La nieve cubre el casco urbano de Vegas de Matute.
El pueblo de fin de semana quiere turismo y vivienda
MUNICIPALISMO 2024 ·
Vegas de Matute pone en valor su naturaleza y patrimonio cultural para desbordar el padrón con residentes en Segovia o Madrid para los que lanza una nueva promoción de parcelas
El argumento de Vegas de Matute para crecer es convertir su historia, su naturaleza y su ubicación en reclamo turístico. Un padrón de 355 habitantes, el sumatorio entre el casco urbano y la parte de Los Ángeles de San Rafael que no corresponde al término municipal de El Espinar, no refleja la realidad de un pueblo de fin de semana, un valor que su Ayuntamiento, lejos de rechazar, abraza. Por eso trabaja en un proyecto de 16 parcelas para sumar vecinos.
La ganadería tiene un peso reducido –menos de una decena de ganaderos para un total de 300 vacas–, hay dos tiendas de alimentación –desde panaderías a servicios múltiples– de herencia familiar, aunque una de ellas está en el alambre por la inminente jubilación de su propietaria. Y en un pueblo donde no sobran los negocios, cualquier baja en sensible. El bar a diario cogió a vuelo el juego de palabras y se llama Las Vegas, aunque no tenga casinos ni desierto. A eso se suma otro restaurante en la Dehesa –el área natural y deportiva que alberga el frontón, la piscina o la pista de pádel– que abre en verano y los fines de semana en el resto del calendario.
También varía la demanda de las tres casas rurales que inciden en esa idea del turismo como baza para generar movimiento. Excursiones a sus famosos hornos de cal, un itinerario que guía el Ayuntamiento por el parque industrial de 'El Zancao' y que pasa por una veintena de estos hornos que produjeron durante siglos para toda la provincia y su entorno. No solo en fin de semana, sino también con grupos de estudiantes. La risca entre el pueblo y Valdeprados, una tradicional zona para la escalada y para el senderismo. Como los Calocos, un paisaje que comparte con El Espinar a través de senderos señalizados que permiten descubrir la montaña.
Es habitual ver la plaza llena de coches de senderistas que se han ido a echar la mañana en la naturaleza y luego aprovechan para comer. De hecho, algunas excursiones reservan el bar para todo el grupo. Muchos pocos para la economía del pueblo. Su iglesia gótica de Santo Tomás de Canterbury es quizás su gran legado patrimonial, junto al Torreón y al Palacio de la Sierra. Un conjunto que incluye tres ermitas con las que complementar rutas accesibles a un público amplio con formatos más cortos y otros más largos como los Calocos. «El que venga a visitar Vegas de Matute tiene la mañana completa», resume su alcalde, Jesús Sanz.
La mayoría de los residentes fijos trabaja en Segovia. «Esto es de fin de semana. Llega el viernes y empieza a venir la gente al pueblo. En invierno nos podemos quedar 160. Y la mayoría, gente mayor». Con todo, su colegio tiene 11 niños –el Ayuntamiento ha abierto a un comedor con un empleado municipal– y forma parte de las rutas del transporte universitario.
La economía
Un sector primario residual. Apenas hay agricultura y una decena de ganaderos suman un total de 300 vacas
Negocios turísticos. Tres casas rurales centran la oferta de alojamientos de un lugar con hostelería y deporte
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