agua se gestiona a través de la Mancomunidad Fuente del Mojón, que se abastece del embalse del Pirón, una infraestructura cada vez más exigida por una población en crecimiento.
El Ayuntamiento ha terminado la zona deportiva y ha ampliado el centro cultural para atender esas necesidades. La escuela infantil y la ampliación del colegio son claves para una pirámide de población joven. Para un futuro a medio plazo queda un centro de día. «Llegará un momento en que la población comience a envejecer»». Sigue la mejora de Cabanillas, un núcleo que necesita inversión, con asfaltado en calles o la mejora integral de la Casa Barrio.
Una de las claves es la apuesta por la recuperación del patrimonio natural. «Torrecaballeros no se entendería sin la Cañada Real y la Cacera de San Medel». Desde la implicación de los vecinos en la limpieza de la cacera a la recuperación de las pozas del lino, que supone, «la recuperación de la memoria de nuestros antepasados», aquellos que cultivaban el lino. Eso ha permitido recuperar una zona de cría de anfibios, todo un hito que sorprende en apenas tres años. «No nos imaginábamos que en tan poco tiempo pudiera haber esa explosión de vida». Un lugar en el que no solo crece el padrón.
RETOS Y FUTURO
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El núcleo de Cabanillas Es uno de los lugares que más inversión requiere, desde el asfaltado a sus espacios.
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Un centro de día Aunque la población es joven, el Ayuntamiento se anticipa al momento en que envejezca.
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Web www.torrecaballeros.net