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Numerosos comercios de la calle Cronista Lecea pasaron parte de la mañana del jueves sin luz. Una avería en un cable subterráneo, supuestamente ocasionada por la acción de los roedores que habitan el subsuelo, fue la causa de una subida de tensión que causó numerosos ... desperfectos en varios locales de esta vía comercial que parte de la misma Plaza Mayor de Segovia.
No era la primera vez que ocurría. Los cortes de luz vienen sucediéndose desde hace dos meses y han sido especialmente recurrentes durante las últimas tres semanas. «El día de Nochevieja no hubo luz durante gran parte de la mañana, circunstancia que arruinó uno de los mejores días del año en ventas», se lamenta Olga Dávila, de Cardamomo, tienda de ropa femenina situada en la esquina entre Cronista Lecea y Herrería. A Olga, la subida de tensión del jueves le quemó el datáfono, pero en el restaurante José María dejó inutilizados el montacargas, un fregaplatos, un ordenador y una pantalla. Además, la falta de luz entre las nueve de la mañana y las doce del mediodía retrasó la elaboración de los platos en una hora crítica. «Que haya cortes puntuales constantes es mortal para todos los aparatos que tenemos», afirman fuentes del restaurante.
«Los comerciantes llevamos mucho tiempo advirtiendo al Ayuntamiento de que el problema está en las ratas del alcantarillado, que roen los cables. Y si se comen los cables, no hay luz, lógicamente. Yo he pagado a un operario que viene a echarles veneno y lo ha comprobado. En el Ayuntamiento me dijeron que no me preocupara, que vendría alguien de FCC, pero aquí no ha venido nadie y seguimos igual. La gota rebosó el vaso el jueves, cuando metió el latigazo que metió. Estuve tres horas sin luz, pero el lunes y el martes también hubo interrupciones. El perjuicio es muy grande. Para empezar, no puedo utilizar la báscula», afirma Juan Manuel García, de Carnicería Isabela, que responsabiliza al Ayuntamiento porque a Naturgy, la empresa responsable del suministro eléctrico, «lleva desde agosto pidiendo permisos para intervenir». El jueves lo hizo, confirman fuentes de la compañía, pues mandó a varios operarios para arreglar el cable subterráneo dañado, localizado en la calle Cabritería. «Vinieron a arreglarlo y nos dejaron sin luz buena parte de la mañana, sin avisar previamente», se queja Juan Manuel.
En la peluquería Ejarque también se produjeron varios daños, desvela su propietario, David Ejarque: «Por lo que hablé con los operarios, han sido las ratas las que han causado la avería. Cortaron la luz para arreglarlo, pero se produjo una subida de tensión y se estropearon numerosos aparatos eléctricos. En la peluquería pegó un petardazo y empezó a salir humo... Yo ya estaba preparado con el extintor por si acaso. Después comprobé que se me habían estropeado el aparato del aire acondicionado y los cargadores de varias maquinillas de cortar el pelo. Lo de ayer [por el jueves] fue la apoteosis final. Tiene narices la cosa».
En el bar Jeyma, la subida de tensión dañó los molinillos de café, varios halógenos y una cámara. «Estuvimos sin poder servir café todo el día. Por la mañana, porque no había luz, y por la tarde, porque los molinillos no funcionaban. El trastorno es muy grande para un negocio como el nuestro», señala Alejandro Cruz, del bar Jeyma, situado en la esquina entre Cronista Lecea y la Plaza Mayor. Enfrente, en la frutería Hilario, tienen idéntica opinión. «Se nos estropeó el frigorífico. Ya hemos dado parte al seguro. Fue a raíz de la subida de tensión. En un principio teníamos luz, pero de repente empezaron a subir los fluorescentes y se fue. Fui a desenchufar el frigorífico, pero no llegué a tiempo», cuenta el propietario, David Martínez.
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Unos números más arriba, Olga Dávila, muestra su malestar. A lo ocurrido el 31 de diciembre se suma el disgusto de este jueves. «Estuve sin luz buena parte de la mañana y la subida de tensión estropeó el datáfono. Cuando regresó el suministro, recogí las cosas y me fui. No puedes decir que no aceptas tarjeta porque no tienes datáfono... Afortunadamente, hoy han venido a arreglármelo, pero las pérdidas están ahí. Durante esta semana, la luz se ha ido varios días y lo del 31 fue terrible: la primera vez en veintidós años que ese día vendí cero».
Los incidentes de la calle Cronista Lecea, que también han afectado a numerosos vecinos (en algún caso se han llegado a estropear calderas), ponen de manifiesto la necesidad de adoptar medidas, tanto en el caso del control de plagas como en la gestión de permisos y el mantenimiento de las infraestructuras eléctricas. «Esto evitaría futuros daños y las pérdidas económicas que conllevan».
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