Nuno Pico | Fundador de Grande Amore

«La reivindicación lingüística e identitaria es muy necesaria»

El concierto se encuadra en la decimocuarta edición del Winter Indie City, el consolidado WIC de Segovia, que el pasado fin de semana retomó la programación con las actuaciones de Jacobo Serra y Havalina, que eligieron este ciclo para iniciar la gira de despedida tras veinte años de trayectoria.

-'II' es el segundo disco de Grande Amore, pero hay más música y proyectos precedentes hasta llegar aquí. Pongamos en solfa un tópico. ¿Qué es más difícil, mantenerse o reinventarse y crear algo nuevo?

-Para mí, lo más complicado es mantenerse. Es lo que menos se da, al menos estadísticamente hablando. Creo que es más o menos fácil, entre muchas comillas, hacer un disco transgresor, epatante, que rompa con todo; pero conseguir, después de eso, hacer una carrera que esté a la altura de esas expectativas iniciales y que mantenga unos estándares de calidad altos es prácticamente imposible. Para ello, hay que tener una conjunción entre talento natural y capacidad sobrehumana de trabajo que no creo yo que se dé en muchísimas personas.

-En cualquier caso, ¿dónde está el límite entre el disfrute y la obsesión?

-En mi caso, creo que ese límite está totalmente difuminado. Soy una persona muy obsesiva con lo que respecta a mi música. Me atormento mucho con ella. Luego, tanto los conciertos como el proceso de composición y grabación de canciones es lo que más disfruto del mundo. Y creo que, de no ser porque me obsesiona tanto, no lo disfrutaría de esa manera. Para mí, es lo más importante de la vida.

-Compone y canta en gallego. ¿Es reivindicación o es la naturalidad a la hora de expresar lo que desea? ¿Grande Amore sería lo mismo, contaría lo mismo y sonaría igual en, por ejemplo, castellano o inglés?

-Canto en gallego porque es el idioma que hablo. Me gusta cuando eso se enfoca desde la reivindicación, y creo que esa reivindicación lingüística e identitaria es muy necesaria; sin embargo creo que yo no me puedo colgar esa medalla. No sería justo, ya que no hay en mí esa reflexión previa. Es algo mucho más natural. No cantaría en ningún otro idioma porque no manejo ningún otro idioma lo suficientemente bien como para poder expresar en él lo que quiero expresar.

-Hablando de Galicia, hay una escena amplia y variada. Puede evocar a los años de Siniestro Total y de bandas que emergieron entonces como Aerolíneas Federales. ¿Le gusta el sentimiento de pertenencia o no cree en las denominaciones de origen?

-Sí, la verdad es que la escena gallega está pasando por un momento especialmente dulce y fructífero. El sentimiento de pertenencia me gusta sobre todo para con lo de adentro. Es decir, me siento orgulloso de formar parte de esa escena, me gusta hacer bandera de esa galleguidad y llevarla por todo el Estado. Creo que las denominaciones de origen están bien, en tanto que siempre las asocias a algo de calidad. Piensas en un aceite de oliva increíble, en un queso increíble, en buen vino... A tope con todo eso.

-¿Cuál sería o qué debería de abanderar la 'Movida' actual, a día de hoy?

-Ni idea, la verdad. Todo lo que puedo decir con un mínimo de criterio sobre este asunto es que, si de mi dependiese, haría como esta gente que mandó al espacio un vinilo con 'Johnny B. Goode' de Chuck Berry, por si alguna forma de vida extraterrestre lo encontraba, para que se hiciesen una idea de cómo era la música en este planeta, pero en este caso con la canción 'No puedo más' de Futuro Alcalde, que es canela en rama por si alguien no la conoce.

- Grupos como Grande Amore o Triángulo de Amor Bizarro se caracterizan por su crudeza, por su tensión. Recuerda, salvando las distancias, a otros movimientos, también en el norte de España como el Xixón Sound o de Getxo Sound más en los 90 ¿Se vive y se respira la música de una forma diferente en el norte?

-Yo creo que sí, la verdad. Encuentro en los proyectos que nacen en el norte una dureza, una especie de minimalismo crudo y muy original que es muy característico. Tampoco quiero pecar de chovinista, pero diría que sí. 'El norte está lleno de frío', como decía el otro. Y se nota.

-De actuar en solitario a ser tres en el grupo con las incorporaciones de Clara y María. ¿Qué tal se han acoplado?

-La transición de ser uno a tres ha sido maravillosa. Tanto en lo musical como en lo humano. Clara y María son geniales y las quiero muchísimo. Digo que la transición en lo musical ha sido increíble, pero no creo yo que nadie vaya a un concierto de Grande Amore por lo bien que tocamos. Aún así, hay una energía entre nosotros que solo se puede dar si te aproximas a la música desde la amistad entre los ejecutantes. Esto va a sonar horrible, me doy cuenta. Pero es que es cierto. No somos instrumentistas virtuosos, pero hay un primitivismo y una cierta 'brutalidad' naif en nuestra forma de ejecutar que a mí me encanta.

-Viene a Segovia, al ciclo Winter Indie City. ¿Que le sugieren este tipo de iniciativas pequeñas y arriesgadas frente a un tiempo como el presente de festivales mastodónticos?

-No quiero que parezca que esto lo digo para agradar porque justo tocamos aquí ahora, pero es que estas iniciativas para mí son la base de todo. Yo me crié tocando en salas pequeñas, primero en mi pueblo, Burela,, y más tarde en Santiago de Compostela y Galicia en general. Es donde se forjan las bandas, donde trabajas para llegar a ser realmente un grupo. Poder seguir haciendo eso en estos tiempos es, para mí y antes de nada, una suerte. Que alguien apueste por Grande Amore y nos traiga a Segovia poniendo su esfuerzo y su dinero en ello es un auténtico privilegio y un honor para nosotros.

-¿Se ha abusado de la etiqueta 'indie' hasta desgastarla y desvirtuarla?

-Yo creo que se ha abusado de todas las etiquetas hasta desgastarlas y desvirtuarlas. Me fascina cuando se nos etiqueta a nosotros como 'indie' por tocar en ciertos festivales o sonar alguna vez en programas de, por ejemplo, Radio 3 en los que también suenan bandas 'indie.' Me fascina porque, siendo bandas la inmensa mayoría de ellas que respeto muchísimo, creo que están en las antípodas de lo que nosotros somos. Y no me siento incómodo con ello, todo lo contrario. Me agrada ese sentirme intruso ahí.