«El suministro alimentario en los momentos de mayor incertidumbre supuso un reto muy exigente»
Silvia Muñoz del Caz ·
Gerente de Precocinados El CampoMónica Rico
Viernes, 25 de septiembre 2020, 14:32
El Campo, industria ubicada en la localidad segoviana de Sanchonuño, centra su negocio en la elaboración de productos hortícolas V gama, tales como maíz dulce, remolacha y patata. En la actualidad cuenta con 85 trabajadores, de las cuales el 80% tiene contrato indefinido, lo que forma parte de la filosofía de la empresa, que da un papel de importancia a garantizar la estabilidad y el empleo a las personas que integran su proyecto. Durante la pandemia han fomentado el empleo juvenil, ofreciendo a los jóvenes de la tierra una oportunidad de demostrar su actitud y ganas de poner su granito de arena en las industrias de su tierra. Este año cerrarán el ejercicio con una facturación cercana a los 12,5 millones de euros, lo que supone un 10% más que el año anterior, consolidando una tendencia que les permite mirar hacia el futuro con optimismo.
–¿Por qué El Campo ha decidido apostar por los premios De Pura Cepa?
–Los premios De Pura Cepa ponen en alza el trabajo y valor de personas y organizaciones que se mueven por el amor a su tierra, que actúan desde la generosidad, sabiendo que el resultado de un proyecto supondrá una creación de valor que va mucho más allá de los intereses particulares. Y esa es una visión con la que la empresa El Campo se siente muy identificada.
–Los premios reconocen la labor de segovianos en distintos ámbitos, ¿cuáles cree que son las principales señas de identidad de la sociedad segoviana?
–El segoviano es un pueblo que destaca por la nobleza, sencillez y humildad de sus gentes, afables, hospitalarias y cálidas como contrapunto a lo frío que en lo climatológico tenemos que sufrir en los inviernos segovianos.
–Desde su punto de vista, ¿qué identifica a un segoviano De Pura Cepa?
–Una parte importante de los valores que tenía mi padre, Don Teodoro Muñoz, y que ahora, desde su recuerdo, vienen a mi mente cada día: integridad, humanidad, espíritu de trabajo, humildad, discreción y apego a su tierra, a su familia y a su entorno. Definitivamente un segoviano de pura cepa es aquel que trabaja cada día por y para su tierra, para, a través de su trabajo, poder aportar pequeños granitos de arena para mejorar las condiciones de vida en el entorno que le rodea. El segoviano de pura cepa es aquel que lleva con orgullo el nombre y las bondades de su tierra por el mundo.
–¿La empresa El Campo se identifica también con esos valores?
–Desde luego que sí, esta empresa sigue reflejando el alma de su fundador, y que coinciden plenamente con los valores de toda empresa familiar. Y entre los que destacaría la flexibilidad, la proximidad de todos sus miembros y la demostración de respeto y cordialidad con todos los que trabajan dentro y fuera de la empresa. En El Campo ponemos todo nuestro esfuerzo en innovación, en calidad y en adaptarnos a las rigurosas exigencias de los mercados actuales, pero tratando de mantener cada uno de esos valores que son los que nos han permitido llegar hasta aquí: compromiso con la comarca, con sus gentes, con la sostenibilidad, y sobre todo con la seguridad alimentaria.
–¿Cómo se ha vivido y se está viviendo desde la industria El Campo la pandemia?
–Este momento histórico nos ha demostrado lo vulnerables que somos y, por lo tanto, lo importante que es no estar solo. A mi parecer, se ha puesto en valor el compañerismo. Cada miembro de la empresa ha estado donde tenía que estar, sumando, aportando, dando lo mejor de sí mismos a pesar del miedo y la incertidumbre que esta terrible situación nos causaban. Juntos hemos sido capaces de continuar y aportar a la sociedad lo que nos pedía. Hemos cumplido con nuestro papel y podemos estar muy orgullosos.
–¿Y cómo se afronta el futuro?
–En El Campo miramos el futuro con optimismo. No cabe duda de que esta pandemia ha puesto en dificultades a un buen número de empresas y que el tejido empresarial de nuestro país se ha visto golpeado por una circunstancia que hace tan solo unos meses no podíamos ni imaginar. Pero somos optimistas porque el futuro se construye trabajando día a día. El futuro se construye no cayendo en el desánimo sino dando cada uno lo mejor. Hay que poner en alza la capacidad de reinventarse cada día. De adaptarse. De resurgir con ánimos renovados y con la vista puesta en un futuro en el que sin duda van a surgir nuevas oportunidades.
–¿Qué importancia han tenido industrias agroalimentarias como El Campo durante el confinamiento?
–Se nos llama industria esencial, pero se está viendo que realmente es industria crítica. Garantizar el suministro alimentario en los momentos de mayor incertidumbre, durante el confinamiento, ha supuesto un reto muy exigente desde el punto de vista de organización de la empresa, que además hemos tenido que adaptarnos a las exigencias sanitarias que las autoridades iban marcando en los centros de trabajo. A mi parecer, la industria agroalimentaria ha sido un ejemplo de saber hacer y de gestión.
–¿Cómo fueron esos días en los que tuvieron que seguir al pie del cañón mientras la sociedad se encerraba en sus hogares?
–Cada uno de nosotros, al salir de casa y ver las calles completamente vacías, sentía que se alejaba de lo que más quería, camino de la incertidumbre. El desconocimiento y la falta de información nos sumían aún más en el caos. Y era fundamental imprimir ánimo y esperanza. Y esa esperanza la encontrábamos precisamente en la importancia de nuestro trabajo: permitir que los alimentos siguieran llegando a todos los hogares con normalidad. La empresa debía ser un lugar en el que nos sintiésemos seguros. El reto en este sentido fue muy alto. Y afortunadamente contamos con la ayuda de una gran organización: Mercadona. Desde su campaña 'Esto Pasará' y el lema #EstoNoTieneQueParar, nos mantuvo informados en todo momento de las novedades legislativas que afectaban a nuestra actividad y nos hizo sentir que éramos parte muy importante de un gran proyecto.
–También durante esos días desde El Campo fuisteis solidarios y ayudasteis a otras empresas
–Nos gusta liderar iniciativas que aporten valor y ayuden a otras industrias de nuestra tierra, por ejemplo contribuyendo a la continuidad de un negocio familiar que se vio muy perjudicado por el cierre de la hostelería, como es la empresa La Fabulosa, que produce huevos de oca gourmet. Compramos una parte muy importante de su producción y se la regalamos a los trabajadores. Creo firmemente que si todos los empresarios y todas las personas miramos a nuestro alrededor y tendemos nuestra mano al que lo necesita en un momento puntual, desde luego que el futuro será mucho más bonito para todos.