Segovia se afana en recuperar la muralla para avivar su tirón turístico

El área municipal de Patrimonio lleva años inmerso en la ejecución de obras parciales de recuperación de la muralla y su paño para asegurar su estabilidad. Del mismo modo busca recuperar el uso público de su adarve en los trayectos en los que es posible. De hecho, el Plan Especial de las Áreas Históricas (Peahis) incluye el acceso al adarve de la muralla en la Huerta del Seminario a través del muro de cerramiento de la calle Obispo Gandásegui, en las inmediaciones del lugar conocido popularmente como el postigo del consuelo. En esta pared existía una portada que fue tapiada y que el Ayuntamiento pretende volver a abrir para el acceso de los visitantes y subir al adarve por una escalera adosada a este muro.

Según ha explicado la concejala de Urbanismo, Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, «esta actuación será posible gracias al acuerdo entre el Obispado y el Ayuntamiento, que aún está a la espera». El prelado, César Franco, y la alcaldesa de la capital, Clara Luquero, ya escenificaron ese acuerdo en febrero. De esta forma, esta parte de la muralla situada en la Huerta del Seminario será en el futuro un nuevo mirador turístico de la ciudad para conocer mejor el muro defensivo y contemplar la sierra, el Acueducto y la parte de la ciudad histórica situada debajo.

El convenio aplica los criterios del Código Civil y el paso a la muralla desde el postigo del consuelo será solo posible durante determinadas horas del día. Además, se podrá observar una parte de la muralla muy característica, ya que en una intervención previa se localizaron una especie de garitas muy características que ahora es imposible ver.

Para lograr esa nueva entrada con visos turísticos a la muralla a través de la Huerta del Seminario serán necesarios una serie de convenios y acuerdos que permitan su posterior acceso, ya que desde la zona de la plaza de Avendaño la recuperación del adarve se encuentra en propiedad privada, precisan fuentes municipales, empeñadas en que la fortaleza vuelva a tener esplendor y, por lo tanto, deje de ser uno de los bienes más desconocidos para quienes eligen Segovia como destino.

La Huerta del Seminario fue donada a la Diócesis de Segovia por el rey Carlos III en el siglo XVIII y este convenio, cuya negociación comenzó hace dos años, tiene en cuenta que en el muro de cerramiento de la calle Obispo Gandásegui había una portada que fue tapiada. Este espacio estaba calificado como libre privado singular e incluido en el entorno de protección del Seminario, declarado Bien de Interés Cultural en el año 2000.

La puerta volverá a ser abierta para que puedan entrar los visitantes, que subirán al adarve por una escalera adosada a este muro. Para establecer el acceso se necesitará constituir una servidumbre de paso, posibilidad que prevén las normas urbanísticas y que no impide ningún aprovechamiento en la superficie de la huerta, ya que no tiene concedida edificabilidad. Además, el convenio aplica los criterios del Código Civil y el paso a la muralla desde el postigo será solo posible durante determinadas horas del día.

La obra necesaria para llegar desde la puerta hasta el adarve contempla la longitud y la anchura imprescindibles de acuerdo con la normativa de accesibilidad, en un espacio de 1,75 metros por 5,47 metros, y la acometerá a su cargo el Ayuntamiento de la capital, incluyendo el cerramiento que impida al público entrar al resto de la huerta.

Un proyecto que apunta al futuro es el de poder seguir consolidando toda la zona de la cuesta de San Juan, que tras la aparición de los restos de la puerta medieval «ha cobrado un mayor interés y protagonismo la esquina de la Casa de las Cadenas», especifica Claudia de Santos. Se trata de un entorno que probablemente forme parte del asentamiento de la puerta medieval que aún está sin resolver. Sobre la posibilidad de acceder a la huerta por medio de un ascensor desde el hueco de un edificio enclavado en un callejón de la calle Cervantes, la concejala no tiene información de que esté dentro del convenio.

La muralla es un monumento muy complejo y «siempre hemos dicho que está muy olvidado», señala. Este olvido puede ser justificado porque en una ciudad con «tantísimo patrimonio conocido», la muralla ha pasado desapercibida. Segovia es una de las tres ciudades del país que hoy por hoy conservan el cerco completo.

El convenio ordena también varias parcelas propiedad del Obispado y rebaja el grado de protección de los edificios del Seminario ampliados o construidos a mediados del siglo XX, para limitar la protección integral al inmueble del siglo XVI edificado por la Compañía de Jesús. La residencia sacerdotal o las oficinas del Obispado tendrán protección estructural, lo que implica la conservación de la parcela, la volumetría y la edificabilidad actual.